— Venga ya. Deja de comportarte como una maldita cría.
— ¡Ya deja de llamarme cría! — me giré dando manotazos haciendo que me soltara de una vez por todas — ¿Así es como planeas cuidarme? ¿De esta forma es que quieres que confíe en ti? Que deje mi casa y mi familia para venir contigo y tener que pasar por esto — lo miré con rabia, me sentía completamente traicionada.
Nunca pensé que después de todo lo que Jimin me había dicho fuera a hacerme esto. De verdad creí que me quería, que por mí iba a ser capaz de cambiar un poco y dejar las cosas malas atrás. Solté todo el aire que tenía con furia y retomé el paso al ver que no dijo nada. Caminé unos pasos y luego me detuve. No podía volver a mi casa, si lo hacía mi madre me enviaría a vivir con mi padre a Daegu y eso no estaba en mi plan de vida, para nada.
Apreté mucho mis ojos y me giré nuevamente hacía Jimin. Quién no se había movido ni siquiera para volver adentro.
— Saca a esa perra ahora mismo de aquí — dije mirándolo a los ojos. Él sonrió victorioso y tomó mi maleta para luego dirigirse a la casa. Caminé detrás de él, pudiendo observar sus nalgas apretaditas en el boxer negro.
Entramos a la casa y allí estaba la chica ya vestida y esperando parada en el medio de la sala yo no sé qué.
— Pierdete — se refirió a ella. Usó un tono de voz normal, como si no estuviera echando a una chica con la cual había pasado la noche.
No voy a negar que me gustó que Jimin la corriera de allí, pero tampoco le iba a reír la gracia. Estaba molesta, en verdad que lo estaba y no iba perdonarlo tan fácil.
— Listo — llamó mi atención — Ahora sí, estamos solitos tú y yo ¿Sabes de qué tengo ganas ahora mismo? — sonrió pícaramente.
De verdad que Jimin era un maldito, ¿cómo puede actuar tan normal después de lo que pasó? Ni siquiera una disculpa, es que en verdad no se cómo pude enamorarme de él.
— ¿De qué? — sonreí falsamente dejando que me rodeara con sus brazos y besara mi cuello. Estaba esperando que se entusiasmara.
— De tocarte y besarte todo el día.
Se fue acercando poco a poco a mis labios y cuando estaba a punto de besarme me alejé.
— Pues te vas a quedar con las ganas — informé alejándome de él mientras reía por la cara que había puesto — Lo siento Jimin pero te has ganado que no quiera nada contigo. Me voy a quedar aquí porque no quiero irme a vivir con mi padre, ¿en serio creíste que te iba a perdonar esto? — negué con la cabeza mientras él me miraba con el ceño levemente fruncido — Voy a ir a dejar mis cosas en el cuarto.
Me di la vuelta y caminé hacía el pasillo donde estaban los cuartos, que por cierto, solo habían dos. Abrí la puerta y entré dejando la maleta en cualquier parte.
— ¿Estás hablando en serio? — apareció en la puerta con los brazos cruzados — Es una broma, ¿verdad? — unió sus cejas y se acercó a mi.
— Ya te lo dije — me acerqué yo más — Te di una oportunidad y la desaprovechaste Jimin. Dime, ¿por qué te acostaste con otra? ¿Acaso yo no soy suficiente para ti? ¿Fue mentira todo lo que me dijiste?
Lo observé por los segundos que estuvo callado. De nuevo mis lágrimas amenazaban con salir. No quería llorar, hasta ahora estaba siendo fuerte para no llorar frente a él.
Suspiró.
— JungIn, sé que estuvo mal. Lo siendo, ¿es eso lo que quieres oír no es así? Pues está bien, lo siento.
— Está bien Jimin, ya vete. Quiero descansar.
(...)
Jimin había salido de la habitación. Yo aproveché y me recosté un rato en la cama para pensar.
En serio no sé cómo pudo hacer eso. Y yo no debería estar así, de sobra sabía con quién me estaba metiendo. Pero es que creí que en verdad me quería lo suficiente como para no necesitar nada ni a nadie más. Pero al parecer me equivoqué nuevamente.
Encendí mi celular por un momento y tenía varias llamadas de mis padres, JungKook, Tae, Hoseok, SeokJin y hasta de NamJoon. Revisé el mensaje de Kook.
¿En serio te fuiste? Estás en graves problemas.
Volví a apagarlo y me levanté de la cama para salir del cuarto, tenía mucha hambre. Me dirigí a la cocina y abrí el refri como si fuera mío y esta mi casa y no había nada de comer.
— Mierda, tengo hambre — bufé haciendo una mueca y cerré la puerta del refi y detrás de esta estaba un Jimin adormecido — ¡Casi me matas de un susto!
Grité al verlo aparecer de esa manera y él solo llevó su mano hacía su cabello y rascó su cabeza. Se veía tan tierno así acabado de levantar con sus pequeños ojitos entreabiertos y su cabello todo regado.
— ¿Tienes hambre? — me preguntó y yo asentí seria — Ya deja esa cara de querer matarme — bufó y tocó mi mejilla con reproche — Preparate, te llevaré a cenar.
Lo miré en cuanto dijo eso y una sonrisa se formó en mis labios. Esta iba a ser mi primera cena con Park Jimin, y aunque no fuera en el mejor momento, la disfrutaría.
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Sick Boy; pjm
FanfictionPark Jimin siempre fue un enfermo, y no me refiero a una enfermedad normal, me refiero a su sucio y macabro cerebro. Portada: @Chat28Forevermore56 BookTrailer: @Akemi_S0910