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Me estaba provocando, eso era claro, ¿o no? Pensándolo bien, ¿por qué querría él provocarme? De todas maneras fue él quién decidió que nosotros no eramos nada, ni lo seríamos, que nuestra relación se basaba en sexo y nada más.

Pero en todo el rato ese pensamiento no salía de mi cabeza, porque era demasiado extraño como me miraba. Era como si estuviera presenciando la mirada de mi novio molesto. Me giré hacia la dirección contraria, ya cansada de cruzar miradas con Park Jimin, dándome cuenta que el pelirosa aun estaba a mi lado hablando conmigo.

— ¿Eres de Séul? — alcancé a escuchar su pregunta. Lo miré con los ojos entrecerrados y luego sonreí.

— Exacto, ¿has ido alguna vez? — yo también hice una pregunta, no por estar interesada sino por seguir la conversación.

— Sí, tengo algunos amigos allá — me sonrió y sus hermosos hoyuelos volvieron a aparecer.

— ¿NamJoon? — escuché una voz detrás de nosotros y si no me equivoco es la de mi molesto vecino. Los ojos del mencionado se abrieron y luego de reaccionar sonrió alegre — Yah, no lo puedo creer, ¿en serio eres tú?

— SeokJin — dijo — Vaya cuanto tiempo sin verte, nunca pensé que nos volveríamos a encontrar — en este momento me había vuelto invisible, los dos hablaban como dos amigos y ni siquiera recordaban que yo estaba aquí.

— ¿Pero de dónde conoces a In? — claro tenía que preguntar él, chismoso.

— Nos acabamos de conocer — el más alto sonrió — Me parece una chica muy bonita y agradable, ¿la conoces tú? — al fin se había dado cuenta de que aún estaba yo aquí.

— Claro que la conozco — SeokJin me tomó por los hombros y me atrajo hacía él — Es mi queridísima vecina — me miró sonriendo y yo le sonreí devuelta.

— Y ustedes, ¿cómo se conocen? — me atreví a preguntar, ambos se miraron y se rieron de una manera extraña, como si su pasado hubiera sido demasiado increíble.

— Nosotros eramos compañeros de clase — intervino NamJoon — Hubo un tiempo que viví en Seúl y fue ahí cuando nos conocimos.

(...)

Había dejado a los dos amigos atrás, había ido en busca de JungKook, hacía un rato ya que no lo veía y eso me estaba preocupando. En nada bueno debe de andar y si no quiero que mi madre me mate por culpa de él, mejor lo busco y me cercioro de que esté bien.

Al fin había encontrado una cara conocida entre todas las personas que se encontraban en esta fiesta. Al final de la sala, pasando a todos los borrachos medios drogados quienes bailaban sin control, estaba TaeHyung. Ahora que lo pienso, no he hablado con él desde que llegamos. Me acerqué a paso apresurado y cuando estuve a su lado, pude respirar en paz, había encontrado un lugar en donde respirar aire era mas fácil.

— Hola Tae... — dije — ¿De casualidad sabes donde está metido mi hermano? — al escuchar mi pregunta pude ver que su rostro cambió, ahora parecía un poco nervioso — ¿Sabes o no? — alce mis cejas.

— Mm... — pasó su mano por su cabello — La verdad no sé muy bien donde está, pero si quieres vamos y lo buscamos — su propuesta me había parecido bien, por lo menos no tendría que buscar yo sola entre tantas personas.

Caminamos con dificultad por el salón y salimos hasta afuera, frente a la salida Tae tomó mi mano y me llevó hasta el otro lado. Me pegó a la pared y se acercó a mi. Podía sentir su respiración en mi rostro, olía a cigarrillo y menta.

— ¿Que es lo que te pasa? — pregunté poniendo mis manos en su pecho para apartarlo de mi. Pero no tuve mucho éxito porque el rubio al sentir mis manos sobre el las tomó sin dejar que me moviera más.

— Estaba esperando el momento preciso para hacer esto. Pero como siempre estás lejos de nosotros, no había tenido la oportunidad — sus ojos se dirigieron a los míos y después a mi boca. Lamió sus labios.

— ¿Que era lo que estabas esperando hacer? — no tenía la mas mínima idea de lo que quería.

Me removí nuevamente y ahí fue cuando él terminó acabando con el espacio que había entre nosotros y pegó sus labios con los míos, comenzando a moverlos con rapidez y adentrando su lengua en mi boca. Sus labios eran suaves y su tacto me agradaba pero no podía hacer esto. Lo aparté de mi y para no volver a repetir la historia de Jimin, lo golpeé, le di una cachetada para que se diera cuenta de que estas cosas no las podía hacer.

— No vuelvas a hacer eso TaeHyung — dije y él quitó su mano del lugar del golpe para acercarse a mi nuevamente.

— Pero In... — su voz salió triste — ¿No te gusto? — preguntó con los ojos cristalizados y sentí como mi corazón se encogió.

— Lo siento Tae pero para mi eres como un amigo, ¿entiendes? — lo miré.

— A tí, todavía te gusta Hoseok, ¿verdad? — quiso saber.

Me quedé pensando en su pregunta por un momento ¿Me gusta Hoseok? Yo creo que no, porque si me gustara el aún, yo no hubiera aceptado la propuesta de Jimin, no quiero decir que me guste Jimin, solo es qué, ya Hoseok no es dueño de mi corazón y darme cuenta de eso me hizo relajar. No digo que no lo quiera, porque eso es imposible, creo que lo que sentí por el jamás lo olvidaré, porque en su momento, me hizo muy feliz. Pero ahora ya no era lo mismo.

— No es eso — expresé y tomé su mano — Es solo que no te veo de esa manera Tae, por favor perdóname, pero no puedo.

El asintió dejando caer una lágrima de sus ojos la cuál yo limpié con mi mano. Nos dimos la vuelta para seguir buscando a JungKook pero en ese momento aparecieron él y Jimin.

— ¿Dónde estabas? — le pregunté y el comenzó a reírse. Parecía no estar en sus cabales, es mas, puedo jurar que se había metido algo y no era una bebida cualquiera — ¿Dónde estaba? — ahora me dirigí hacia Jimin quien tenía una sonrisilla en su rostro.

— No te preocupes, él estaba conmigo. Solo está un poco borracho, nada que un baño y dormir hasta mañana no arregle — habló tranquilo, como si no estuviera hablado de mi hermanito.

— Recuerda que JungKook es menor de edad — advertí — Si le sucede algo estando contigo lo vas a pagar caro.

Sick Boy; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora