— ¿Por qué siempre te gustan las que no te dan ni la hora — le pregunté a Tae quien estaba sentado en una silla a mi lado con la mano en la cara mientras miraba a una chica de su clase.
— Y yo que sé, mala suerte ha de ser. — bufó con un puchero en los labios y volvió a mirar a la chica que estaba junto a su amiga y mi hermano buscando unos libros para su estudio.
— Y para colmo, creo que le gusta mi hermano. Pobresita, si se entera de que al JungKook le gustan mayores... — bromeé y el pelirubio abrió los ojos de sobremanera.
Volvió a posar su vista en ellos y frunció el ceño.
— Tienes que estarme jodiendo. — dijo, y me miró — ¿Qué hago, me tiro del balcón o te dejo martillarme la cabeza?
— La segunda no está nada mal.
— Muy graciosa.
— ¿Qué? — hice una mueca — Fue tu idea. — reí.
En serio que TaeHyung era una persona graciosa. Siempre echándole el ojo a quién no debía, pero bueno, ¿a quién no le ha pasado?
— Mejor me voy de aquí, están a punto de comenzar con el repaso. — se levantó de la silla y sus ojos se posaron en mi — Mejor concentrate en lo tuyo. Que vas a suspender Francés.
— ¡Oye! No me eches maldiciones maldito crío. — al escucharme hablar negó con la cabeza y se rió.
Si, lo sé. Las cosas de Jimin se me habían pegado “maldito crió” lo saqué de su diccionario.
Han pasado cinco meses desde que se fue, los dos primeros meses no supe nada de él. Incluso pensé que había desaparecido y no había ido al Hospital, pero al tercer mes, recibí una llamada de él diciendo que me extrañaba y quejándose de que la comida era realmente mala y que no podía hablar con nadie que no lo volviera loco en cinco segundos.
Estaba verdaderamente orgullosa de Jimin, porque estaba cambiando, o al menos lo estaba intentando. Cuando me llama, lo primero que hace es preguntarme cómo estoy, si lo estoy haciendo bien en la Universidad. Se preocupa por mi salud y me recuerda siempre cuánto me ama y lo más importante, se disculpa conmigo por todo. No importa cuántas veces le diga que está bien, que ya todo pasó y que debemos comenzar de nuevo.
Luego de aquel día en que nos despedimos, hablé con todos y les dije lo que había hecho Jimin por mi, algunas personas no lo creyeron. Otras me volvieron a llamar estúpida, ¿pero qué vamos a hacer? Yo quería confiar en él, en mi amor.
La primera persona que lo supo fue Tae, le expliqué lo que pasaba y le pedí perdón mil veces por hacer que se ilusionara. Pero me entendió y me dedicó una de esas bellas sonrisas que solo él puede hacer, me dijo que entendía porque él también sentía el mismo impulso de luchar por su amor, la diferencia era que al menos yo era correspondida y se alegró al saber que Jimin lo estaba intentando. Así que desde entonces, somos buenos amigos y cómo ven: el chico volvió a enamorarse de alguien que no lo corresponde, pero conociéndolo, sé que esa chica se dará cuenta de lo maravilloso que es y le dará una oportunidad.
Mi mamá no está muy de acuerdo, pero va a darle una oportunidad a Jimin cuando regrese y mi hermano, bueno, digamos que está un poco recio al asunto. Creo que lo que más le duele es la traición de Jimin y no lo que me hizo a mí.
Jin sigue siendo el vecino molesto que siempre tiene la música a todo dar y te soltará las verdades en la cara pase lo que pase y por eso, cada día me cae mejor. Pero no se lo digan, es capaz de armar un show.
Mi padre, porque sí, comprendí que después de todo. Él era mi padre, me había criado y cuidado desde que era pequeña y aunque no fue perfecto. Le agradezco, por estar a mi lado.
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Sick Boy; pjm
FanfictionPark Jimin siempre fue un enfermo, y no me refiero a una enfermedad normal, me refiero a su sucio y macabro cerebro. Portada: @Chat28Forevermore56 BookTrailer: @Akemi_S0910