Diario De Loki

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Primera Entrada

Fue grato descubrir que no era el único asteado con la constante fiesta por el regreso de mi hermano. Él mismo también lo estaba, a pesar de que se lo veía en la fiesta activamente, la verdad es que no éramos tan diferentes ni completamente opuestos. La prueba de que esa a misma mañana me invitará a dar una vuelta lejos del constante ruido del júbilo. Me resulta raro estar más cómodo con él estando solos, que en presencias de terceros, y no obstante a esta observación, también me queda claro el motivo...

Esta suerte de diario personal ha dejado de fastidiarme, aún estando, desde su inicio, en el más protegido secreto. Es sólo la idea de saber que existe lo que me hace sentir algo ridículo conmigo mismo. Lentamente olvido eso, puede ser por la recompensa que desahogarme escribiendo me da. Sólo algo de ligereza mental extra, que ya me hacia falta. No quiero verme perdiendo la compostura y logrando que... los celos y lo que, dolorosamente, reconozco como "delirios de grandeza", salgan a relucir frente a todos por culpa de algunos percances familiares de los que, por seguro, me culparían, como siempre. Escribir sobre todo lo que se me pasa por la cabeza es igual a sacar esas ideas nocivas del baúl y olvidarme de ellas.

En medio de ese paseo, me fijé momentáneamente en Thor, quien hacía ojitos con una extraña de apariencia sobre sexualisada, que siendo atractivita, pecaba de vulgar y de molestarme, simplemente tenía aires de... zorra (Nunca me vería a mi mismo diciendo tal cosa en voz alta). Cómo fuese, golpee a mi hermano en el hombro para distraerlo. Este, avergonzado y puesto en modo "molestar a mi hermano Loki", me empujó devuelta, así que en venganza estire mi mano a tomar un copa de vino que un transeúnte la sostenía junto a otras en una charola, para arrojarle el contenido en la cara. Su expresión de molestia se presentó mientras me reía de él, que chorreava el líquido rojo. Así que como se supone que debía ser, empecé a correr de él en el típico juego en el cual, cuando uno es alcanzado, no pasa nada realmente. Voltee a ver cuán cerca le tenía en medio de la carrera, de forma que tropecé con algo, dando un par de pasos torpes para evitar perder el equilibrio y caer de cara. Thor pregunto si me encontraba bien, y a pesar de su risa contenida, sabía que la pregunta no era para mi, era para ese "algo" que patee, mejor dicho, alguien.

En el suelo se encontraba una chica, una elfo, en un estado lamentable y a punto de perder el conocimiento. Me sentí culpable por unos momentos hasta que vi como sus ojos se iluminaban al instante de ver a mi hermano. Sería obvio, si es que tenía oportunidad, se convertiría en otra de las admiradoras de Thor. Este se la llevó en brazos, no podría estar seguro de si fingía estar inconsciente o si de verdad lo estaba y de estar mintiendo, pues estaría disfrutando el paseíto en los brazos del perfecto de mi hermano.

Estaba presente cuando un par de sirvientas llegaron a avisarle a mi padre sobre el estado de la desconocida. Me sorprendió que le reportarán a él directamente y lo que escuché no pudo alertarme más. Al parecer ella era portadora de un raro mineral más antiguo que cualquiera de las civilizaciones vivas en la actualidad. Uno capaz de crear materia y energía de la nada. Mi padre se vio interesado al instante, al igual que yo.

Cuando fuimos a interrogar a la joven, mi madre y Thor carecían de interés o confiaban demasiado en mi padre, por lo que se retiraron de la sala, yo preferí escuchar todo por mi mismo. Sabía que las cosas se pondrían turbias desde que la vi mentir sobre su nombre y supe que ella tenía algo que hacer, una misión, un propósito en Asgard, posiblemente en el palacio, cuando dijo la verdad sobre todo lo demás. Intente convencerla de que me dijera quién era, pero no abrió la boca. Se le veía completamente cómoda sin importar qué.

Cuando salí de la sala quise esperar a ver en qué cuarto se quedaría. No me sorprendería encontrarla husmeando por la noche. El plan era parecer un mero decoro del fondo hasta que se metiera en su habitación y luego marcharme, pero se percató de mi presencia al instante. No me sorprendió viniendo de un elfo. Lo que fue raro, se limitó a ella, sentada en el suelo abrazando su capa como si fuera su más amada posesión, hasta que se cubrió del frio con ella, en el pasillo, sin cruzar miradas conmigo en ningún momento. Ni siquiera me veía en secreto, y su semblante era tan contento y pacífico, no tenía sentido. Me marché y ella se metió a su cuatro.

Estaba ahí porque yo estaba ahí... tal vez para ¿molestarme?

El Bucle -Loki y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora