La puerta detras suyo

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Previamente en "El Bucle"
En una no tan antigua Asgard, tú, Aleth, ahora llamada Sigyn, al fin te has ganado el afecto y simpatía de Loki, a quien convences lentamente de seguir lo que alguna vez fue su propio plan para sabotear la coronación de su hermano, mientras que este se ve mas interesado en complacer a su padre con alguna especie de idea sobre el matrimonio que se te escapa en su mayoría. Mientras tanto, fuerzas misteriosas amenazan desde los confines del todo por tu decisión de viajar en el tiempo, poniéndote en peligro a ti y a todos. Por lo cual recurren a la ayuda de Thor y Cambiante, esta ultima, habiendo ido en busca de respuestas. Lo más importante ahora es mantenerse atenta y entrenar para lo que parece ser una guerra que se aproxima.

Actualmente.
Encaras la puerta doble que divide la habitación entre la sala de la entrada y el gran baño, frunces el ceño intentando que las ideas no se salieran de control ¿Por qué era raro convivir de esa manera con alguien a quien ya conocías de arriba abajo? ¿Por qué te sentías reacia e incomoda frente al hombre con que estabas desde hace años? Pudiera ser la novedosa intimidad, la confianza que por alguna razón, ahora podías decir que le tenías, a diferencia de antes, cuando todo parecía ser frágil, volátil. Te duele creer que "este" Loki sí puede tomar ese lugar, pasar de ser un ancla o un constante en tu vida a razón de circunstancias incambiables, para llegar a tener el rol de un amigo, de un aliado sincero. El mal sabor de boca y la pesadez en la boca del estomago podrían ser resultado de la ironía, pero en realidad sólo extrañabas a alguien que prácticamente tenias enfrente. Te sientas al borde de la cama, renunciando a la porte fuerte que la confianza de la victoria en el entrenamiento pasado te había dado. Eres pequeña, una niña que se metió donde no debía, una vez más. En realidad, temías que tu vida fuera un conjunto de ciclos sin cerrar y el horizonte tan grande esperando, lucía como un monstruo hambriento que deseaba que cayeras en su trampa. Pensabas en tu madre, que en pocos años sabia como abrazarte de forma que dejaras de sentir miedo o de estar tan sola. Pensabas en tus amigos y en esas caras familiares que ya casi eran alienígenas. Hasta ahora, la distancia no ganaba tanto protagonismo. Estabas lejos, infinitamente lejos de casa sin un camino visible al cual acudir en caso de querer regresar. Un solo vistazo a una puerta doble de un baño y por alguna razón, un miedo mucho más grande al de ir y darte de una ducha en compañía de alguien más te pesaba tanto en los hombros que debías de caer sentada en aquella cama enorme. El suelo llamaba a tus ojos cual refugio y lentamente una sombra gris devoraba el dorado predominante de la habitación. Antes de que un ruidoso zumbido invada tus oídos, puedes sentir esa mano que te sujeta firmemente y te saca de aquella marea desesperante. De repente, ya no era el fin del mundo. Él está sentado a tu lado, rodeandote con su brazo y esperando que pudieras voltear en su dirección.
-¿Estas bien?- pregunta en un susurro. No sabes responder, ni con palabras ni con muecas, observas sus ojos unos segundos, de nuevo observas el suelo, frunces el ceño, pero te decantas por mentir, por ocultar que la realidad parecía ser demasiada para poder dar un solo paso en cualquier dirección. Asistentes con ánimo de que te crea.
La mano en tu brazo sube y baja en una caricia reconfortante, para luego desaparecer, se pone de pie y va de camino a la misma maldita puerta doble. Voltea a verte amtes de entrar.
-llenare la bañera de agua caliente ¿si? Te llamo en ciento este lista- en lugar de concentrarte en el problema, en la puerta, por ese momento solo puedes verlo a él y la idea de l agua caliente es reconfortante, sonríes inconscientemente, solo un poco. Y aunque cuando entra al cuarto de baño todo sigue igual, dar el paso y atravesar ese portal solo podría traer consigo cosas buenas ¿no es cierto?
Escuchas el chorro continuo hacer eco en las paredes y puedes oler el perfume sutil que arrastra el vapor, te sacas los zapatos, quedando descalza y te asomas por la puerta como un felino curioso y precavido. En cuanto Loki te ve, sentado en el borde de la bañera, suelta una risa corta entre sus dientes.
-Ven acá, ya esta listo- tu corazón da un vuelco sutil en cuanto escuchas sus palabras y su tono juguetón, dando pasos cortos y tímidos en su dirección, apenas pisas con la puntas de los pies sobre la helada superficie. Llegas a su lado y tomas su mano de forma instintiva. El guía tus dedos hasta tocar el agua -¿Qué opinas?- la temperatura es perfecta y se lo dices sin apuros -perfecto- repite la palabra mientras se pone de pie y tu lo sigues como si fueras su sombras, aun sujetando su mano. Con una mano en tu hombro nuevamente te mueve con suavidad para que termines dándole la espalda. Tu holgada camisa color hueso de desamarra desde la espalda, sobre esta un corsé ligero de cuero y las muñequeras a juego que eran ideales para entrenar con el hacha. Sientes sus dedos soltar las cuerdas de las dos primeras prendas casi congelada donde estabas, ahí, de pie. Tienes la cordura suficiente para deshacerte de las muñequeras antes de que tus prendas caigan al suelo y las incontrolables manos de Loki bajaran por tu cadera con el único destino de llegar a la hebilla de tu cinturón. En pocos segundos ni un solo centimito de tela te protegía de su disimulado escrutinio. Finalmente, tu aliento es robado sin piedad alguna cuando deja un sordo beso sobre tu cuello antes de apartarse. Escuchas el tintineo de las hebillas de sus propias vestiduras al caer y el movimiento del agua antes que su voz vuelva a llamar, ahora, seductora, casi indescriptible frente a las emociones que se desbordaban desde cada poro de tu piel erizada - No te quedes ahí, ven.
Volteas lentamente, intentando concentrarte el silencio o en el sonido apenas audible, incluso para ti, de tu respiración superficial y acelerada. Lo que sea que te distraiga de sentir el peso malicioso de su mirada. Su mano esta extendida en tu dirección y sin dudar la tomas, dándote un apoyo firme a la hora de seguirlo directo dentro del agua donde esperaba plácidamente que te le unieras. Intentas relajarte aunque es imposible. Tantos años después y cada momento parecía el primero una y otra vez. Sin embargo, ahí estaba él para salvarte incluso de ti misma. Si inocentemente pensaste que aquel beso inesperado de hace pocos segundos habría de ser el último de la moche, estabas equivocada, más llegaron, desde la base de tu cuello hasta casi la nuca, una tras otro, mientras te jalaba hacia atrás para que reposaras la espalda sobre su pecho. Toma tu mano, sacándola del agua, tus piernas que estaban recogidas, prácticamente en posición fetal hasta hace poco, ahora se distienden tímidamente. Mientras el entrelaza sus dedos. Sientes su boca inquieta divertirse en la línea de tu mandíbula mientras giras la cabeza ligeramente en su dirección.
-¿no estas feliz de haber decidido quedarte ahora?- se ve y oye muy satisfecho, como si lo tuviera todo de un momento para el otro y ya no hubiera nada mas que buscar o desear, nada que no tuviera. No querías responderle exactamente lo que quería oír, aunque supiera que esa era la respuesta. Por fin dejas salir un relajado suspiro, liberando toda la tención acumulada, sintiendo el calor del agua y tu compañía envolverte.
-¿vas a contarme ahora lo que haz estado planeando estos días? Tu hermano me ha estado haciendo morder el polvo casi a diario y tu parecías muy feliz con tus mandados- su sonrisa se delata al aparecer sobre sus labios que hasta hace poco no paraban de posarse una y otra vez en ti.
-Es una sorpresa.
-No me agrada que digas esa palabra, Loki, es peligroso- ríen juntos, por esos breves instantes, desearías voltear y verlo de frente, a pesar de estar consiente que una vez eso pasara, te arrepentirías de inmediato.
-es una sorpresa para ti, no pienses que hago algo indebido... aunque eso puede cambiar- aguantas la respiración mientras muerdes tu labio inferior ese, no era ni el lugar ni el momento para hacer ese tipo de amenazas. O pudiera ser justo lo contrario.
-¿Ni siquiera una pista?- se paraliza por un segundo y estira para poder verte a los ojos, que traías bien abiertos y alertas. Tiene una ceja arqueada, no creyendo que después de lo vivido en el crucero pudieras actuar tan inocente. Aunque en ese momento, no tienes intención de entender su juego, simplemente por que de esa forma dejaría de ser tan divertido.
-No... ni siquiera una- haces un puchero, con el mejor esfuerzo puesto en verte adorable, si es que siquiera eso era posible. Antes de aceptar que solo rozabas el ridículo, su mirada se suaviza radicalmente ¿pudiera ser que lo hayas conseguido? -lo haces a propósito- dice, peligrosamente cerca ya, entrecerrando sus ojos.
-no tengo idea de lo que dices- realmente quieres convencerte a ti misma de que es así, cuando por fin toma tus labios entre los suyos y profundiza el beso lo más posible, arrastrándote, mientras te cuelgas de cuello en busca de no resbalar.
Caminas envuelta en una húmeda bata de baño, o eso era, al menos, para lo que servía esa prenda, bien podría ser solo pesado y destallado vestido marrón, uno bastante feo. Tu cabello gotea tanto en tu hombro como directo al mármol y a las alfombras a medida que vas a la sala de estar, tanto tiempo en el agua te hace sentir más pesada, eso y que te tiemblan las piernas sutilmente. No notas como es que Loki te observa apoyado en el marco de la entrada del baño con una sonrisa satisfecha, para él, parecías un pobre cervatillo que apenas sostenía su peso en sus delgadas patas. En uno de tantos pasos lentos, tu rodilla derecha sede inesperadamente y antes de perder el equilibrio, ya tienes al Dios sosteniéndote. Suspiras derrotada, siempre se salía con la suya. Lo observas con una mirada irritada.
-puedes soltarme ya, estoy bien- reclamas intentando levantar los brazos para sacártelo de encima.
-¿no se supone que deberíamos ir a dormir absolutamente enamorados y pegajosos?- en esta ocasión, su propio reclamo te hace reír, podría ser que en otras circunstancias, siendo nueva en todo el asunto, así como él creía que su dinámica parecía ser.
-No, no te daré el gusto- te recuestas de mala gana en el sillón del centro y recargas los pies en una de las mesita de la sala.
-¿Por qué no?- te había seguido como un cachorro y su voz era equiparable a la de un niño berrinchudo, tienes la imperante necesidad de sujetar tu entrecejo con los dedos.
-por que es muy temprano y tengo hambre, ha sido una de no parar, primero el entrenamiento y ahora...
Cuando lo observas, lleva una sonrisa de oreja a oreja, revelando lo absolutamente divertida que encontraba toda la situación. No tienes idea de que hacer a continuación, a veces te irritaba un poco al mismo tiempo que era adorable. Te vuelves a poner de pie, ahora al 100% y prosigues al baúl del fondo para poder cambiarte con algo ligero y limpio. Extrañabas los pijamas de la tierra, eran simplemente el mejor modelo de ropa cómoda que existía. Consigues un camisón gris que se ataba con un laso en la cintura y de ajustadas mangas largas. Amarras tu cabello aun mojado en un moño y te vas directo para el comedor, siempre habría algo que te apeteciera en la enorme mesa del banquete. No has solicitado compañía al salir de la habitación, pero no por ello dejas de escuchar unos pasos cerca de ti, sin intención de dejarte ir sola a ningún lado, por muy molesto que fuera. En el comedor se dan cuenta que, precisamente a esa hora, no son los únicos que han tenido la maravillosa idea de ir a comer algo antes de la cena. Thor y un par de doncellas de compañía que seguramente se habían fugado de sus deberes en otro lugar ocupaban un par de sillas y servían un par de copas.
Intentas que pasen en totalidad de tu presencia con una entrada discreta y pasos tan callados como los de un ratón. Te posicionas detrás del grupo, mientras en un tazón sirves algunas cosas que irías a comer al cuarto para evitar cualquier confrontación o la mas mínima conversación inocente. Sin embargo, la presencia de Loki y altera al grupo de su animada reunión privada, se acerca hacia ti y procede a servir se una copa modesta de hidromiel. Thor lo saluda y en cuanto te ve, planea hacer lo mismo, sin embargo, nota tus vestimentas casi provisionales, el cabello de ambos, mojado, y esa mirada fresca en los ojos azules de su hermano. Pone una cara cómica que esta a punto de matarte de la vergüenza, ni siquiera cuando lo conociste y Loki en persona le contó lo de la poción tuviste que pasar algo de esa naturaleza. Loki solo alardea sin decir una palabra a la vez que se regodeaba en estar plenamente al tanto de tu desesperación por desaparecer de aquella inmensa sala de banquetes.
-Veo que ya se hablan nuevamente- podría ser que en esas cortas dos semanas y media no se hayan visto más allá de lo estrictamente necesario como para aparentar que todo estaba bien, por lo cual es de suponer que Thor pensaba que estaban peleados.
-Mhh no sabía que estábamos en malos términos ¿o si?- voltea verte en busca de respuestas que no necesitaba.
-No y a menos que quieras estarlo, mejor vámonos- ya con un buen plato de frutas y demás cosas cuyos nombres no sabias, podrías haber salido corriendo de ahí como si se te fuera la vida en ello. La risa del hermano "favorito" resuena en las lejanas paredes. Empeorando todo, para ser honestos.
-¿Ya te llego la invitación, hermano?- la pregunta de Loki era siniestra y doble intencionada, aunque no era claro el como o por qué.
-¿Cuál invitación?
-te llegará a no más tardar esta noche estimo, veras, se organiza una... fiesta, a petición mía- nuevamente el heredero se ve descolocado, muchas cosas inusuales en muy poco tiempo, llegas a pensar.
-¿Tú? ¿Una fiesta? Son cosas que jamas habría imaginado juntas, hermano ¿puedo saber a que se debe?
-¿No es obvio? Pues a ella- y te señala fingiendo que es poca cosa y que esa charla es como cualquier otra. Si pudieras solo explotar en combustión espontanea y letal, ese seria el momento justo. Las doncellas que los acompañaban en relativo silencio se ríen y hablan entre ellas a voz baja. No lo suficiente, por supuesto, ya que escuchas como una de ella dice entre risitas, estando algo ebria ya, de paso, "que envidia" aunque pudiera ser que fuera sarcástica. En cualquier caso, solo la miraste con enojo, resistiendo decirle algo.
-bueno, gracias por arruinar la sorpresa- le dices a ambos hermanos- Loki le da el último sorbo a su vaso, volteando a verte después de toda esa charla seguramente planificada de antemano.
-oh, no, Sigyn, solo quería aprovechar esta oportunidad, frente a estas personas- las observa y señala muy brevemente -para pedirte que seas la invitada de honor y claro, mi cita- era un detalle de su parte, de no ser por que lo fingía todo para molestarte, ya que claramente no estabas de humor en lo mas mínimo. Sonríes sin disipar la rabia de la mirada.
-Por supuesto, seria un placer- Thor vuelve a reírse ante la condescendencia de ambos.
-definitivamente son uno para el otro, como dos víboras de cascabel- la mala espina se le clava en ese momento. Tal vez solo estabas adelantando las sospechas ante su hermano, mucho antes de que realmente hubiera razones para que estas existieran.
-Creo que me retiro ahora, iré -ves a Loki fijamente- sola- continuas de cara al resto - a dar un paseo, fue un día largo.
Sales de la sala sin intención de tolerar que alguien te siguiera. Nadie lo hizo, así que pudiste concentrarte en el sonido constante de tus imperturbables pasos rítmicos sin destino fijo por los pasillos interminables. En tu mente se mezclaba todo lo que tuviera lugar. Y el miedo a que en cualquier momento la mascara de paz que los envolvía se cayera y rompiera en un millón de trozos. ¿Cómo se le ocurría hacer una fiesta en esas circunstancias?

NOTA
¿Qué opinan de ese tipo de tensión? Realmente me siento rara agregando cada vez más contenido de esa naturaleza, pero quien sabe a donde terminaré llegando.

Un gusto volver a escribir esto y espero seguir.
Nos leemos pronto.

El Bucle -Loki y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora