Conversación

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Onceaba Parte

Previamente…

En capítulos anteriores, después que Loki consiguiera controlar el avance acelerado de la maldición, y te presentará a su hijo Sleipnir, cumples el desafío de duelo con Thor. Hablan sobre el interés de Odín en La Chispa, sobre tu cumpleaños inventado en tres semanas. Planeando detener lo más posible la coronación de Thor.

Ahora...

Tenías una escusa para  buscarlo, algo que desearías tener siempre. Loki no se veía feliz cuando estaba parado en el mirador, antes de girarse e irse.

No te detuviste ante la oportunidad de preguntar a todos los que se te cruzaban por los amplios corredores del castillo si es que lo habían visto. Y con suerte, un par de ellos te dieron unas cuantas instrucciones poco precisas que usaste para reducir el perímetro de búsqueda. Finalmente lo encontraste en uno de los muchísimos balcones semicirculares que estaban el tercer piso. Simplemente en silencio, con la vista perdida en el vacío que se extendía fuera de la ciudad, las colecciones físicas casi infinitas de los mundos debajo de este. Ese intimidante vacío por el que, al final… tendrían que caer.

-Te estaba buscando, tengo un par de ideas que deberíamos discutir- le dices, llegando a su lado para compartir el panorama.

-¿Qué ideas?-se abrió al diálogo al instante. No esperabas esa reacción, sin un “¿no deberías compartirlas con mi hermano?” Ni esa sonrisa peligrosa en los labios. Su fingida madurez es más graciosa. Lo conocías lo suficientemente bien, tenía esa vena celosa, aún siendo poco más que amigos, poco más que conocidos incluso. Era parte su  personalidad.

-Para empezar, creo que podrías hablar con tu hermano para que retrase él mismo su coronación, hablo… de una sutil manipulación que seguro no te va a costar nada- voltea a verte, se apoya en la barandilla del balcón. Sus labios se tuercen pacíficamente en una sonrisa misteriosa y agradable. Cada gesto resalta lo bien parecido que es y en esa extraña situación hace que te tiemblen las manos y las palabras comiencen a trabarse entre tus dientes.

-¿De dónde sacas la idea de que sabría como hacer eso?- te detiene, tu respiración e incluso podrías jurar que tu corazón también. Cada comentario suyo era un decir “te atrapé".

-Hagamos un trato, tú simplemente me sigues la corriente hasta que te cuente porque tengo absoluta razón en todo lo que digo- te apoyas en el barandal también, jugando su juego. Tomando toda la valentía que te puede haber en el cuerpo para no temblar. Querías parecer suficientemente interesante, seductora como él lo era, querías que te viera con los mismos ojos a los que ya estabas acostumbrada. Y que extrañabas a no más poder.

-Sólo responde una pregunta, sólo una y nada más.

-Adelante- temes a lo que sea que vaya a cuestionar, temes al saber que tienes que decirle la verdad, pero no puedes explicarle porqué lo es.

-¿Por qué me conoces? Me refiero… en el sentido ¿Qué soy para ti?

-Dijiste sólo una pregunta.

-Eres suficientemente lista como para saber que es sólo una pregunta.

-¿De dónde sacas la idea de que lo soy?- esos tira y afloja, repetir sus palabras como si estás fueran dagas de doble filo que sujetó por la hoja. Todo ello era parte del pasado, de como se llevaban antes y también parecían volver, como las olas brillando tenuemente en la noche de un mar tranquilo.

-Simplemente… me pareció que así era.

-Entonces, respecto a jugársela un poco a tu hermano, podría decir lo mismo- ríen, él te señala, con sus típicas y elegantes maneras de mover las manos, de dirigir su lenguaje corporal.

El Bucle -Loki y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora