El Bucle -Loki y Tú-

La Cueva

Nota
Buenas, espero que tengan feliz viernes. Al final, después pensarlo un rato, contando los capítulos que estimo que faltan, (sin contar los de Loki) he llegado a la conclusión de que estaríamos acá hasta finales del 2019 XD y la verdad ¿quién quiere esperar un año entero? Ni yo, para que lean, ni ustedes, para enterarse.
Así que me voy a matar para que tengan tres actualizaciones por semana, se mantienen lo de lunes y miércoles, agreguenle el viernes. Y realmente les recomiendo escuchar las canciones que les dejo, notarán un mismo estilo en casi todas XD son la banda sonará del fic lol.
Ahora si, disfruten este 7u7 se lo ganaron.

Catorceaba Parte

No hay tiempo para decirle nada a Lurán, ir a la enfermería sería conseguir que te matasen. Tomas al primer guardia que vez y, como puedes, tragando sangre y consiguiendo aire a tropezones, le preguntas donde está Loki. En un inicio no entiende la pregunta, mejor dicho, el motivo de la misma, pero al verte desesperada y chorreando una tenebrosa cantidad de sangre casi negra, dice haberlo visto entrando a reclamarle a su padre la imposición de ir a la fiesta que estaba por venir. Corres, no te importaba tener que rodarte las escaleras con tal de llegar más rápido. Encuentras a Loki saliendo de la sala del trono, se te queda viendo y se detiene cuando corres a su dirección casi bañada en sangre, estas muy consiente de cuanta has perdido y cuanta más puedes perder sin desmayarte. Tapas tu boca y nariz con la pañoleta de Lurán, aunque ya no sirve de mucho, empieza a gotear también de esta. Y no importa cuanto te acercases a Loki, no parecía mejorar, de hecho empeorabas. A pasos de él, extiendes la mano, dejas tu peso hacia el frente, no como quien quiere tocar a la persona delante del muro, en realidad, con la clara intención de apoyarte en dicho muro. Efectivamente, traspasa la ilusión y Loki, lejos de verse molesto, está preocupado. Arrojas la pañoleta ensangrentada al suelo, dejas que la sangre siga cayendo por tu nariz y boca mientras te cuesta respirar, los ojos de Loki se detienen a ver las manchas negras que se forman en tu cuello y pecho. Apenas puedes rascar el oxígeno necesario, no puedes imaginar el dolor que estarías sintiendo de no haber timado la salida fácil hace un tiempo.

-¡¿DÓNDE ESTÁS?!- lo que intenta ser un grito es un simple susurro. Sientes la conciencia pesada, sabes que te desmayarás en cualquier momento, la hemorragia interna debe de ser peor.

-Sigyn… pero qué...

-Loki, por favor ¿Dónde estás? – súplicas viendo, inevitablemente el suelo, ahorrando fuerzas, dejando de pelear contra la gravedad que deseaba desplomarte en el suelo con mas ánimo que nunca. Él se tomó un par de segundos, ello no obstante, la urgencia de la situación activo sus instintos y comenzó a caminar con apuro tras darte la orden de seguirlo.

Pudiste sentir punzada agudas de dolor con el esfuerzo de seguirlo a buen ritmo por todo el recorrido hasta sus aposentos. Eras la única que podía interactuar con las cosas, así que abriste la puerta con el peso muerto de tu cuerpo, a penas de pie. Caíste de rodillas por el esfuerzo. Y Loki hizo la apología a poner una mano sobre tu hombro a sabiendas de que no sentirías nada.

-De pie, Sigyn… date prisa- intentaba ser suave al decirte esto, por alguna razón, en tus oídos que empezaban zumbar, se escuchaba como un grito.

Otra vez, a cuestas, manchando el suelo con chorritos de sangre, sigues sus instrucciones al pie de la letra. “Aparta esta cortina", parándose junto a dicha, le haces caso y detrás había un ropero de color negro, de madera sólida y aspecto poco amigable. “Ábrelo con un hechizo… el primer oscuro", a los hechiceros estudiados bajo los órdenes tradicionales, esto significaba un viejo encantamiento que provocaba dolor sobre lo que se usase. Complemente inútil hecho nada más así, pues requería un cetro o fuente de poder externa. No es difícil, pero te cuesta en ese estado, al abrir la puerta hay un montón de cosas. “Toma esa bolsa y vámonos", un saco del tamaño de un melón de color azulado espera a que lo sostengas, es pesado, tienes que invertir una parte importante de tus fuerzas al llevarlo.