Asombrada observas como los pasos apresurados de casi cada sirviente del palacio doblan su velocidad habitual, rumores corrían entre aquellos empleados de la corona que poco o nada podían saber de primera mano. Durante la mañana del día anterior se escucho al príncipe Loki rogarle a su madre por dejarle organizar una cena, cuasi un banquete. El primer pensamiento que tuviste fue ¿Otra fiesta? Pero apenas terminaban las ultimas celebraciones, era ridículo ¿Qué pensaba Loki? Siempre era el ultimo en sumarse a esos despliegues. Y aun cuando deseabas preguntarle, parecía evadirte desde la noche en que decidieron que Thor los ayudaría. Y aunque ninguno estuvo solo aquella vez, debido a que madrugaste y a que dicho Dios se incursionaba en la complicada misión de hacerle pensar a su madre que no planeaba una travesura, no se habían visto mucho.
Entrenar, por otra parte, era más divertido de lo que recordabas. Thor parecía igual de “bueno" para la batalla que siempre. Menos paciente, estaba claro. El hacha de Cambiante era un arma pesada, difícil de maniobrar, cuya técnica te eludía por completo. Estabas considerando dejarla, puesto que no podías adaptarte, una espada, un arco tal vez, parecía cada vez mejores opciones. Mientras más veces la hoja de tu arma se clavaba irremediablemente en el suelo, cada vez que perdías el equilibrio por su peso o no podías esquivar un ataque a menos que la arrojaras a un lado. Condenando por completo cualquier intento de defensa una vez derribada, más lejos veías el día en que terminarían tus problemas y estarías en paz una vez más. Agotada, cubierta de sudor y polvo en partes iguales, cargando la pesada hacha sobre el hombro derecho te das por vencida aquel día, pensando que a la mañana siguiente la claridad te ayudaría a pasar mejor los obstáculos. Pero Thor parece no estar listo para dejarte ir aún.
-Va a ser difícil si te das por vencida tan rapido ¿De donde sacaste esa hacha? Se ve bien… pero es muy grande para ti- estando a la mitad del campo y tú a un extremo, tiene que mantener un nivel alto en la voz.
-Me la dio una amiga, Cambiante… la que…
-¿Esta haciendo preguntas para ti allá afuera?- lo vez un poco preocupada, pensando en la opinión que tendría de ti en ese momento.
-Algo así…- estas algo avergonzada, tanto por la charla como por tu actitud derrotista.
-Préstamela- te dice pidiendo el hacha con la mano y brazo completamente extendidos en tu dirección. Das un paso adelante y mientras tu brazo agotado se queja por dejarlo cargar todo el peso de aquella cosa enorme por su cuenta, le das el hacha por el mango.
Dicho esta por tocar los dedos de tu nuevo entrenador, y en el instante en que este siente la superficie de cuero el hacha se hace humo. Se evaporada figura dura segundos en el aire, suspendida entre ambos, para luego ascender y mezclarse con la atmosfera como si ni siquiera hubiera existido para empezar. Ambos quedan con las manos extendidas, evidenciando que alguna vez tuvieron intenciones de pasar alguna cosa, pero dicha se había ido.
Quedas congelada en la impresión unos segundos, Thor observa con la misma mirada frustrada e incomoda con la que expectó los truquitos mágicos de su hermano toda la vida, con el claro presentimiento de que algo saldría muy mal para él, en especial para él, dentro de poco, mucho antes de lo que esperaba, tal vez. Tú solo estas asustada ¿Y el hacha? Cambiante se pondría furiosa, no sabías que nadie más podía tocarla o pasaría aquello. Podría haberte avisado, ahora algo que parecía fundamental simplemente se habia evaporado.
-¿Dónde se fue?- pregunta el heredero. Algo atolondrado todavía.
-yo… yo no lo sé, no había hecho eso hasta ahora… es…- tiemblas al no ver ninguna solución posible, la materia no se vuelve a reconstituir así nada más.
-Como si sólo tú pudieras portarla…- obviamente el dios del trueno se sentía muy identificado con esa frase, aunque no tenia idea de como realmente portar dicha hacha, si es que era más un tema espiritual, como su martillo, o simple desidia del herrero, aun así, tenía el consejo perfecto para aquella ocasión -Intenta llamarla- te quedas en silencio, la imagen mental del brazo extendido de Thor esperando su martillo te llega con rapidez. Pero no sabías que debías de pensar o de sentir, sin embargo, dejas que esos mismos instintos de toda la vida tomen el control, era mejor que nada, pensabas.
Extiendes la mano así como Thor lo haría, aunque nada vaya a llegar volando de la distancia. Observas ese vacío que tenía la intención de ser llenada con el mango del arma. Imaginas tu tacto, piensas que visualizarla tal vez ayude. Lentamente observas como el aire se condensa en un humo negro que a cada segundo se hace más másas espeso, de forma que en poco menos de un minuto, el hacha prácticamente se esta materializando entre tus dedos, a poco de ser tan solida como siempre lo ha sido. En el ultimo momento, dejas que caiga al suelo en lugar de sostenerla, la hoja toca la tierra suelta primero, y el mango, en lugar de seguir su camino hasta abajo, aterriza en tu palma grácilmente. De esa forma no tenias que cargarla.
-Esa cosa definitivamente es tuya- dice Thor, bastante asombrado -¿Cómo es que te la paso alguien más?- el secreto es que no habia sido alguien más, eras tú, de alguna manera.
-No… lo sé…- no sabías que escusa inventar mientras otras ideas iban y venían , algunas de ellas bastante buenas y que sin dudas pondrías en practica. Si el hacha era humo… tal vez habían otras maneras de hacerla desaparecer… intentas exactamente lo mismo persona la inversa, viendo si podías hacerla humo de la misma forma en la que la llamabas devuelta. Al inicio la misma materia en un estado prácticamente plasmática refleja tus dudas como un espejo, dándote las pistas correctas por donde seguir y así, en un parpadeo, también se a perdido en la densidad de la atmósfera. Sonríes satisfecha, si era así, no tenías que cargarla, era sólo humo sin peso, perfectamente pensada para ti -Un intento más- observas al heredó de del trono que está bastante sorprendido y que ahora también tenía la misma emoción alegre en el rostro.
-¿Crees que ganes esta vez? – tu brazo derecho está extendido junto a tu cuerpo en posición de descanso, y solo te hace falta voltear tu mano hacia el cielo para que a tu lado el arma caiga en el suelo una vez más y el mango justo entre tus dedos, justo como lo habías imaginado.
-Estoy segura- afirmas algo emocionada de demostrarte a ti misma la verdadera ejecución de alguna de las pocas ideas que tenías hasta el momento.
Thor sólo naciente y con el martillo en mano dobla las rodillas y se pone en posición de espera de tu ataque, arrastrado tu arma a un paso rapido, y en lugar del golpe lateral que tu oponente espera le lanzas el objeto afilado de frente y con torpeza, lo que lo saca de equilibrio e intenta cubrirse el rostro del golpe, obviamente en vano, ya que al primer mínimo rose el hacha ya no está ahí y tu, que haz corrido a su espalda la llamas de nuevo y golpeas directo a sus pies del lado sin filo. Thor cae, el arma se va de nuevo y regresa a tus manos cuando estás de frente del indefenso príncipe, apuntándole.
-si me salió- presumes reteniendo una jubilosa carcajada. Thor está respirando algo cansado, o más bien intentando descubrir que pasó mental poco tiempo y como es que terminó con la espalda en el suelo, sin embargo, cuando el arma ya no está a centímetros de su cara y le tiendes la mano para ayudarlo a que se ponga de pie, también comparte el optimismo.
-Definitivamente eres peligrosa. Me alegra no tenerte de enemigo, Sigyn- el apretón de manos que sigue, lleno de compañerismo es el último atisbo de esa sensación positiva que te invade. De inmediato piensas en que en realidad no vas a parar la próxima vez que tengas que jugar con las armas. Que la próxima vez sería real y cuando el enemigo caiga, su cabeza rodaría lejos de su cuerpo y sería gracias a ti. Tiemblas. ¿Qué significaba de verdad pelear una guerra? ¿Qué significaba matar de esa manera? Una y otra ocasión de llenar tus manos de sangre. Perder le número de la cuenta de victimas y de lo contrario, morir. Nadie estaría ahí par tu lugar, nadie pelearía esas batallas en tu nombre. No está vez. Ni siquiera Loki o su hermano, mucho menos Tony o Natasha o Bruce, que a ese momento no saben que existes. Si quiera tenían categoría de héroes.
-Supongo… que gracias- le dices dudosa en respuesta a Thor -Creo que ahora si es suficiente entrenamiento… te ganaré de nuevo mañana ¿está bien?- ríe de tu comentario y te abraza fuertemente.
-Suerte, no pierdas el espíritu…- al soltarte sigue con las manos en tus hombros, aprovecha la distancia para susurrar algo - aquí entre nos, apreciaría que no dejaras que te maten. Loki de verdad esta yendo serio contigo y no soportaría que te pasara algo- te sonrojas, incrédula de que sea el hermano mayor quien este revelando ese no-secreto de esa manera. Pensando, quizás, que no concias claramente el status quo de la relación que los unía a los tres en aquel presente.
-No lo haré…- no tienes idea de que responder, la genuina calidad de atrapada por sorpresa es más que suficiente para tenerlo satisfecho, te deja ir del agarre pesado de sus manos y se acerca a las bancas al fondo para recoger la capa que se había sacado de encima.
- Me alegra, nos vemos mañana, Sigyn- después de aquel último diálogo, se aleja de la arena de entrenamiento a paso ligero y tu sigues sus huellas hasta la misma banca, donde tu abrigo también fue dejado atrás.
Te vistes, procurando no estar llena de tierra todavía. Tal vez era mejor sólo ir a tomar un baño, a fin de cuentas. Y con intenciones de regresar a tu cuarto dentro del Palacio chicas con alguien, alguien lamentablemente invisible. Evita un caos sosteniéndote viendo das con su persona y sonríe tajantemente en cuanto la solución se a desvanecido. Claro que había chocado contigo a propósito. Necesitaba revelar que habia escuchado casi cada palabra de forma dramática. Estas bastante preocupada por Thor, quien no estaría absuelto de revelar secretos ajenos pronto si es que su hermano menor había escuchado lo que te había escuchado sus susurros de hace rato.
-¿Estabas espiando? Sabes que puedes ver sin tener que estar oculto ¿no?- quieres simular estar libre de preocupaciones tomando el lado cómico del asunto. Aún decidida a llegar al cuarto de baño y sacarte la mugre de encima.
- Lo sé, sólo que así no es divertido- por supuesto que no, sólo niegas con la cabeza mientras ríes cínicamente, habituada a esa mentalidad algo complicada y tan interesante de siempre. Él, por su parte, se acopla a tu lado sin tener en consideración a donde te dirigía a.
-Iré a bañarme, nos vemos luego- no es que desearas que te dejará en paz. Sólo no estabas segura de querer tener una conversación sentimental o incómoda en ese momento.
-Genial, iré contigo- voltea a verlo, esperando que no se refiriera a lo que tenías en mente, aunque después piensas “¿por qué no?” ciertamente te merecía un premio. Suspiras, dejando ir la tensión. Era mejor aceptar al Dios de las mentiras como sea que venga en el empaque ¿No? Si eras incapaz de dejar ir lo sucedido ¿Qué hacías ahí? Buscas su mano colgando a pocos centímetros de la tuya. Entrenadas sus dedos y luego doblas el codo para, prácticamente, colgarte del príncipe. Apoyas tu cabeza a la altura de su brazo a la que alcanzas. A veces te sentidas demasiado bajita.
- Me parece una buena idea- dices al cabo de avanzar un par de pasos más -¿no estabas ocupado?- le preguntas casi en las puertas del Palacio.
-Sí… bueno, ya me salí con la mía así que no importa- sabes que voltea a verte cuando habla, aún cuando tus ojos estuvieran dispuestos en el camino.
-Conozco gente que se aterraría al escuchar esas palabras salir de tu boca.
-y yo- estaban cruzando los pasillos llenos de sirvientes correteando de aquí para allá comedidos en sus labores. Al pasar tus ojos rápidamente por el entorno, peinando con la vista intentando reconocer algún rostro. Notas como todos observan muy interesados su paso por el corredor. Aquellos que llegan a toparse hablan en susurros. Sin siquiera cuidar que no los encuentres viéndote fijamente.
-¿No estamos siendo excesivamente vigilados?- preguntas ya incomoda con la situación.
-Sólo piensa en como estamos invadiendo su territorio- se burla, viendo al frente sin prestar atención a la gente ruidosa de los alrededores. Y aunque era una broma en teoría tiene razón. Tus manos sujetas, sus brazos cruzados, demostrando, sin pena alguna, su “relación", todo lo que hasta hace poco nada más había sido rumoreado. Te relajas entendiendo sus razones, aunque no del todo, aún con tantos ojos encima cual si fuera un desfile en pasarela. Avanzan en silencio, porno menos tu sí estabas preocupada de que escucharán de ansiado. Pero al llegar a tu habitación, podría decirse que ya estaban a salvo, al igual que sus secretos.
Aún en calma y sin mucho que decir, Loki se retira la pesada indumentaria del abrigo, dejándolo sobre tu cama. Por primera vez en un muy largo tiempo, sentías que actuaban como una pareja de verdad… O en realidad, sería más correcto decir que de verdad estaban simplemente actuando…
-imagino que los rumores abran llegado a tu madre y que en realidad, tu padre debe estar muy complacido…- al final las cosa habían salido excesivamente Bien para el Dios. Quien sonríe con esa expresión que dejaba entre ver lo poco sorprendido que debía estar ante esas conjeturas. De hecho, asumiendo que asumían de él lo peor.
- Yo creo que sí, deberías escuchar a mi padre, está completamente obsesionado con que me casé antes que mi hermano… Y en parte puedo entenderlo… No creo que Thor…- se corta en seguir hablando.
-¿Qué? – Te acercas a él.
- Ya sabes… cosas de… herederos futuros…- no pensabas ver un solo atisbo de rubor en su cara por mucho que dijera lo que dijera. Aunque no por ello, en su mirada se escondía esa vergüenza casi infantil. De todas formas. La idea también te llega sin preparación mental alguna. Y son tus mejillas las que se tornan de un rosado color.
-ya veo.
Retrocedes y le das la espalda… era obvio se refería… Pero si Odín lo pensaba se estaría equivocando. En tu vida… No parecía nunca haber ni que fuese ese alguna vez a haber espacio para… hijos…
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El Bucle -Loki y Tú-
FanfictionSecuela de "No lo Respires" Es el fin, mientras los últimos esbozos de esperanza tejen sus planes para salvar lo que queda del universo, se te ha encargado una única misión. Resistir. Todo va como se pensaba, hasta que cometen un error, uno que debe...