Ambos estaban sentados. Sin decir nada, solo se miraban y luego el silencio fue interrupido más de una vez por la mesera de la cafetería. Matt estaba muy nervioso y también adolorido, no soportaba desde ayer ese dolor intenso en su cabeza. Eran pulsadas que le daban constantemente y él y tú; sabemos muy bien cual es la causa de todo ese insoportable dolor de cabeza. Por otro lado la ojiverde también estaba nerviosa, a su cabeza venían miles de ideas y posibles temas incómodos que podría abordar su buen amigo. Al mismo tiempo le dieron un largo sorbo a su café muy cargado, Matt sabía perfectamente que eso le daría más daño, pero él siempre había sido un chico muy terco. Luego de pensar cómo comenzar Matt lo decidió por fin, pero comenzaría lento.
—A los dos días de recién llegar a esta ciudad —comenzó a hablar en chico. La ojiverde sólo le prestaba atención muy atenta. —, me encontré con esta cafetería, me llamó la atención su color del interior y la forma de atención. —se quedó en silencio mientras le echaba un vistazo a su alrededor. Lauren están un tanto confundida, pues no esperaba que comenzará así. —. Cada persona comete errores. Y muchos de ellos son de vida o muerte.
Un silencio reinó nuevamente en la mesa. Lauren ya estaba cayendo en el sentido de comenzar la conversación. Él se refería a él error que ella había cometido. O eso pensaba la ojiverde, pero no era la única que estaba en la situación del arrepentimiento y tampoco era la única que en su pasado había cometido muchos errores malos y dañinos para los demás.
—Al final no pues revertir lo que haz hecho —continuó el chico mientras miraba un cuadro en la pared; la cual estaba a espaldas de Lauren. —, quizá se arregle con un simple 'perdón', pero no creo que eso funcione.
—Matt yo... —trato de hablar pero su amigo no la dejó.
—Esto no es de ti Lauren —Matt la vio a los ojos muy detenidamente, estaba muy nervioso. Pero debía hacerlo. —, esto es sobre los errores que he llegado a cometer.
Matt debía sacarlo. Era ahora o nunca lo haría. Literal. Ya que no tenía más días ni semanas, simplemente era este día que tenía la oportunidad de tenerla allí, frente suyo a la ojiverde, a la cual le debía decir todo lo que se estaba guardando desde muchos años atrás. Era algo que le estaba retumbando en su conciencia. Algo que no lo dejaba dormir en paz. Debía hacerlo.
—Cuando era un niño de 11 años —Matt siguió hablando. Lauren le dio un corto sorbo a su café. —, tenía una vida excelente, tenía a mis amigos de colegio. —Lauren estaba en una tormenta con su conciencia; pero no sabía que con este secreto todo se convertiría en un huracán. —. Mi familia odiaba a la gente diferente, ¿sabes?. Yo me convertí e hice uno de ellos, no me gustaba la diferentes personas.
—Pero... —ella tenía duda a lo que se refería con 'diferentes', con duda le preguntó. —¿A qué te refieres con gente diferente?.
—En mi antiguo colegio tenía a una compañera de clase —Lauren pensó que evadió su pregunta, pero no era así. —, mis amigos y yo la molestabamos, eramos unos idiotas la verdad. Ella era normal, no tenía ningún virus. —se quedó en silencio mientras evitaba la mirada de la ojiverde, estaba muy nervioso. Lauren se hizo ideas de lo que estaba por seguir. —. Ella tenía un gusto por las chicas —una pulsada le vino a su cabeza y trató de tranquilizarse un poco y seguir. —. Le decíamos fenómeno y rara. Eramos unos idiotas. Les comenté a mis padres sobre eso y ellos me dijeron cosas feas sobre la pobre chica.
Lauren estaba muy atenta a lo que decía Matt, lo que le comentaba Matt sobre la chica se parecía a su pasado, la vida en el colegio cuando los niños la molestaban. Matt se tocó la sien tratando de tranquilizar un poco esas insoportables pulsadas.
—Es difícil seguir. Tengo tantos errores que cometí.
—Fue un error, Matt. —Lauren le dio una leve caricia a la mano del chico; la cual estaba encima de la mesa. —. Todos cometemos errores...
—No entiendes, lo mío fue el peor error de todos —Lauren no lograba entender a que venía todo esto de él y su pasado. —. Quisiera que me perdonará. Quisiera que ella supiera que fui un idiota.
—Bien, eso me alegra —dijo Lauren, pues estaba muy orgulloso de él por reconocer su error. Pero algo no andaba bien. —¿Por qué no la buscas?.
Ahí fue cuando todo pasó lento a su alrededor. Ambos estaban solos en la cafetería, o eso era lo que ellos querían pensar. Pues lo que venía a continuación nadie se lo esperaba. Matt si.
—Por qué ella... Ella eres tú Lauren.
Lauren dejó de respirar por un momento. Estaba en shock, totalmente. No podía creer lo que su amigo le estaba diciendo. No entendía nada de lo que estaba pasando en esos momentos en esa cafetería. Simplemente era algo sin-realista, ella no lo podía creer.
—Austin Mahone era mi mejor amigo —Matt estaba muy nervioso y también le comenzaba a dar más pulsadas de dolor. Pero debía seguir. —. Con él te hacíamos la vida imposible. Lo siento demasiado Lauren fui un idiota.
Lauren estaba pasmada con todo esto. Ella trató de traer imágenes de su pasado, pasado donde estaba ese estúpido niño que la insultaba, lo recordó. El chico de ojos verdes que siempre estaba atrás con sus estúpidos amigos, ese niño que la llamaba fenómeno. El que le tiraba su sandwiches a la arena y lo pisaba. Lo recordaba, había tenido tanto rencor hacia ellos que se había olvidado por completo que ellos aún existían; por desgracia. Matt estaba sudando por lo nervioso y también por el dolor intenso de cabeza, Lauren no decía nada solo se quedaba viendo algún punto específico en la pared, no sabía que decir o cómo actuar.
—Yo Lauren lo siento. Cuando te vi en la revista de Time's, quince buscarte y pedir perdón —se acaricio la sien, estaba muy frustrado y también adolorido. —. Quiero que sepas que ya cambie y se que ya es tarde, arruine tu infancia. Y aunque no lo logrés creer, quiero regalarte algo que cambiará tu vida.
—Fuiste un completo Imbecil —le salieron esas simples palabras de sus labios, ella están furiosa. —. No sabes cómo sufrí en ese tiempo, no sabes las cosas que me decían desde ustedes me comenzaron a acosar.
—Lauren, lo siento se que no fuimos los únicos —se quedó en silencio, no sabía si era recomendable decirlo él y no la persona que le correspondía. —Yo... No... — Matt cayó al piso y comenzó a convulcionar.
—Matt... Mierda. —la ojiverde se levantó rápidamente y se puso a la altura de él chico. —Tranquilo Matt... ¡Llamen a una ambulancia!.
Gritó la ojiverde, dos hombres se acercaron a la mesa y una mujer estaba llamando a la ambulancia. Matt estaba aún en el piso con leves, pero dolosas convulciones, el chico estaba muy mal y eso lo notaban pues por accidente se mordió la lengua y le salió un hilo de sangre mezclaso con su saliva. Lauren estaba muy preocupada, ella lo odiaba, si, pero ahora debía ayudarlo, era su tonto amigo. Sabía que en un tiempo lo había prometido, le prometió ayudarlo en todo con su enfermedad. A los minutos llegaron los paramédicos y levantaron a Matt y lo tumbaron en la camilla. Lauren se apresuró a seguir la ambulancia desde su auto, debía estar a su lado, aunque lo odiaba no podía dejarlo, era algo que la unía a él, a ese estúpido que le había dañado su autoestima en el pasado.
—No te mueras hijo de puta.
Con lágrimas en los ojos ella conducía, lo quería, si que lo hacía, a pesar de todo, ella lo quería. Algo dentro de ella le decía que no debía dejarlo solo en estos momentos. Al llegar al hospital lo primero que hizo fue seguir la camilla donde Matt iba dormido, se miraba pálido y muy mal. Los enfermeros le pidieron que se quedara en la sala de espera, a regañadientes se quedó, vio como la camilla desapareció entra las puertas que conducía a una sala de operaciones o algo por el estilo. Lloró. Simplemente se echo a llorar, si te mueres Imbecil, te juro que te revivo y te vuelvo a matar. Eso dijo en sus pensamientos mientras no dejaba de llorar en el asiento. Todo pasa por algo, dicen, es cierto. Matt estaba en una situación muy mala que la vida le había preparado. La vida llega y te quita lo que más quieres, te la arrebata de las manos y luego sin más se va con ese algo que tanto amabas. Lo que la vida te dio se lo vuelve a llevar.
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Entre Pinceladas 2 (Camren)
RastgeleSEGUNDO LIBRO DE "Entre pinceladas" Antes de leer te recomiendo leer la primera historia. Una vez fuiste mía pero no eras tan mía, ahora me doy cuenta de que de verdad errar es de humanos, entiendo que fui una cobarde y que tu pensarás que solo te...