He- [FanFic Niall]

Capítulo 24

Finalmente terminó convenciéndome, era obvio, ella siempre lograba que las personas salgan de la más profunda depresión, y aunque yo no estaba en una, logró sacarme de mi cama, el único lugar donde quería estar. 

Así que en pocos minutos ya nos encontrábamos a pasos de la puerta de nuestro amigo. Cuando entramos mi corazón se aceleró por completo, sólo imaginar ver a esa persona por la cuál lloré durante toda la noche producía millones de sentimientos extraños en mí,  pero minutos después aquellos latidos se relajaron sólo un poco al notar que él no estaba presente. 

Nos sentamos en los sofás de la gran casa de Harry y me mantuve en silencio, todos hablaban... eran consciente de eso pero no podía concentrarme en ello, no podía iniciar una conversación simulando que todo estaba bien, que por mi mente no pasaba el rostro de Niall cada cinco segundos .

-Niall avisó que llegará en unos minutos- dijo Carly mirándome, quizás creyendo que respondía una pregunta que no había formulado, y sí me estaba preguntando eso pero no iba a preguntarlo, me negaba a ser yo la interesada en verlo. Aunque claramente mi interior pedía a gritos poder aunque sea sólo mirarlo, no iba a demostrarlo, no iba a ser débil. Mel cambió de tema al instante y agradecí aquello.

Cuando el timbre sonó mi pierna comenzó a temblar notoriamente, aunque por suerte sólo Melanie se percató de aquel tic y puso su mano sobre ella impartiendo calma. Realmente estaba nerviosa, nerviosa como nunca antes y odiaba sentirme así.

Nuestras miradas se cruzaron en el mismo instante que entró a la habitación, juro que mi alrededor desapareció cuando aquellos ojos se chocaron con los míos. Estaba triste, eso decía su mirada, podía notarlo... pero ¿Por qué? Mi corazón se sintió extraño, no era dolor pero tampoco era placentero lo que sentía. Saludó a cada uno con un beso en la mejilla y se detuvo a mi lado ¿Cómo me saludaria? ¡Oh maldición! Mi sangre corría a toda velocidad, mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho y lo único que pasaba por mi mente era tirarme en sus brazos para probar sus dulces labios otra vez.

-Hola- susurró y besó mi mejilla delicadamente.

No respondí, sinceramente no pude hacerlo, mi mente se bloqueó y las palabras no salieron de mi boca. Él se sentó en el piso y las charlas continuaron, todos notaron nuestra situación. Lo sé. De vez en cuando lo miraba y algunas veces me sorprendí de encontrarlo en la misma situación.  Era extraño, era completamente extraño estar así y no se sentía absolutamente nada bien, el ambiente comenzaba a abrumarme, las charlas sólo eran zumbidos y el aire ya no ingresaba tan fácilmente a mis pulmones.

-¿Dónde está el baño?- le pregunté a Harry sin importarme si interrumpía alguna conversación, realmente no podía seguir allí, necesitaba salir de ahí, no creía que mis lágrimas pudieran soportar más tiempo dentro de mí, todo se volvía tan real que el dolor de mi pecho casi era insoportable. Ya no era mi mente imaginando que algo malo pasaba entre nosotros, ya no era simplemente mi baja autoestima, esto era real, algo estaba mal y no sabía qué demonios era. 

Caminé por la dirección que me dijo mi amigo y sentí su mirada en mi recorrido. Cuando entré al baño apoyé mis manos en el lavabo para respirar profundamente, sentí unas pequeñas lágrimas recorrer mis mejillas y las limpié rápidamente. 

Tienes que detenerte Natalie, estás en la casa de un amigo, estás acostumbrada a esto, tú ya tuviste desilusiones ¡No seas dramática! 

Odié a mi mente en ese momento, pero tenía razón, sí que la tenía. Mojé mi rostro con un poco de agua y salí dispuesta a sonreír, pero no pude hacerlo... un cuerpo frente a la puerta me hizo desestabilizar. Lo miré y por más que puse toda mi fuerza de voluntad para no hacerlo, me perdí en aquellos celestes ojos que tanto quería, que tan bien me hacían. Él alzó una ceja preocupado.