He- [FanFic Niall]

Capítulo 30

-¿Odiando?- pregunté, él asintió exagerando su falsa expresión de tristeza- Oh Niall, no comprendes nada- reí sarcásticamente.

-¿Qué no comprendo?- preguntó confundido.

-Explícame cómo podría odiarte- pedí, en su rostro apareció una amplia sonrisa y sus manos me rodearon aún más, uniéndose en lo bajo de mi espalda, produciendo estúpidas cosquillas en aquella zona.

-Entonces... ¿Antes...? -comenzó a preguntar sin dejar de sonreír.

-Antes- lo interrumpí- Estaba molesta contigo- expliqué- quería golpearte e insultarte pero ¿Odiarte?-pregunté negando con mi cabeza- No creo poder hacerlo nunca- sin preguntar, sin pedir permiso, sin avisar, sus labios se unieron a los míos y comenzaron a danzar tiernamente sobre ellos.

-Eres hermosa- susurró sobre mis labios- ¿Te lo dije?

-Ve a trabajar- reí.

-Iré a tu casa luego- susurró sin soltarme.

-¿A mi casa?- lo separé sólo un poco para verlo mejor y poder notar si hablaba en serio, debía ser broma, aunque su expresión no decía aquello, debía ser una broma.

-Sí- respondió normal- cuando termino de trabajar.

-Niall- me quejé, él sabía bien que mi madre no sabía de él, que todavía no le había contado lo nuestro. Él sabía muy bien que no podía ir a mi casa, menos a la madrugada cuando acababa su turno en el bar.

-¿Qué?- preguntó tratando de unirnos nuevamente con sus brazos, pero no lo dejé.

-¿Cómo qué?- dije obvia- Mi madre estará en mi casa- seguí- No sabe nada de lo nuestro...

-¿Y? 

-Niall hablo en serio- realmente me estaba preocupando la salud mental de este muchacho.

-Cuéntale- alcé una ceja.

-Cuéntale tú a tu madre- refuté segura que con eso no insistiría más, estábamos en la misma situación, ninguno le había contado nada a sus familias por lo tanto no podía obligarme a hacerlo.

-Está bien, si no quieres contarle no lo hagas- siguió- pero iré igual.

-¿Es broma?

-No- ahora si me unió a su cuerpo y rozó nuestras narices- Te enviaré un mensaje cuando esté en la puerta- susurró- Bajas, me abres en silencio y subimos a escondidas- sonrió, me quedé en silencio evaluando su plan- Nadie lo notará- siguió susurrando- y - hizo una pausa mientras comenzaba a mover sus dedos en mi espalda- Podremos dormir juntos- alcé una ceja ante su insinuación-abrazaditos, acurrucados- respondió riendo- No seas mal pensada, no todo lo que pasa por mi mente es sexo, linda- ambos soltamos unas leves risitas y él comenzó a rozar nuestros labios delicadamente, parecía divertirle hacer aquello, necesitaba sus labios, los necesitaba sobre los míos mezclándose no simplemente rozándose, me impacientaba no sentirlos en su totalidad- ¿Qué dices?

-Está bien- acepté envuelta completamente en sus encantos. Por fin unió nuestros labios en un pausado beso que removió cada partícula de mi anatomía- Te odio- susurré cuando nos separamos.

-¿Eh? ¿No era que no podías odiarme?- preguntó separándose  de mí.

-Entiendes a qué me refiero- respondí golpeándolo levemente y él soltó una carcajada

-Te quiero- dijo luego de besar mis labios nuevamente- nos vemos en la noche.

...

Y como él lo dijo así pasamos la noche, abrazados, acurrucados, entrelazados. Su calor era lo único que necesitaba para relajar todos mis músculos, su pausada respiración en mi oído o chocando en mi piel era como un sedante para mí. Me sentía protegida entre sus brazos, completamente segura. Todos los miedos que alguna vez tuve desaparecían cuando sus fuertes músculos rodeaban mi cuerpo. Y debo admitir que la felicidad comenzaba a ocupar gran parte de mi cuerpo. Es que tanto tiempo soñé con estar en esta situación que ahora me costaba creer que era real, me costaba entender que alguien como él se fijara en alguien como yo, que quisiera seguir conmigo y que disfrute dormir acurrucado a mi lado. Despertar a su lado seguía siendo como la primera vez, mágico.