—¡Fanáticos y fanáticas del quidditch! ¡Fantasmas que ni muertos superan su devoción por este deporte! ¡Profesora McGonagall que me tirará de las orejas si hago algún comentario indebido!—Ted Lupin le hizo una reverencia a la profesora de Transformaciones, que estaba a su lado en la cabina del comentarista, antes de volver otra vez su atención al campo.—¡Soy Ted Lupin y seré vuestro comentarista esta velada! ¿Cómo estamos hoy? ¡No os oigo!
La multitud se volvió loca. Había muchos gritos, y colores. A un lado, bronce y azul. A otro, rojo y dorado. Casi parecía que los globos oculares fueran a explotar por demasiada información.
Los sitios que había reservado Jim estaban situados en el medio. No me explicaba cómo una persona tan baja había hecho hueco para ella y otra más en una zona de la grada tan buena, pero lo había conseguido, y ahora gritaba como una posesa junto a la afición. Teníamos el vacío delante, y yo sólo pude concentrarme en aferrarme a la barandilla para no caerme.
—¡Gracias, Hogwarts! ¡Suficientes alabanzas a mi persona! ¡Ahora vamos a presentar a los dos equipos de hoy antes de que nos durmamos de aburrimiento y nos despertemos muertos! ¡Sin rencores, señor Binns! ¡Amo sus supera las expectativas, los llevo en el corazón!—anunció Ted utilizando un hechizo para que su voz sonara amplificada y se escuchara por encima de las voces de todos. Se golpeó el corazón y señaló el lugar en el que se sentaban los profesores, justo opuestos a nosotras. El fantasma del profesor de Historia de la Magia también estaba, acompañado de su habitual aura fantasmagórica...de aburrimiento.—¡Y aquí los tenemos, magos y brujas! ¡Los leones de Gryffindor y los águilas de Ravenclaw!
La gente empezó a aplaudir, y a poco no me caí para abajo de la fuerza con la que todos empujaban para ver cómo los dos equipos llegaban. Me esforcé por encontrar a los bateadores de Ravenclaw, que se situaban detrás de Victoire Weasley y la buscadora del equipo. En apariencia lucían como los suplentes, y sólo Jim y yo sabíamos que se trataba de Lorcan y Lysander Scamander haciendo su mejor interpretación de los novatos.
—¡Pocos saben que Ravenclaw ha tenido un pequeño problema con sus bateadores originales, ya que estos decidieron que era más importante untar con manteca el trasero de Filch! ¡Chicos, desde aquí agradecemos su aportación a la comunidad...! ¡Au! ¡Okey, disculpe, profesora, ya me centro! ¡A donde quiero llegar es que esta noche nos acompañan para sustituirlos Parker y Arévalo! ¡Esperemos que estén a la altura, por el bien de vuestro entretenimiento...y del mío!
Los dos equipos estaban uno delante de el otro. Entonces, Victoire Weasley echó hacia atrás su melena rubia y avanzó un poco. Al otro lado, Potter la imitó. Parecía otro con el uniforme de quidditch y la escoba. Atraía las miradas de todos los espectadores como si fuera algo normal. Se notaba que aquello le importaba. A pesar de estar tomándoselo en serio, le sonrió a su prima cuando ambos se dieron el correspondiente apretón de manos.
—¡Ups! ¡Sin apretar, chicos!—se rió Ted Lupin. Cuando me fijé en él, su pelo estaba de un rojo oscuro bastante bonito. Supuse que en homenaje a su amigo que alzaba el vuelo en aquellos momentos.—¡Aquí van! ¡Escobas arriba, chavales! ¡Cuidado con atropellar a alguna paloma! ¡Señora Hooch, todo sobre usted!
La señora Hooch abajo en el campo, abrió de una patada una caja. De ella salieron las dos bludgers negras, que se dirigieron al buscador de Gryffindor, el diminuto Ian. El chico las esquivó sin muchos problemas haciendo una cabriola en el aire y volvió a su posición aérea, junto a Potter.
Entonces, la señora Hooch cogió la quaffle, una inmensa esfera rojiza, y la lanzó hacia arriba a medida que soplaba por un silbato que tenía instalado en la boca.
Y los jugadores empezaron a moverse. A toda velocidad. Cuando un miembro de Ravenclaw pasó por nuestro lado, Jim chilló de la emoción, a pesar de que su gritito sólo sirvió para perderse entre el estruendo de los demás. Cornetas y vítores tomaron el ambiente al mismo tiempo que los jugadores.
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CHISPAS (a Hogwarts story)
FanfictionHarriet necesita una historia. Desesperadamente. Tras haber ganado el JEM, otorgado por el Profeta, sabe que quiere escribir, y devolver al Periodismo la buena fama que malos escritores como Rita Skeeter le han arrebatado. Por ello, en el comienzo...