Capítulo XIV

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—¿James y tú os lo estáis montando?

  Un libro cayó de golpe en la mesa, consiguiendo que diera un respingo y rayara por completo el pergamino sobre el que escribía.

  Miré enfurruñada a Akira.

  A decir verdad, no me venía mal alguna que otra distracción. Llevaba cerca de dos horas con la dichosa redacción del profesor Walsh y la inspiración, sencillamente, no me venía. No me gustaba como me estaba quedando y, aunque todo lo que escribía era cierto, no sentí que me llenara. No me convencía.

  Pero, cuando la hermana de Jim y Lily Potter se sentaron enfrente, en la misma mesa que yo, casi deseé poder volver a la redacción.

—Hola, Akira—saludé con una sonrisa a la chica a pesar de todo.—¿En qué puedo ayud...?

—¿Ya te has acostado con James?

  Lily fingió que vomitaba.

  Akira no se parecía en nada a Jim. Sí, ambas hermanas Chang compartían su entusiasmo natural por la vida en general, pero Jim era mucho más...inocente. En cambio, Akira era un niña de doce años con una mente que sólo pensaba en las relaciones, los novios y los besos. Jim estaba harta de la "niñata engreída" (palabras textuales) en la que se estaba convirtiendo Akira, así que las dos no coincidían mucho. Akira pensaba que su hermana era una sosa y una aburrida, y yo, tres cuartos de lo mismo.

  El que ahora se me acercara sólo indicaba que iba en busca de chismes, y no pensaba darle nada.

—No es asunto tuyo—contesté con una sonrisa enigmática, y volví a centrarme en la porquería de trabajo que me estaba quedando.

  Pero Akira no podía callarse aún. No, eso hubiera sido demasiado fácil.

—¿Y desde cuando empezasteis a salir?

  Volví a enarcar la mirada, y dejé que este gesto hablara por mí. No me apetecía lo más mínimo hablar de mi falsa relación con James; tenía una redacción por delante.

  Aún no entendía como la señora Pince, dueña y ama de la biblioteca, no había aparecido ya para mandarla a callar o, lo que era todavía más probable, echarla.

  Por suerte, su compañera pelirroja me salvó.

—Te dije que esto era mala idea—protestó Lily Potter, tirándole de la manga de la túnica.—Venga, Aki. Vamos a espiar los entrenamientos de quidditch. No me apetece lo más mínimo saber de la vida privada de mi hermano...

—Porque es tu hermano—finalizó Akira con una sonrisa de zorro. Aquella niña de doce años se las sabía todas.—Si fuera cualquier otro chico, estarías tanto o más empeñada que yo en averiguar todos los detalles.

  Lily puso los ojos en blanco y apoyó la mano en la mejilla. Me lanzó una mirada de súplica. Seguro que quería que yo consiguiera eliminar el interés de Akira por mi "relación" con su hermano para poder olvidarse del tema.

  Estábamos de acuerdo, pero la pregunta era cómo.

—Akira, una relación es de dos personas. Dos—le dije, llamando la atención de las dos niñas. Mi deber era cortar aquello por lo sano antes de que fuera a más.—Las dos personas involucradas. Nada más.

—Sí, pero si tú, una chica Hufflepuff tan buena, cordial e inteligente, nos das un poco de información...—comenzó a decir Akira, zalamera. Tenía los mismos ojos y el mismo cabello que Jim, pero cada vez que la miraba, ahí sentada frente a mí en busca de información, era incapaz de ver algo de mi amiga en ella.—...entonces...

CHISPAS (a Hogwarts story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora