Capítulo 9

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─Qué hermosa te ves ─comenta Mark.

─Buenos días, gracias ─espeto mientras camino a las afueras del hotel.

─ ¿Saldrás? ¿Qué tal si aceptas desayunar conmigo en un lugar cerca? ─propone Mark.

─No gracias, tengo que comprar un regalo para mi hermana que está de cumpleaños y no quiero que despierte sin su sorpresa ─le sonrío sutilmente.

─Te acompañaré ─insiste.

─Ya dije que no quiero desayunar, mejor hablemos luego, cuando tenga menos cosas que hacer.

─ ¿Pasa algo, Alondra? ─aparece Noél. Se muestra muy serio, entre sus brazos tiene una caja con un lazo llamativo.

─Ehm... ─solo se me da por mirar el rostro de ambos ─. Ya estaba a punto de ir por el regalo de Hellen.

─ ¡Hola! Por lo visto anoche no tuvimos el placer de instalar una conversación. Me llamo Mark.

─Me llamo Noél ─estrecha la mano de Mark con fuerza, luego restablece su postura y me lanza una mirada de pocos amigos.

─Me alegra que Alondra sea tu novia, felicitaciones, tienes una excelente pareja ─interpela Mark.

«Tierra trágame, es una buena opción. Hazlo.» Noél me mira confundido, solo frunce el ceño y disimula la sorpresa con una media sonrisa.

─Uhm... Sí claro, es una excelente mujer ─responde. Con delicadeza me toma por la cintura y me besa la mejilla.

─Amor, iré por el regalo antes que lo compren; te veo luego ─musito siguiendo el juego.

─ ¿Y mi beso? ─exige logrando incomodarme.

─Está bien ─digo posando un beso en su mejilla, él inconforme toma mi rostro entre sus manos y posa un beso apasionado en mi boca dejándome atormentada.

─Te amo ─musita. «Ríe el imbécil. Mejor me tranquilizo, por lo menos no me dejó como mentirosa» ─. Ya no hace falta que vayas, compré el cachorro por ti ─me sonríe victorioso y, acto seguido me entrega la caja ─. Aquí está, sé que tu hermana lo amará.

─Creo que los dejaré solos para que compartan el momento, fue un gusto verlos ─dice Mark incómodo estrechando la mano de Noél y luego la mía.

Su mirada me arrastra un par de segundos hasta que finalmente me recupero volviendo toda la atención a Noél.

─Entonces... ¿Soy tu novio? ─me mira serio y me confunde su actitud.

─ ¿Entonces me amas? ─replico.

─Pregunté primero. ¿Cómo me tomas por juguete? Seguro has querido celar a ese hombre que no muestra...

─ ¡No es así! primero, no quiero el regalo de tu parte, y segundo, solo fue algo que dije inconsciente, lo siento, disculpa, no lo haré otra vez ─camino de regreso al hotel.

─Pues piensa bien antes de decir cualquier cosa que me comprometa con gente como tú ─suelta alterado. Volteo y lo miro herida por sus palabras ─. Lo siento ─cierra los ojos y toma una trémula bocanada de aire ─. De verdad no quise decir eso.

─Olvídalo, sabía que algún día dirías cosa similar ─tomo el ascensor.

¿Por qué tendrían que importarme sus palabras? ¿Por qué? ¿Qué razón hay para sentirme así por un aparecido?

─Buenos días ─digo al entrar a la habitación donde está Hellen. Me entristece, no tengo su regalo

─ ¿Tienes algo? Es mi cumpleaños tonta, por lo menos nuestra una sonrisa fingida ─suelta ella al verme apocada.

Una semana en París © TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora