─Qué hermosa te ves ─comenta Mark.
─Buenos días, gracias ─espeto mientras camino a las afueras del hotel.
─ ¿Saldrás? ¿Qué tal si aceptas desayunar conmigo en un lugar cerca? ─propone Mark.
─No gracias, tengo que comprar un regalo para mi hermana que está de cumpleaños y no quiero que despierte sin su sorpresa ─le sonrío sutilmente.
─Te acompañaré ─insiste.
─Ya dije que no quiero desayunar, mejor hablemos luego, cuando tenga menos cosas que hacer.
─ ¿Pasa algo, Alondra? ─aparece Noél. Se muestra muy serio, entre sus brazos tiene una caja con un lazo llamativo.
─Ehm... ─solo se me da por mirar el rostro de ambos ─. Ya estaba a punto de ir por el regalo de Hellen.
─ ¡Hola! Por lo visto anoche no tuvimos el placer de instalar una conversación. Me llamo Mark.
─Me llamo Noél ─estrecha la mano de Mark con fuerza, luego restablece su postura y me lanza una mirada de pocos amigos.
─Me alegra que Alondra sea tu novia, felicitaciones, tienes una excelente pareja ─interpela Mark.
«Tierra trágame, es una buena opción. Hazlo.» Noél me mira confundido, solo frunce el ceño y disimula la sorpresa con una media sonrisa.
─Uhm... Sí claro, es una excelente mujer ─responde. Con delicadeza me toma por la cintura y me besa la mejilla.
─Amor, iré por el regalo antes que lo compren; te veo luego ─musito siguiendo el juego.
─ ¿Y mi beso? ─exige logrando incomodarme.
─Está bien ─digo posando un beso en su mejilla, él inconforme toma mi rostro entre sus manos y posa un beso apasionado en mi boca dejándome atormentada.
─Te amo ─musita. «Ríe el imbécil. Mejor me tranquilizo, por lo menos no me dejó como mentirosa» ─. Ya no hace falta que vayas, compré el cachorro por ti ─me sonríe victorioso y, acto seguido me entrega la caja ─. Aquí está, sé que tu hermana lo amará.
─Creo que los dejaré solos para que compartan el momento, fue un gusto verlos ─dice Mark incómodo estrechando la mano de Noél y luego la mía.
Su mirada me arrastra un par de segundos hasta que finalmente me recupero volviendo toda la atención a Noél.
─Entonces... ¿Soy tu novio? ─me mira serio y me confunde su actitud.
─ ¿Entonces me amas? ─replico.
─Pregunté primero. ¿Cómo me tomas por juguete? Seguro has querido celar a ese hombre que no muestra...
─ ¡No es así! primero, no quiero el regalo de tu parte, y segundo, solo fue algo que dije inconsciente, lo siento, disculpa, no lo haré otra vez ─camino de regreso al hotel.
─Pues piensa bien antes de decir cualquier cosa que me comprometa con gente como tú ─suelta alterado. Volteo y lo miro herida por sus palabras ─. Lo siento ─cierra los ojos y toma una trémula bocanada de aire ─. De verdad no quise decir eso.
─Olvídalo, sabía que algún día dirías cosa similar ─tomo el ascensor.
¿Por qué tendrían que importarme sus palabras? ¿Por qué? ¿Qué razón hay para sentirme así por un aparecido?
─Buenos días ─digo al entrar a la habitación donde está Hellen. Me entristece, no tengo su regalo
─ ¿Tienes algo? Es mi cumpleaños tonta, por lo menos nuestra una sonrisa fingida ─suelta ella al verme apocada.
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Una semana en París © TERMINADA
RomanceAlondra Henderson diseñadora profesional, trabaja para su mejor amiga en un taller de costura que hace parte una marca de ropa muy reconocida. En su ocupada vida laboral tiene escasa oportunidad de iniciar una relación, y su entorno no es más que si...