Capítulo 36

415 40 0
                                    

8: 30 p.m.

─ ¿Te sientes bien? ─me preguntan.

─Un poco ─me acomodo en la barra de recepción del restaurante ─, al decir verdad, estoy exhausta.

─Puedes ir a descansar mientras yo te cubro ─sugiere Luis, mi compañero de trabajo, muy amable.

─Gracias Luis, pero será mejor que me ponga a limpiar las mesas de aquella esquina antes de que se den cuenta lo sucia que está ─voy hasta la mesa y, saco de mi delantal, un pequeño pañuelo para limpiar.

─Faltan unos minutos para que termines tu turno, deja que termine lo que resta y así descansas ─Luis toma mi pañuelo y limpia la mesa por mí.

─Eres una buena persona, Luis. Gracias por todo ─me retiro del lugar para hacer presencia en la habitación de empleados.

─ ¿Ya te irás? ─pregunta una de mis compañeras.

─No ─respondo ─, tengo un poco de mareo y me siento cansada, pero ahora se me quita todo ─me siento en un sofá esquinero.

Mis compañeras salen de la habitación.

─ ¿Estas embarazada? ─pregunta una voz desde la penumbra del lugar.

─ ¡Rayos! ─me asusto al ver que de las  casillas, que registran las pertenencias de los empleados, aparezca una de mis compañeras ─, me asustaste.

─Lo siento, pensé que me habías visto ─se excusa ella.

─No ─intento calmar mis latidos acelerados ─, y para ser sincera no estoy embarazada.

─ ¿Estás segura? ─insiste.

─Muy segura, hace muchos años que no sé lo que es tener relaciones.

─ ¡¿En serio?! ─me mira asombrada, realmente escandalizada ─, ¿es que naciste pura o qué?

─ ¡Qué cosas dices!, claro que no.

─ ¿Entonces?

***

─Ya llegué Bongo ─cierro la puerta de la casa y camino por la antesala.

─Papá está en el taller. ¿Qué haces aquí? ─sale Hellen de la cocina con una pijama corta y un frasco de nutella en la mano.

─ ¿Qué hace papá allá? ─me siento en el sofá, en el instante veo a Bongo bajar las escaleras con furia ─. ¡Hola Bongo! ─acaricio al cachorro que ya no puedo cargar.

─Papá dijo que tenía tiempo libre para ir a ayudarte con la pintura del taller, por eso fue. Creí que estarías con él.

─No, hoy estoy muy cansada y tengo que descansar antes de colapsar.

─ ¿Y cómo harás con papá?.

─Mañana le diré que no pude ir porqué... ─explico.

###

─ ¡Buenos días! ─grita mi hermana.

─Ya deja de gritar ─Hellen es peor que un militar para dar los buenos días.

─Son las siete y quince minutos de la mañana y aún no te bañas para ir al trabajo ─me quita las sábanas.

─ ¡Es tarde! ─salgo disparada para el baño. Al parecer dormí en el sofá; anoche el cansancio me venció.

***

─Buenos días señorita, tengo una cita con él Sr. George a esta hora ─quito la mirada del ordenador y observo a la mujer alta, estilizada, con cabello rubio y muy bien vestida, que está en frente mío.

Una semana en París © TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora