Así empezó nuestra historia.
—Orden, orden por favor.— se escuchaba el sonido típico del martillo golpeando la mesa provocado por la jueza.— El caso en contra el joven Justin Drew Bieber Mallette está por empezar.
Justin se retorció en su asiento, escuchar su nombre proveniente de la boca de alguien que tenía poder de enviarlo a prisión no era agradable y mucho menos con esas palabras.
—No creo que ese sea el término adecuado.
—¿Disculpé? No he escuchado que haya solicitado permiso para hablar joven Bieber.
—Lo siento. Permiso para hablar.
—Permiso denegado. Aun faltan los testigos. Y lo más importantes, la víctima y el demandante.
—¿Víctima?— rió irónica y fríamente como lo había hecho ya varias veces.— Yo no la veo como víctima, señora jueza.
—Pues ante la ley y la corte así es considerado, ahora, guarde silencio por favor.— chasqueó la lengua y guardo silencio aunque no quisiera.
Estaba en el juzgado. ¿Y todo por qué? Por culpa de una persona que pensó que lo entendería todo, que aceptaría todo lo sucedido. Pero como siempre le sucedía al parecer. Se equivocó.
—Bien. Que pasen los testigos. El demandante y la víctima.
Como ella lo había ordenado, entraron en fila. Primero entró un chico moreno de ojos marrones, Justin lo conocía perfectamente. Luego entró. ¿Su maestro de matemáticas? Pero. ¿Qué hacia él allí? Ese punto dejo de importarle cuando vio entrar a una chica castaña.
Su corazón comenzó a latir mil por hora, sus manos sudaban y a sus ojos regreso ese peculiar brillo que adaptaban cuando la miraba. Era perfecto ese momento, era perfecto solo contemplar a esa hermosa criatura con apariencia de ángel, apariencia porque ya Justin la conocía a fondo, oh, claro que si, y sabía muy bien como era esa chica. Los dos testigos, la castaña y el demandante se sentaron en sus respectivos lugares.
—Muy bien, da inicio la sesión. Le concedo la palabra al abogado del demandante.
—Muchas gracias, señora jueza.— el hombre de cabello blanco aclaró su garganta y prosiguió.— Familia, testigos, apreciable jueza y miembros del jurado, creo que todos sabemos porque estamos aquí. Mi cliente Alex Smith William demanda al joven Justin Drew Bieber Mallette por abusar de su hermana menor Cailin Smith William.
—Yo no abuse de ella.— susurro en un tono seguro.
—Le pediré que no interrumpa, señor Bieber, ya llegara su turno. Prosiga por favor, señor Green.
—Gracias, como decía, mi cliente demanda que se haga justicia y se sentencie al joven por haber cometido dicho acto. Ya que la chica es menor de edad.
—¿De cuantos años hablamos?
—Dieciséis años, señora.
—Diecisiete.— las miradas se posaron en el nuevamente.— Tiene diecisiete, los cumplió hace un mes. Exactamente.
—Señor Bieber, ya que no puede mantenerse en silenció le daré la posibilidad de defenderse. Por favor, suba al estrado.
Se levanto de su asiento y con paso cansando se dirigió al estrado. Paso la mirada por todas las personas pero, se detuvo específicamente en unos ojos color café.
—Bien, dígame señor Bieber. ¿Cuándo empezaron los hechos?
—¿Perdón?
—Me refiero a que cuando comenzó todo.
—Oh bien. Creo que desde siempre.
—Explíquese.
—Creo que fue desde que éramos niños. Alex siempre fue mi mejor amigo, jugábamos siempre en mi casa porque recuerdo que no nos gustaba hacerlo en su casa porque allí estaba su molestosa y mocosa hermana menor.
—La joven Smith.
—Exacto. Yo nunca la había visto, solo sabía de ella lo que Alex me contaba. Cosas como que lloraba por todo y era muy infantil. Me la imaginaba insoportable y molestosa.— rió por lo bajo.— Claro que cuando la conocí todo cambio.
—¿Qué cambio? Creo que debería explicarse mejor.
—Es una historia larga.
—Tenemos tiempo.
—Bien.— miro nuevamente a los ojos de la castaña que solo se mantenía atenta a las palabras del mayor.— Todo comenzó cuando tenía nueve años.
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Dulce Pecado ➳ j.b
Fanfiction❝Justin solo quería lo mejor para Cailin.❞ smile_boobear.©