Dulce Pecado ➳ j.b

Capítulo 19

—¿Qué quieres decir con eso Zayn?— pregunto la jueza.

—Que a pesar de que Cailin nunca quiso algo conmigo porque esta bobamente enamorada de Bieber, yo no dudo que se amen. ¿Sabe? Cailin lo único que hacía era hablar de Justin, hasta me volvía loco. No creo que disfrutara mi compañía, ella quería estar con Justin, así que se deshizo de mí.

—¿Qué? ¿Cómo es eso?— pregunto la jueza confundida.

—Ya sabe, me presento a una amiga de ella con la esperanza de que me le quitara de encima.— se encogió de hombros mientras él, Justin y Cailin soltaban una risa.— Pero en todo caso, debo agradecerle a Justin.

—¿Por qué a él? Dijiste que a la joven te la presento Cailin.

—Sí, pero si no hubiera sido porque Justin la reconquistara a cada momento jamás me habría querido fuera y no me habría presentado a Catalina, que por cierto, llevamos casi tres meses juntos.

Sonrió.

—De acuerdo Señor Connor.— la jueza sonrió en dirección al abogado de Justin.— Parece que todo tiene una mejor perspectiva, tal vez, podríamos analizar mejor y en unos días...

¿Qué? ¿Otro juicio?

—No.— susurro Justin, tenía el ceño fruncido y la mirada perdida.

—¿Disculpe señor Bieber?

—No hace falta otro juicio.

—Justin.— lo llamo el señor Connor.

—Ellos mienten.— señalo a los testigos.— Yo jamás hice esas cosas, yo jamás reconquisté a Cailin, yo jamás estuve enamorado de ella.

—¿Qué?—pregunto la castaña sorprendida.— Estás jugando Justin, ahora no es el momento.

—No juego Cailin, es la verdad. Tu hermano tenía razón, yo solo quería joder contigo.

A Cailin casi se le cae la boca al suelo.

—Justin, basta, no juegues bebé.

Cailin hizo mala cara.

—No me llames así. ¿De acuerdo? Yo no necesito fingir, no me gustas y punto.

El señor Green sonrió lascivamente, Cailin apretó los puños, Justin tenía que estar jugando.

—Cállate Justin.

—Lo siento Cailin. Pero. ¿Sabes? Eres muy buena, sabias moverte muy bien en la cama, creo que extrañare eso.

—¡Cállate!— grito Cailin con sus manos hechas puño agarrándose su cabello en señal de frustración.— ¡Eres un imbécil Justin!— lloriqueó.— Creí que me amabas, yo no.— se sorbió la nariz.— Solo juegas, di que me amas. Vamos dilo.— se acerco al estrado donde estaba Justin y lo miro a los ojos.— Dilo.

Justin apretó su corazón e internamente se corto las venas por la estupidez más grande que estaba a punto de cometer en su vida.

—No te amo.— dijo en un tono seco.

Cailin cayó de rodillas al piso con la respiración agitada, se sentía utilizada, sucia, engañada. ¿Justin nunca la había amado? Pero ella siempre se sintió tan querida, tan amada al lado del ojimiel, se sentía tan bien.

—Vamos hija.— la llamo el señor Banks después de un rato.— El juicio ha terminado, te irás con tu hermano.

—¿Qué?— logro preguntar.

—Tu hermano ha ganado el caso, te irás con él y Justin irá a prisión unos años.

Cailin se mordió el labio inferior con lágrimas en los ojos busco por todos lados hasta dar con el rubio que era llevado hacia la salida, lo miro directo a los ojos y pudo ver algo en ellos, estaban cristalinos, arrepentido. Era la última vez que volvería a ver esos ojos.