Datos.
—En esa historia ha demostrado aun más su irresponsabilidad. ¿Quién lleva a una menor a su departamento. ¡Está enfermo!
—Le pido señor Green que no ofenda a mí cliente.— dijo firme el abogado de Justin.— Por favor, Carter, prosiga.
—Creo que esta parte se la dejo a Justin.
—Sigue tú.— susurro Justin desde el otro con lado con las mejillas sonrojadas.
—Ah, claro. Ahora le da vergüenza. Que cínico es.
—¿Podrían callarse?— le gritaron de nuevo al señor Green. Pero para sorpresa de todos, esta vez fue el mismísimo Alex Smith.
—Señor Smith estoy tratando de ganar este caso.
—Y no lo haremos si sigue insultando a medio mundo.— miro a la jueza.— Señora con todo respeto, no creo que sea necesario que mi hermana siga narrando estas cosas.
—Oh, claro que sí, es muy necesario, joven. Recuerde que cada frase, cada palabra está siendo escrita.— Alex con un poco de disgusto asintió.— Muy bien, Cailin. ¿Puedo llamarte así?
—Seguro.
—Eres una joven muy apuesta.— la mencionada joven se sonrojó.
—Gracias.
—¿Te lo habían dicho antes?
—Sí.
—¿Quiénes?
—Pues, algunos chicos, chicas del colegio y...— la castaña se quedó callada.
—¿Y?
—Justin.
La jueza suelta un suspiro.
—Bien joven Smith. Es muy extrovertida y relajada pero al parecer tiene sus puntos débiles. Por favor, le pido que siga con la narración.
Cailin soltó un suspiro.
—Está bien. Pero Justin, no me vayas a matar después de esto.
Justin soltó una risita.
