Capítulo 44

11.2K 497 13
                                    

Todo lo que quiero.

Coloque dos tazas de agua en la cafetera y cuatro cucharadas de café, a Luke le gustaba el café fuerte. Me limpie las manos en la camiseta que llevaba y subí las escaleras hasta llegar a la habitación de Luke, toque la puerta.

—Luke he preparado un poco de café por si quieres tomar antes de irte.

—Claro, sabes que amo el café Justin.— me contesto desde a dentro de la habitación.— Solo voy a ducharme y bajo.

Asentí con la cabeza y luego me di un golpe mental al recordar que Luke no podía ver mis gestos a través de la madera de la puerta. Últimamente andaba desorientado.

Hace un día me habían llamado de la agencia de viajes diciéndome que habían cambiado la fecha del boleto y eso me tenía los nervios demasiado alterados, porque bien se que pude haber dejado el boleto así sin más, pero solo de pensar que me había costado una cantidad considerable de dinero me hacia arrepentirme y lo peor era que ni siquiera había sido mi dinero, sino el de Luke. Tenía que hablar de ese tema con él.

Me dirigí a la sala y me senté en el sofá individual, estaba cansado y aun tenía muchas cosas que pensar, en conseguir dinero, en llamar a Alex, en el boleto del barco, en Cailin. Eso era lo que más me preocupaba. Si me iba jamás volvería a verla, o tal vez sí dentro de muchos años y quizás ya no se acordara de mí. Entonces me puse a pensar, tal vez Luke si tenía razón e irme era lo mejor para todos, tal vez así Cailin se olvidara de mí, Alex estaría tranquilo, a mis padres no les importaba y bueno, Cailin podría tener una vida normal, entonces, cuando lo pensé mejor, note que todo eso sonaba tan estúpido.

Ya había pasado por todo eso, lo de pensar en que Cailin estaría mejor sin mí y claramente me había equivocado porque ella no podía estar sin mí, ni yo sin ella. A diferencia de lo que la mayoría de las personas que estaban en el juicio pensaron, yo sabía que la necesidad que Cailin sentía hacia mí no era enferma ni ninguna otra cosa de ese estilo, para nada lo era, porque yo jamás la había obligado a estar conmigo, ella siempre fue libre de escoger lo que quería y puedo decir que me hacía feliz el hecho de saber que yo era lo que ella quería.

A la mierda todos.

Me quedaría allí, ya vería como conseguía un trabajo y un piso nuevo, y como resolvería las cosas con Alex, la verdad era que lo único que me importaba era Cailin, mi Cailin. ¿Cómo fui tan estúpido al haber pensado que ella estaría mejor sin mi o yo sin ella? ¡Eso era ridículo! Yo sin Cailin me moriría —por muy cliché que sonara— sí, definitivamente tenía que quedarme. Entonces sonreí con ganas, porque me quedaría junto a Cailin el resto de mi vida. Seríamos tan felices juntos, podía vernos a ambos en nuestra propia casa, con unos bellos hijos diciéndole mamá a Cailin. Ella era todo lo que yo quería e iba a intentar cumplir todas las promesas que le hice.

Escuche que tocaron la puerta del apartamento y yo salí de mi ensoñación perfecta. Me levanté del sofá y fui directo a abrir para ver de quien se trataba.

—Cailin.— dije sorprendido.

—Hola bebé.— me contesto para luego colgarse de mi cuello y empujarme hasta adentro del departamento. Pego su cuerpo al mío y comenzó a besar mis labios, lento, suave, como si me hubiera extrañado toda su vida y eso que solo no nos habíamos visto en un día.

—Cailin para.— le dije con una sonrisa, pero ella hizo caso omiso y me siguió besando el cuello.— Joder, eres tan terca.— le dije y le escuche reír haciendo que el corazón me diera un vuelvo completo.

—Te quiero mucho Justin, mucho.— beso mi labios.—Mucho.— otro beso.— Mucho.— y otro.

—Yo también, pero no puedo quererte de esa manera justo ahora, Luke está en casa.

Dulce Pecado ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora