Capítulo 8

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Demasiados detalles.

—Dios mío.— susurro la jueza después de escuchar la pequeña narración de la castaña.

—¿Qué pasa? Ustedes querían detalles.— Cailin se encogió de hombros.— Esos son los detalles.

—Bien.— dijo ya mas segura.— Señor Green, es su turno.— el señor Green se paró de su asiento y se dirigió al frente de Justin.

—Llamo al estrado a Justin Bieber.

—Ya estoy aquí. ¿Qué no ve?

El señor Green le hizo mala cara y se acerco a él para decirle algo en forma de secreto.

—Más respeto, Bieber, que puedo enviarte a prisión.

Justin solo hizo una mala cara y decidió que lo mejor era no crearse más problemas.

—Bien. El joven ha aceptado que tuvo relaciones sexuales con la chica Smith, siendo esta menor de edad. Pero este punto ya lo tenemos claro.

Puso sus manos atrás de su cuerpo y comenzó a caminar en círculos.

—Lo que debemos preguntarnos ahora es. Aún sabiendo que eso es un delito pensado por la ley y que la chica es hermana menor de su mejor amigo. ¿Siguió cometiendo estos actos señor Bieber?

—Sí.

Justin no divagó antes de contestar. No había razón para hacerlo, él había tenido sexo con Cailin innumerables veces. Y sí se iría a la cárcel por haber llevado a la joven a incontables orgasmos, al menos que fuera en forma honesta.

—¿Nunca pensó en las consecuencias? ¿En pararlo de una vez?

—Por supuesto.— Justin respiro hondo.— Pero ya sabes, en el momento del sexo lo único que pensaba era en lo genial que se escuchaba mi nombre saliendo de sus labios.

Algunos en el público soltaron pequeñas risas, Cailin en especial soltó una gran carcajada que fue como música para Justin. Por otro lado algunos hicieron cara de asco.

—Por favor, seriedad.

—Es la verdad señor. Creí que de eso se trataba todo, de decir la verdad.

—Por mí y mi cliente mejor. Así lo acabamos más rápido.

Río sarcásticamente.

—Bien, muchas gracias señor Green.— el nombrado hizo un movimiento de cabeza y se fue a su asiento.— Ahora, Cailin. ¿Tu hermano no se dio cuenta de esa vez? Ya sabes, en el cumpleaños del joven Bieber.

—No. ¿Usted cree que si él se hubiera dado cuenta en ese momento Justin aún estaría vivo?

—Buen punto. Entonces. ¿Sus encuentros sexuales siguieron en aumento?

—Desde luego, aunque, no fue fácil.

—¿No?

—No, Justin siempre se negaba. Claro que después fue diferente.

—Así que el joven Bieber ponía resistencia.

—Sí, sabe... algo me dice que quiere que le cuente más, pero antes de hacerlo déjeme decirle que Justin es muy responsable, él es muy seguro y centrado. Sí, yo se que todo esto se ve mal, pero, él es así.

—Bueno, este caso es muy peculiar, tu hermano está demandando al joven Bieber, y tú por otro lado, lo defiendes.

Cailin suspiro.

—Que le digo, así son las cosas.

La jueza sonrió.

—De acuerdo Cailin, cuéntanos un poco más.

—Con gusto.

Dulce Pecado ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora