Capítulo 12

19.7K 937 40
                                    

El mejor Halloween.

—Oye. ¿Iras a la fiesta del instituto?— me preguntó Alex mientras perfeccionaba algunas técnica con el balón de fútbol.

—No lo sé, salimos de allí hace casi dos años. No creo que debamos ir.— conteste mientras en la banca del campo revisaba algunos papeles.

—A mí me invitaron, quieren que entrene a su selección de fútbol. Puedes creerlo.— dijo emocionado.— Puedes ir conmigo.

—No Alex. Tengo trabajo.

—Sabes Justin, ese es tu problema, no sabes divertirte.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste, te has vuelto aburrido.

Cailin no piensa lo mismo.

—Se como divertirme.

—No lo sabes, hasta Cailin lo dice.

¿Qué mierda dijo?

—¿Cailin dijo que yo era aburrido?— pregunte un poco herido.

—Sí, algo así.

Con que esas tenemos Cailin.

—Pues metete tu comentario por el culo y puedes decirle a ella que haga lo mismo.— me levante con todas mis cosas.— Ese día no puedo, tengo trabajo.— y salí de allí.

(*)

No es que yo sea aburrido, pero estas fiestas de Halloween nunca fueron lo mío. Bueno, cuando tenía dieciséis si me ponía en la onda o cómo sea que digan los jóvenes ahora. Aunque bueno, soy joven, apenas tengo veinte.

La música sonaba tan fuerte que mi cabeza palpitaba. ¿Por qué mierda vienen tantos adolescentes a estas fiestas? Me era difícil encontrar a... ¡oh! La vaquera. La encontré. Se encontraba bailando con algunas chicas y esa amiga. ¿Cuál era su nombre? Ah sí, Zoella.

Me acerque a la sexy vaquera y le di una sonrisa. Cuando me vio, su boca casi llegaba al suelo debido a la impresión, pero luego de un momento me devolvió la sonrisa.

—Mmmh. ¿Un vampiro? ¿Hablándome?— me pregunto riendo.

—No me perdería tu cumpleaños, Cailin.— bromeé aprovechando la fecha, 31 de octubre. Me dio un golpe en el hombro.

—Idiota. Es tu cumpleaños brujo.— y reímos.— ¿Qué haces aquí?

—Oh, quería recordar cómo eran estas fiestas.

—¿En serio? Creí que habías venido a buscar algo de mí.

Reí.

—Bueno, sí tú quieres.— dije elevando una ceja.

—Está bien sexy vampiro.— se acerco a mi oído.— Te espero en la biblioteca en cinco minutos.

Y sin más se fue de mi lado andando con ese movimiento de caderas que me podía.

(*)

Torpe biblioteca. Estaba tan lejos del auditorio. Tan... ah, por eso escogió ese lugar. Abrí la puerta de la gran biblioteca provocando un sonido desagradable. Me adentre y no se miraba nada, estaba todo oscuro y...

—Ya era hora.

Sonreí al escuchar su voz. La tome por la cintura y la acorrale en una de las paredes para besarla.

—Mmmh.— le escuche decir mientras me inclinaba más sobre ella.— Espera.— me tomo de la mano y se sentó sobre en una de las mesas.—Listo. Hazme tuya.

Le daría las gracias luego por haberse puesto un disfraz que era fácil de quitar. Tenía a ese bello ángel sentada frente a mí, desnuda y besándome como una loca.

Gemí cuando toco mi miembro con su rodilla.

—¿Te gusta Bieber?— me dijo con una sonrisa. Y solo pude asentir, no tenia palabras para decirle. Me dedique a acariciar con las yemas de mis dedos su ya mojado clítoris, mientras ella se aferraba a mi cuerpo.

—Ya Justin, por favor.— suplico sobre mi cuello.

—Por favor que ángel.

—Por favor Justin, tú a mí, follame.

—Será un placer.

Sonreí.

La recosté sobre la gran mesa y comencé a bajar un camino de besos desde su cuello hasta su parte baja. Oh, eso le encantaba.

—Justin.— susurró con un pequeño jadeo.

—Abre las piernas ángel.

Y lo hizo.

Un dedo, dos, tres... joder, estaba muy apretada. Tuve que reprimir un gemido al pensar en que mi miembro era apretado por sus paredes. Me encantaba. Cailin me encantaba.

—Te amo.— dije para luego adentrarme en ella.

—Ah... también te amo. Muévete, bebé, muévete.

Y obedecí. A un ritmo casi impresionante, con demasiada sincronía, así me encantaba darle placer a mi bello ángel de porcelana. La tome de la cadera para profundizar mientras ella se deshacía en gemidos abajo mío. Cuando tuviera dinero mandaría a construir cientos de bibliotecas. ¡Jamás me había divertido tanto en una!

Sus uñas arañaban mi espalda, señal de que lo estaba disfrutando. Dios, yo quería que gritara mi nombre. Sabía que sí tocaba su punto la volvería loca. Probé con varios ángulos hasta por fin encontrarlo.

—¡Ah Justin! Allí... más... allí...— de eso estaba hablando.— Sí bebé, te amo, te amo.

—Vaya te pones melosa cuando estas a punto de extasiarte de puro placer.— me reí.— También te amo.— me acerque a su boca y la bese de la mejor forma posible.

Articuló algo, pero no le entendí.

—Me corro Cailin.

Gruñí.

—Córrete, cariño, córrete para mí.

Que dominante se volvía, no me gustaba ser dominado, pero lo hice.

Pegue mí frente a la suya y le llene las mejillas de besos. Recorrí lentamente con las yemas de mis dedos todo su costado derecho, provocándole escalofríos.

—Eso... eso fue genial.— dijo con poco aliento.

—¿Ah sí? ¿Ya no me consideras aburrido?

—¿Qué?— dijo confundida.

—Tú dijiste que yo era aburrido.— dije separándome de su bello cuerpo expuesto solo para mí.

—Yo no dije eso.— me dijo mientras me abrazaba por detrás.— Solo dije que te divertías diferente. Alex es un bocazas, no le creas.

—¿Cómo sabes que él lo dijo?— pregunte besando su cuello.

—Mmmh es... predecible.

Sonreí inconscientemente, no podía enojarme con ella.

—Eso creo. ¿Quieres ir a bailar ángel?

—Seguro.— sonrió.— Debo vestirme primero.

—También yo.— comenzamos a vestirnos.

—Algún día follaremos en público.

¿Qué dijo?

—¡Cailin! ¡Eso es enfermo!— le tiré mi zapato.

—Vale, vale, lo siento.

Terminamos de vestirnos y fuimos de nuevo al auditorio. Me quede pensando en lo que había dicho mi ángel, tal vez lo cumpliéramos algún día. Al parecer ya no era tan aburrido después de todo.

Dulce Pecado ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora