Capítulo 43

11K 455 9
                                    

Antes de.

Me desperté gracias al ruido que venía desde afuera de mi habitación. Fruncí el ceño y me tape hasta la cabeza con la sabana pero no funciono porque el molesto ruido seguía allí. Gruñí un poco y me levante de la cama medio tambaleándome, me talle un ojo con la mano derecha y ya cuando estuve más cuerda pude distinguir que el ruido venía de la puerta.

—Voy.— murmure más para mí que para el intruso que me había despertado. Me acerque a la puerta y la abrí para luego sorprenderme con lo que veía.

—¡Cailin!— grito Zoella y se me tiro encima haciéndome caer.— Te extrañe tanto idiota.

—Sí, sí, yo también a ti, pero me estas aplastando.

—Lo siento, lo siento.— Zoella se levanto y me tendió la mano para que yo lo hiciera igual.

—¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Alex te ha escuchado entrar?

—Sí, el abrió la puerta.— dijo y luego soltó una risilla. Yo fruncí el ceño.

—De acuerdo.— dije media dudosa y me acerque a mi baño para lavarme la cara y los dientes.— ¿Qué haces aquí?— le pregunte con el cepillo en la boca.

—Vengo a invitarte a mi casa, los chicos y yo jugaremos un rato a la play y sé que te encanta ese juego.

—¿A tu casa?— pregunte saliendo del baño, ella asintió.— ¿Quiénes más?

—Zayn, Ashley y yo.— sonrió.

—¿Zayn y Ashley aún siguen juntos?— pregunte sorprendida.

—Sí.— me contesto mientras se tiraba de lleno sobre mi cama.— Eres un buen cupido Cailin.

Reí.

—Eso creo, lástima que para mis relaciones sea una mierda.— comente riendo con ironía. Zoella se enderezó sobre la cama y me miro sin una pizca de humor en su rostro.— ¿Qué?

—¿Haces esto siempre?— pregunto.

—¿De qué hablas?

—De esto, de hablar así como si no te importara el tema. ¿A caso algo va mal entre Justin y tú?

Mire a mi amiga por unos segundos y luego deje salir un suspiro grande.

Desde que habían pasado todos los problemas con Justin me había vuelto de esa manera. Fría, desganada, una completa idiota. Los primeros días fueron los peores y eso que Zoella no me vio en mis momentos más débiles, sino que fue Alex quién tuvo que aguantarme todos esos días y ahora le podía dar crédito por haberlo hecho, porque yo sabía que no debió de haber sido fácil.

Cuando Zoella me pregunto si algo iba mal entre Justin y yo lo primero que pensé fue que entre nosotros dos siempre iba a haber algo mal. La edad, los prejuicios. Todo eso jamás podría quitármelo de encima, ni a mí ni a Justin. Claro que dentro de un año cumpliría dieciocho y dejaría de ser menor de edad, pero igual seguirían siendo cinco años los que Justin me llevaba y eso dejaría de sonar extraño y mal visto hasta que yo tuviera treinta y Justin treinta y cinco, así no sonaba tan mal. ¿Verdad? Pero para eso faltaba mucho, muchos años que no serían nada fácil.

Debo aceptar que el día que fui a buscar a Justin fue un arranque de desesperación, yo no sabía que más hacer y mi cerebro solo me repetía su nombre, así que me arme de valor y salí rumbo a su casa. Cuando estuve en ella sobre la cama de Justin me puse a pensar que esa sería la última vez que él me tocara o que me viera, porque lo nuestro no podía ser. Pero entonces a la mañana siguiente cambie de opinión, porque me había despertado junto con Justin y su calor se sentía demasiado bien. Entonces me replanteé la idea de seguir con lo sea que seguía luego, de luchar junto a él, de intentar aunque fuera una vez más. Me lo pensé, sí. Pero no fue en el momento que me desperté junto a Justin que cambié de opinión, ni cuando me besó despacio los labios, o cuando me llamo ángel.

Dulce Pecado ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora