Capítulo XII

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Kelsey levantó la mirada del televisor cuando escuchó el sonido de las llaves atravesando la cerradura. El reloj sobre la mesilla junto al sofá indicaba que iban a dar las diez, un horario relativamente tranquilo en comparación a las altas horas de la madrugada en las que Lauren acostumbraba a llegar últimamente.

La puerta cerrándose y una serie de pasos suaves y lentos deslizándose sobre el piso de madera, se dejaron escuchar por toda la habitación mientras Kelsey se removía incómoda en su sitio. La silueta de la pelinegra cruzó entre las sombras de la habitación y finalmente sus ojos se encontraron. En cuestión de segundos todos los argumentos que por semanas había practicado, huyeron de su cabeza en el momento que estuvieron frente a frente.

—¿Te desperté? — Kelsey negó rápidamente, pero se mantuvo en silencio intentando recordar todo aquello que quería decir. Lauren la observaba con sorpresa y un dejo de vergüenza en su sonrisa torcida esperando que la rubia añadiera algo más. —¿Dónde está todo el mundo? —insistió —Creí que era día de cena y películas como cada sábado.

Resignada a no obtener más que silencio Lauren asintió decepcionada, y cabizbaja empezó a caminar hacia las escaleras. Su pie había tocado el tercer escalón cuando la voz de Kelsey la hizo detenerse.

—Mi madre está volando a Ontario para conocer al hijo de mi hermana y Blake...bueno él ha ido con su amigo Freddie a la cabaña que tienen sus padres en las afueras. Así que estamos solas. —Lauren asintió comprendido enseguida el aplastante silencio que había en casa. No sabía que responder por lo que continuo con su camino. —Lauren, espera. Tenemos que hablar.

En relaciones de cualquier tipo aquella petición nunca significaba nada bueno. Pero en cierto modo era algo que la profesora ya esperaba. Sabía que tenía que hablar con Kelsey y era por eso por lo que evitaba llegar a casa al término del horario escolar. Cuando las clases acababan la profesora tomaba su auto y conducía sin rumbo fijo por horas hasta que creía conveniente volver.

No quería enfrentarse a su mayor problema; dar explicaciones.

—Ha sido una larga semana Kelss. ¿Te importaría si lo dejamos para mañana?

—De hecho, si me importaría. —Lauren gruñó en respuesta— Han pasado dos semanas y estoy a punto de volverme loca. Necesito respuestas y las necesito ahora.

—No quiero que esto se convierta en una discusión.

—Solo quiero entenderte ¿está bien? Has estado actuando raro, sin mencionar lo que sucedió en...

Anticipándose a sus palabras Lauren la interrumpió.

—Hablaremos mañana, lo prometo.

—El mañana no existe y siempre lo has dicho, así que vamos a hacerlo justo ahora.

Las excusas ya no le serían de ayuda y si era sincera tampoco podía pensar en alguna que fuese lo suficientemente buena para sacarla del atolladero en el que se había metido.

—Hablemos entonces. —escupió de mala gana sacándose la chaqueta y acomodándola en el barandal de la escalera. —¿Qué quieres saber?

—Siéntate. —pidió Kelsey volviendo a ocupar su lugar en el sofá. Lauren negó con la cabeza, prefería quedarse de pie, solo así se sentía en control de sí misma y de sus emociones. —No voy a cometerte, así que siéntate.

—Estoy bien así. Solo dime ¿qué quieres saber exactamente?

—¿Quiero saber qué fue lo que pasó entre ustedes? —Lauren gruñó apretando fuertemente la mandíbula. —Camila me dijo que no salió de la ciudad por trabajo como habías dicho. Todo el tiempo ha estado en su departamento, Lauren. ¿Por qué no me lo dijiste?

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora