Cuando todo se pone oscuro el primer sitio al que acudes es donde está tu corazón.
Ya no se trataba de odios ni de venganzas absurdas sino de volver al sitio en el que más segura se había sentido, necesitaba compartir unos segundos con Camila y de alguna manera hacer que le explicara con sumo detalle, el final tan enmarañado que tuvo su relación. Ansiaba encontrar la paz para poder frenar con las acciones toxicas que no eran sino el reflejo de la culpa que sentía por la mañana, y ese pequeño departamento en las afueras de Princeton, para bien o para mal, poseía el remedio para todos y cada uno de sus males.
Horas atrás había volcado toda su energía en conducir hasta el sitio al que una vez llamó hogar, y nada mas aparcar en su espacio y alzar la vista a la ventana del penúltimo piso, comenzó a sentir como los recuerdos de tiempos mejores inundaban su mente.
Cuatro años atrás.
No había persona más feliz en el mundo que Lauren subiendo rápidamente las escaleras de su viejo edificio. Estaba emocionaba y su rostro portaba la sonrisa más grande del mundo mientras pensaba en la inesperada noticia que había recibido esa tarde. Aun no podía creerlo pero ya se encontraba ansiosa por contárselo a Camila. Para el resto podía era quizás una reverenda tontería pero para ella era importante. Finalmente había sido nominada para una de las categorías que los estudiantes seleccionaban al comenzar el año, "Mejor método de enseñanza". El logro era tan inesperado como impresionante debido a que ese año escolar no había sido el mejor, se encontraba en medio de una crisis de autodesprecio en la que realmente creía que no era lo suficientemente buena para enseñar en Princeton o en cualquier sitio, motivo que la había llevado a reducir su nivel educativo y a deprimirse. Camila había tenido un papel importante en su recuperación emocional pero para la profesora era necesario un estímulo mucho más fuerte que un abrazo cálido y un beso, para comprender que su trabajo era bueno, que cada día que invertía en clases era fundamental para el desarrollo de las mentes jóvenes y por encima de todo; que ella, Lauren Jauregui, valía la pena. Fue una suerte que los Princeton Awards llegaran y con ellos la chispa de vida que a la profesora le hacía falta.
Con las emociones a punto de estallar Lauren se detuvo frente a la puerta de su departamento y respiró hondo. Necesitaba relajarse un poco antes de contarle las buenas nuevas a su novia. Sabía que la morena ya estaba en casa porque desde afuera podía ver el halo de luz que se escapaba por debajo la puerta y la lejana melodía de Longitud de onda que alcanzaba a escuchar lo comprobaba. Un último suspiro mientras introducía la llave en la cerradura y luego la música se volvió mucho más clara, casi tanto como la voz de Camila desde la cocina.
"Tradúceme lo que dice el silencio
No existe el ruido en el universo....
En silencio caminó hasta la cocina y sonrió enternecida cuando descubrió a la morena mirando dentro del refrigerador mientras se movía al ritmo de Carlos Sadness, su fascinación más reciente.
Guardo un recuerdo casi perfecto
Lo reproduzco un poco más lento
Finalmente su búsqueda terminó y entonces su cuerpo giró y Lauren pudo ver el tesoro que acunaba entre sus brazos; un paquete de pan integral, la mezcla de mayonesa y mostaza que preparaban cuando era día de sándwiches, el paquete de queso americana y un par de rebanadas de jamón que intentaban equilibrarse en la montaña de comestibles. Tan pronto como Camila se dio cuenta que su novia estaba en casa soltó todo lo que había en sus manos y corrió a abrazarla. Un par de horas sin verla le sabían eternas y definitivamente quería sentir la calidez y el agradable aroma que siempre acompañaban a la profesora.
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It Will Rain (Camren)
Fanfiction"Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso" Lauren intenta encontrar la verdad entre toda la destrucción que dejó su relación con Camila. Un paso mas cerca se resume en una cadena de sucesos que la...