It Will Rain (Camren)

Capítulo LXI

Atraída por la tranquilidad que se respira en un pueblo pequeño, Dinah Jane finalmente hacia la transición de la gran ciudad y se mudaba a Princeton. Sumaban meses desde que la decisión había sido tomada y aunque jamás dudó de los motivos que la llevaron a tan radical cambio, ahora mismo no podía evitar sentir nostalgia por la ausencia de la persona que la motivó a hacerlo en primer lugar. Jamás olvidaría todas esas noches de desvelo en las que juntas planeaban la decoración perfecta de ese pequeño apartamento que compartirían cuando su trabajo en Santa Ana terminara. Estaba casi segura que se sentiría como una intrusa sin la presencia de Camila en aquel espacio diseñado para ambas pero tarde o temprano se acostumbraría. Siempre lo hacía.

Antes de las vacaciones de navidad la mitad de los muebles ya habían sido seleccionados y el inmueble costeado en su totalidad, por lo tanto lo único que restaba por hacer era seleccionar la fecha de entrega de los muebles, amontonar cuanto cupiera de sus pertenencias personales en la furgoneta que había rentado y conducir de regreso a Princeton. Un viaje de cuarenta horas que se convirtió en una odisea interminable cuando su acompañante decidió cantar para ella, deleitándola con un popurrí de géneros, desde los más típicos hasta los que se escuchaban como una clara invocación a un demonio. Allyson Brooke poseía una voz virtuosa y capaz de adquirir tonalidades únicas que podían encantar a todos los que la escucharan y así fue para Dinah, al menos durante los primeros veinte minutos de viaje, el resto del tiempo se podía describir como flashazos distorsionados que pronta y gustosamente se iban a borrar de su sistema.

—Y entonces tuve que salir con Chris Colfer por tres semanas ¿Puedes creer lo loco que suena eso? —la vuelta a la realidad estaba siendo mas dura de lo que Dinah hubiera imaginado. No sabía quien era Chris Colfer y mucho menos que relación tenía con el semblante irritado de Allyson. Por eso hizo lo que toda persona cuerda haría para salir del atolladero en el que se había metido; asentir e imitar la mueca furiosa de la actriz. —Eso mismo dije yo. ¿Quién iba a creer que estábamos en medio de un romance? No tiene sentido.

—A veces los polos opuestos se atraen Ally.

—Chris Colfer es Gay.

—Nunca debes subestimar el poder del amor. —y como si se tratara de un oscuro secreto, añadió en un susurro— Dicen que es tan fuerte que incluso puede transformar la orientación sexual de una persona.

—Tal vez en tu mundo de ciencia puede ocurrir pero...

—¿Mi mundo de ciencia? —repitió para después sonreír con arrogancia. — Lo haces parecer como algo importante y no es sino la demostración del trabajo duro, la inteligencia y un poco de gusto por la sangre. Y aun así no estoy segura de que te refieras a la medicina general sino a la psicología con sus terapias de conversión. Las cuales si me preguntas...son un completo fraude. Si ponemos en duda la sexualidad de una persona por lo que ella o él mismo cree con todo su corazón que es, entonces mucho me temo que en un par de años nadaremos entre dudas y desvaríos sobre la razón de nuestro poderío humano. Habrá un simio como presidente, los Coatíes tendrán juntas en el senado y los quokka heredarán la tierra prometida.

—Creo entonces que ya vivimos en tu futuro distópico porque diariamente podemos ver como hay un simio dirigiendo la casa blanca.

—Finalmente el pequeño ángel decidió sacar las garras. —musitó entre risas.

—¿Quién dijo que era un ángel?

—El New York Reader en su artículo sobre tu obra. —la mirada amenazadora de Ally se suavizó y sonrió tímidamente— Las críticas son excelentes. Incluso te pusieron un mote cariñoso. "El ángel de Greenwich" ¿no es genial?

—Ese articulo no iba a salir hasta el próximo mes, cuando la obra finalmente estuviera abierta al público ¿Cómo lo sabes?

—Normani— dijo sin darle mayor importancia mientras pisaba el acelerador con el único afán de adelantar los pocos kilómetros que faltaban para llegar a Princeton y así no tener que decir nada.