It Will Rain (Camren)

Capítulo LIII

La vida es impredecible, tanto que un día estás descansando en la terraza de tu mejor amiga en su cabaña de Princeton y al siguiente robas su auto y conduces hasta Nueva York, luego tomas una desviación y vas y te metes en la cuna de apariencias mas grande del país; los Hamptons. Luego por azares del universo llegas a tu destino justo detrás de la chica que le arruinó la vida a tu mejor amiga, y que por obras misteriosas de la vida, esa chica también era tu amiga. Entonces la observas y analizas cada movimiento de su cuerpo, cada facción de su rostro, haces de todo e intentas cada vez con más fuerza encontrar esa vena fría que solo un loco sin sentimientos puede tener pero fracasas por completo.

Camila podía ser cualquier cosa menos una asesina.

Ante el descubrimiento el tiempo pasa lento y tortuoso, entonces mientras permaneces encerrada en ese pequeño y caluroso espacio la mente comienza a trabajar rápido y es en ese momento que aparecen las dudas y te cuestionas cada cosa que sucedió desde que la morena llegase a tu vidas. Encuentras cabos sueltos y quieres atarlos pero es imposible porque la persona que puede darte respuestas y satisfacer tu curiosidad ya no está mas con vida y a la otra, prácticamente la echaste de tu vida como si su amistad no valiera nada.

Mi ruta de escape llegó casi a la media noche en un Mercedes-Benz clásico pero elegante que se confundía con la oscuridad. La ultima vez que vi a Jared Cabello fue hace más de un año, en su fiesta de cumpleaños celebrada en la Riviera Maya, cuando toda su vida se encontraba en paz. Entonces Jared se había mostrado agradable y contento con mi presencia pero sería una tonta si pensara que esta vez el recibimiento iba a ser el mismo. Lo vi bajar el vehículo y compartir unas palabras con el conductor, dudé unos segundos y no fue que comprendí que mi oportunidad se estaba yendo hasta que la figura del empresario se perdió en las escaleras.

Salí del auto y prácticamente corrí a su encuentro, lo alcancé un segundo antes de que la enorme puerta de entrada se cerrara por completo y casi a punto de perder un pulmón por el esfuerzo grité.

—¿Señor Cabello?

—Allyson Brooke. —dijo en un susurro. Su intensa mirada me examinaba de arriba abajo dejándome una sensación de malestar por todo el cuerpo. —Tu presencia aquí después de lo que hiciste es o muy valiente o muy estúpida.

—El historial de su hija no es precisamente blanco señor Cabello.

—Y aun así estas aquí. — rió irónicamente. —¿Por qué?

—Tengo dudas y Camila es la única que puede darme respuestas.

—¿Por qué no vas con esa otra chica, la profesora? y le haces todas esas preguntas a ella. Últimamente pasan mucho tiempo juntas, tanto que incluso duermes en su casa.

—Son solo unos días. —respondió sin pensar y rápido me di cuenta que Jared sabía mucho más. —Pero usted... ¿cómo lo sabe?

—Mi familia señorita Brooke, es lo mas valioso que tengo, y aunque naturalmente soy un ser pacifico cuando se meten con alguna de mis hijas o mi esposa, tengo que responder de algún modo, y la mayoría de las veces no es agradable de ver.

—¿Es una advertencia? —cuestioné ya sabiendo la respuesta y Jared sonrió.

—Una amenaza.

—Yo no quiero hacerle daño a Camila, solo quiero hablar. Y de verdad estoy segura de que ambas lo necesitamos. —lo pensó por un momento mientras que imperceptiblemente éramos encerrados en una burbuja de incomodidad. El silencio se mantuvo por un rato mas hasta que sin otra alternativa Jared asintió y a regañadientes me hizo pasar. Juntos caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una pequeña habitación que funcionaba como recibidor. Entonces se detuvo en la puerta y antes de irse me regalo una sonrisa que pretendía ser amable aunque sin mucho éxito.