Capítulo LVII

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"ENERO"

El nuevo año había traído sorpresas para todos, especialmente para Lauren, a quien finalmente se le habían concedido sus más profundos deseos. Luego de meses de incertidumbre y temor al acoso impartido por Camila, finalmente obtuvo la calma que pedía todas las noches antes de ir a dormir.

No fue capaz de notar aquel pequeño detalle sino hasta la segunda semana de enero, cuando al anochecer y justo en la hora pactada para el intercambio de silencio que compartía con la morena, no sucedió absolutamente nada. El teléfono encima de la mesilla de centro permanecía mudo. Aquello la extrañó pero de inmediato lo atribuyó al regreso de vacaciones y la locura que se instauraba e la ciudad y las líneas telefónicas. Pensó incluso que se trataba de un olvido de Camila y eso consiguió tranquilizarla un poco, pero al irse a la cama los miedos volvieron y no pudo evitar sentir ese pinchazo de decepción que brotaba cada vez que las cosas no salían como ella quería. Cerró los ojos con la certeza de que al día siguiente a las 7:27 su teléfono sonaría en reacción a su llamada, pero el nuevo día llegó y luego otro y otro más, y nada ocurrió.

A mitad de la tercer semana los nervios de Lauren estaban al borde del colapso y casi parecía que se desbordarían cuando en la última clase del día uno de sus estudiantes la llevó al límite de su paciencia mientras leía un pequeño párrafo del libro en el que habían estado trabajando durante toda la semana.

<<¿Quién podía responder por los sentimientos de un hombre hábil, cauteloso, lo bastante maduro como para apreciar un bello carácter? ¿Cómo podría asegurarse que esta alma estaba en verdad limpia? Mr. Elliot era razonable, discreto, cortés, pero no franco. No había tenido jamás un arrebato de sentimientos, ya de indignación, ya de placer, por la buena o mala conducta de los otros. Esto, para Ana, era una decidida imperfección. Sus primeras impresiones eran perdurables. Ella apreciaba la franqueza, el corazón abierto, 'el carácter impaciente antes que nada. El calor y el entusiasmo aún la cautivaban. Ella sentía que podía confiar mucho más en la sinceridad de aquellos que en alguna ocasión podían decir alguna cosa descuidada o alguna ligereza, que en aquellos cuya presencia de ánimo jamás sufría alteraciones, cuya lengua jamás se deslizaba.>>

Dando un rápido vistazo al grupo Lauren apreció con satisfacción como todos seguían la lectura que ella guiaba en sus libros, su intención era continuar cuando Daryl Young se autoproclamó como el payaso de la clase, instando a todos a reírse de sus gracias que en lo absoluto lo eran.

—Ese tal Elliot era un estúpido. Si hubiera mentido mejor y callado la boca de esos cabos sueltos tal vez podría haberse casado con la solterona fea.

—Voy a pasar por alto su falta de consideración al comentar detalles importantes que la mayoría de sus compañeros desconoce debido a que no hemos llegado a esa parte del libro, y en su defecto voy a cuestionarlo. ¿Piensa usted que llegar a los veintisiete sin haberse casado representa alguna especie de fracaso? ¿Cuál es su definición de belleza? Ya que ha juzgado a Mr. Elliot como estúpido, podría decirme que habría hecho usted en su lugar. Silencio fue todo lo que recibió por parte de su joven estudiante quien no encontraba la mejor forma de ocultar su vergüenza salvo esconder la cabeza entre el saco de su uniforme.

Aquel altercado causó un revuelo lo suficientemente grande que favoreció a que Daryl Young escapara de las preguntas que ni siquiera había escuchado.

Georgia y Brianna, líderes del revuelo, eran dos jovencitas de su clase avanzada que no perdían oportunidad para entrar en debates sobre la libertad femenina y la incansable lucha por su empoderamiento. Ambas juzgaban malo todo aquello que empequeñeciera los logros de la mujer y rechazaban profundamente la manera en la que Jane Austen había sometido a Anne Elliot por todos, hombres y mujeres, en su libro. Se mostraban indignadas ante los modales incivilizados de aquella época y alegaban que lo que conocíamos como "civilización" tarde o temprano se vería derrumbada por las bases tan pobres que hombres abusivos habían creado. En otras circunstancias Lauren las hubiera motivado a debatir y aquello con seguridad le habría dado más expectación e interés al libro pero aquel día en particular lo único que quería era dejar de escuchar las voces irritantes de las dos señoritas.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora