Capítulo LXVIII pt 2

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Enero 23

Su turno había terminado hace más de una hora, pero por más extraño que pareciera Dinah todavía no quería irse a casa. Algo en su interior le exigía que esperase un poco más y a cambio recibiría un enorme obsequio de la vida que tanto estaba deseando.

La suave música de fondo aunado a las 18 horas sin dormir la habían llevado al borde, siendo el estrés y la ansiedad los que finalmente la empujarían al abismo de incertidumbre, sitio en el que viviría durante las próximas semanas. No pensaba esperar un minuto más a que el doctor Farrell apareciera, así que se resignó y encendió el auto escupiendo insultos a la soledad que había a su alrededor.

Cuando finalmente decidió irse un volvo azul metálico se estacionó justo a su lado, y Dinah, impaciente por conocer al conductor, giró el rostro y no pudo sino sorprenderse por su hallazgo. Después de todo la vida no la odiaba, porque el mismo Jeremy Farrell se observaba minuciosamente en el retrovisor preparándose para salir. Con una sonrisa victoriosa Dinah rápidamente se puso la chaqueta junto con la bufanda del asiento trasero y después de enredarla alrededor de su cuello sin ningún cuidado abrió la puerta y se dispuso a alcanzar al anestesiólogo que a punto estaba de cruzar la puerta principal.

Sus pies quemaban por el ejercicio extra pero en el fondo sabía que valdría la pena.

—¡Doctor Farrell! Espere por favor— todavía con la mano empujando la puerta doble Jeremy giró el rostro al escuchar su nombre y sonrió con amabilidad al encontrarse con la doctora. Tan pronto como la vio, Farrell volvió sobre sus pasos y esperó pacientemente a que se reuniera con él.

—¡Doctora Hansen!—saludó alegre mientras esperaba que Dinah recuperase un poco del aliento que había perdido en su caminata.—No me diga que va a cubrir otra guardia. Si es así voy a considerar seriamente beber esa extraña poción que usted y Bloom aman tanto.

—Esa extraña poción no es otra cosa sino café doctor Farrell—respondido casi de inmediato y Jeremy asintió sin estar muy seguro de sus palabras.—Pero no es del café de lo que quiero hablar, sino de lo que usted mencionó el otro día en la sala de descanso.

—Tiene que ser más específica doctora, lo que allí se habla es casi tan variado como la comida de un buffet chino.

—¿El síndrome de Collins y la doctora muerte le resultan familiares? —de pronto el semblante afable de Jeremy se transformó en uno mucho más cauteloso. La sonrisa había muerto en sus labios dejando en su lugar una fina línea que denotaba preocupación.

—Son solo leyendas urbanas doctora, chismes de pasillo que se olvidan tan rápido como un nuevo romance surge, le pido que no tome en serio mis palabras. A veces yo mismo tiendo a exagerar y no me gustaría que se viera involucrada en alguna clase de problema por mi causa.

—No pretendo crear problemas doctor Farrell pero ya estoy involucrada en esa leyenda urbana y no pienso dejarla hasta que consiga lo que busco.

—¿Y qué es lo que busca?—replicó al instante.

—Quiero saber la verdad de Tyra Collins.

—¿Por qué?

—Porque no confió en ella.

—¿Cómo puede desconfiar de alguien a quien ni siquiera ha visto? Usted ya se ha formado un juicio en base a leyendas urbanas que tal vez ni siquiera sean ciertas. Eso no es muy justo que digamos.

—Se equivoca doctor Farrell, conozco a Tyra Collins y es precisamente por eso que quiero saber si lo que se dice en los pasillos de este hospital es cierto. Necesito saber si la novia de mi mejor amiga es un completa loca.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora