Capítulo II

846 32 10
                                    

Sin despegar la mirada de la ventana Lauren extendió su mano hacia la pantalla táctil del auto y cambió la estación de radio por una mucho más acorde al humor que llevaba puesto esa mañana en la que el ambiente se respiraba triste y el cielo estaba gris, era como si el cosmos o cualquier fuerza suprema capaz de controlarlo todo supiera exactamente como alinear cada aspecto en su vida, modificándolo de tal forma que todo se sintiera de un profundo y deprimente gris. Al menos desde su perspectiva.

The bird won't fly

And a bird without its wings is a low and tragic thing

No era un buen día y la radio dando las canciones más tristes de su repertorio se lo repetían a cada instante. Recordándole cuan miserable se sentía cada vez que escuchaba una melodía que hablase de la hermosura que la luna oscura tenía.

We are ghosts

We are ghosts amongst these hills

Pressing out along the shore

No era un buen día para Lauren y Kelsey lo noto al instante, pero decidió no entrometerse y darle su espacio, dejarla sufrir en silencio hasta que este fuera tan insoportable que la profesora no tuviera otra opción más que soltarlo para no ser ahogada por él.

En la siguiente calle Blake bajó del auto siendo acompañado por su madre hasta la puerta del colegio donde ambos se abrazaron fuertemente y se despidieron con un beso en la mejilla, Kelsey prometiendo volver dentro de un par de horas y el como todos los días prometió portarse bien. El pequeño se despidió de Lauren levantando su pequeña mano y agitándola, la profesora sin demasiado esfuerzo imito el gesto y levantó la suya mientras le sonreía tiernamente. El chirrido de la campana interrumpió el intercambio de gestos y miradas, haciendo que el pequeño corriera hacia su profesora y después juntos desaparecieran en el interior. Lauren detalló la sonrisa ilusionada de Kelsey al observar a su pequeño con adoración y sintió verdadera felicidad por su amiga, se permitió pensar que aquella burbuja de la que era testigo podría borrar un poco el aura gris que la rodeaba, pero pronto cayo de frente con la realidad y se dio cuenta que más que admirar tenía que ser ella misma quien tomara los colores con sus propias manos y pintara parte por parte el espacio en blanco que había quedado luego de su partida.

Lauren estaba decidida a terminar de tajo con su autocompasión cuando la puerta fue cerrada con violencia haciendo vibrar los vidrios del auto. Kelsey le dio una rápida mirada a la profesora y la encontró perdida en el horizonte, negó y esperó unos segundos mientras revisaba los archivos de palabras en sus labios en busca de algo que pudiera decir que le devolviera la esperanza a la pelinegra, pero no pudo decir absolutamente nada, el discurso improvisado que tenía para ella se desvaneció en lo seco de su garganta.

Apagó la radio y emprendió de vuelta el camino hacia la carretera que las llevaría directamente a la preparatoria.

Los primeros metros del trayecto resultaron tan tensos y silenciosos que Lauren fue la primera en hablar. No soportaba sentirse excluida por la rubia y era completamente obvio que Kelsey mantenía una animada conversión que la incluía a ella en su cabeza. Probablemente preguntándose ¿qué demonios le ocurría y si es que ella había tenido que ver en ello? Lauren no pensaba responder esa pregunta, pero bien podía hacerle saber que su presencia o acciones no tenía nada que ver con que su vida e dirigiera directamente a un acantilado del que no estaba segura si podría sobrevivir.

-¿Te encuentras bien? -preguntó Lauren avergonzada y Kelsey despego su mirada de la carretera viéndola con sospecha y un poco de diversión.

-Me parece que soy yo quien debería preguntar eso. ¿Qué sucede contigo, Lauren? No quise interrumpir tus diez minutos de depresión porque Blake estaba aquí y no quería que se preocupara, pero ahora el ya no está. Tal vez no me corresponda a mí, pero ¡al diablo! Te exijo que me digas que es lo que está pasando contigo.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora