Capítulo L

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—El día de hoy no les voy a hablar de autores o libros, o de movimientos literarios. No voy a pedirles que escriban un poema ni tampoco un ensayo de diez mil palabras acerca de algo que ni siquiera les interesa. Hoy quiero que hablemos de esa fuente de poder que hay en nuestro interior o a nuestro alrededor y que de un momento a otro y como una llamarada de fuego hace nacer de la nada las palabras que necesitamos leer, escuchar o sentir en un momento determinado. El día de hoy los voy a guiar por tres escenarios que van a inspirarlos al grado de querer explorar y compartir con alguien más todos esos sentimientos que muy seguramente brotaran de lo profundo de su mente. —Lauren suspiró con pesar mientras descansaba su espalda en el muro junto a la puerta y sin apartar la mirada de sus estudiantes continuó. —Y si todo sale bien, al término de esta clase muchos de ustedes entenderán la enorme cantidad de sentimientos y pensamientos que hay tras un simple párrafo, navegarán en sus profundidades y justo en el fondo van a encontrar eso que siempre quisieron. Así que sin más preámbulos tomen las plumas y los cuadernos de bolsillo que les pedí al iniciar el semestre y síganme.

—¿A dónde vamos profesora?

—Esa es una muy buena pregunta señorita Bowen— señaló con una sonrisa mientras que sostenía la puerta abierta para que sus estudiantes pasaran. —Y la respuesta es tan sencilla como decir que vamos camino a inspirarnos mutuamente.

—¿Vamos a la biblioteca? —inquirió Kevin Pressman, otro de sus estudiantes de primer grado.

—La literatura no necesariamente tiene que centrarse en libros.

—Pero es literatura con "l" de libros.

Lauren sonrió por las acertadas opiniones de su joven estudiante y se apresuró a responder.

—Y el agua es agua señor Pressman, pero aun así se puede convertir en un sólido, un líquido y un gas.

—¿Ahora estamos en química? — preguntó un tercer estudiante que se encontraba realmente perdido entre las hojas de su cuaderno. — No entiendo nada ¿la profesora Daddario nos va a dar puntos por esto?

—No es química lo que quiero enseñarles, es sobre procesos e inspiración. — explicó pacientemente mientras se situaba al inicio de la fila de estudiantes que se había reunido en el pasillo y encabezaba la caminata hacia el aula de música, la primera de tres estaciones que recorrerían para entender la enormidad que existía en la palabra "inspiración". — "La tristeza es la cuna de la inspiración"

―Agatha Christie —respondió apresuradamente Olivia, la joven promesa de los primeros grados para liderar las listas de buenos promedios por los siguientes tres años.

—Muy bien señorita Gómez, pero para la próxima por favor espere a que realice la pregunta. — risas se escucharon al final de la comitiva y Olivia se quedó detrás del grupo con las mejillas sonrosadas por la vergüenza. —No pretendo ofender la memoria de Agatha Christie, pero yo no creo que la tristeza sea la única fuente de inspiración que tiene el escritor para moldear una obra de arte en un puñado de papeles. Hay cientos de herramientas que podemos utilizar; la ira, el dolor, la felicidad, la empatía, el desagrado, la ansiedad, el miedo, la pasión, el amor y todo lo que puedan imaginar, todo, absolutamente todo puede fungir como cuna de inspiración.

—Una vez leí que el escritor escribe lo que siente profesora—Lauren asintió ante la pregunta de Tucker y esperó a que continuara mientras el flujo de estudiantes la adelantaba en el camino— ¿Qué pasa si quiero escribir acerca del amor y ni siquiera tengo novia? O si necesito hacer uso del dolor y sin embargo me siento la persona más feliz del mundo.

—Justamente eso es lo que vamos a aprender hoy. Vamos a plantar una semilla de la que nacerá un frondoso árbol del cual van a poder recoger los frutos de manera inmediata, cuando y como quieran.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora