It Will Rain (Camren)

Capítulo XL

"Por supuesto que te haré daño. Por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia."

-Antoine de Saint-Exupéry -El Principito

—¿Que estas leyendo? —Kelsey levantó la mirada del libro en su regazo para posarla en los brillantes y alegres ojos que la observaban con cariño. Para nadie era un secreto que Graham Bloom tenía sentimientos por ella, incluso para Camila que siempre estaba perdida en su mundo era evidente que el castaño comenzaba a enamorarse de ella y aunque su pecho dolía al ver como crecía el amor entre sus dos amigos, no podía evitar sentir que aquello era correcto, era como si todo su sufrimiento hubiese tenido un motivo mayor y de esa manera la culpa ya no pesaba tanto.

—Es un libro—susurró con obviedad haciendo que el castaño abriera los ojos como platos, tratando de mostrarse ofendido por el evidente sarcasmo en sus palabras.

—¿De frases y poemas de amor? —inquirió apretando los puños mientras sentía como el virus de los celos recorría todo su cuerpo. Era una sensación extraña que al mismo tiempo resultaba liberadora, como si al fin ese instinto de protección brotara hacia alguien más que no fuesen su madre o sus hermanas, o inclusive la propia Camila que era en quien últimamente había volcado todo sus pensamientos y cuidados. —¿Quién te lo dio? ¿Un profesor, o tal vez un alumno enamorado?

—Me lo obsequió la hija de Gregory Benson. El jefe del departamento de policía.

—Tal vez está enamorada de ti. — añadió con un tono juguetón haciendo que la rubia girara los ojos con fingida irritación.—No sería la primera ni la última. Eres una mujer tan bella y sumamente inteligente, Kelsey, que no sería capaz de culpar a ningún desafortunado, ya sea hombre o mujer si llegara a enamorarse de ti. Yo mismo siento que...

La voz emocionada de Blake rompió la burbuja de tranquilidad por la que se habían dejado envolver y de inmediato alzaron los rostros completamente sonrojados a pesar de que no estaban haciendo nada malo.

—¡Mamá! ¡Mamá! — ambos dirigieron sus miradas confusas al auto que recién se estacionaba en el aparcamiento y abrieron la boca sorprendidos por la presencia de la pelinegra que, si bien ya se encontraba mejor, en las últimas visitas siempre se había mostrado renuente a abandonar el apartamento. — Mamá ven rápido, la tía Camila está aquí.

Vestida únicamente con una camisa de cuadros de color verde al vivo estilo leñador en conjunto con unos cómodos pantalones negros ajustados y un par de zapatillas deportivas Camila se deslizaban con la gracia y sutileza de una modelo por el estacionamiento hasta llegar con el resto de sus amigos, quienes la recibieron con los brazos abiertos, y de inmediato la hicieron sentir en confianza.

—Yo sabía que vendrías —dijo Preston mientras se dejaba caer en la silla junto a la morena con dos latas de refresco en sus manos. Camila le regaló una perfecta y bien fingida sonrisa aceptando la bebida que su amigo le ofrecía. —Pero aunque ya lo sabía, me interesa conocer el motivo real que te trajo hasta aquí.

—Blake quería que estuviera aquí y yo no iba a fallarle.

—Una excusa perfecta, pero ahora dime la verdad. Camila le dio un largo trago a su refresco. 

Se removió incomoda en la silla y después de ajustar las gafas negras que llevaba puestas suspiró pesadamente.

—Esto es cosa de mi madre. Prácticamente me obligó a salir del departamento.

—¿Eva está aquí? — preguntó emocionado mirando a ambos lados del camino.

—No, pero como si lo estuviera. —explicó sin mucho ánimo— Kelsey y Cassidy se encargan de darle una bitácora detallada de lo que hago cada día. Y por si te interesa a mi madre no le gusta escuchar todos los días la misma rutina. Tuve que prometerle que saldría de casa o de lo contrario, te aseguro que la tendría aquí antes de la media noche.