Capítulo XIX

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Aquella mañana estaba siendo un completo desastre para Lauren, ya que de las tres clases que había impartido el total de alumnos en todas en todas ellas era de apenas quince, un numero realmente ridículo considerando la enorme cantidad de estudiantes que asistían diariamente a la preparatoria. Sabía el porqué de la baja asistencia y aunque se culpaba completamente por ello, no iba a permitir que aquel comportamiento de deserción siguiera manteniéndose por más tiempo.

Ciertamente había tenido un par de días malos, pero ya estaba de vuelta y no pensaba volver a tirarse de lleno a la auto compasión cuando cientos de jóvenes dependían de ella y de su guía intelectual. Estaba lista para compensar por todas aquellas películas que, aunque se consideraban joyas del cine y la literatura no sustituían la calidez y aprendizaje que un buen libro iba a dejarles.

Con firme decisión y un fuerte dolor de cabeza Lauren levantó la mirada y se encontró con solo tres chicos. Pensaba que el resultado del día iba a ser malo, pero no al grado de que nadie hubiese asistido. Apenas y reconocía a las caras que aburridas la miraban probablemente esperando que otra vez perdiera la cabeza y entonces ellos podrían salir del salón o sacar sus teléfonos y perderse en su mundo virtual sin ninguna culpa. Lo que no sabían era que las cosas iban a cambiar y lo harían para bien.

—Buenos días. Señores Grundy, Thompson y Higgins.—los saludó uno por uno, sonriendo a pesar de las punzadas de dolor en su cabeza.— Me sorprende mucho verlos a los tres, tan temprano y de tan buen humor.

—Amamos su clase señorita Jauregui. Cada día estamos a la expectativa de que nuevo tema abordara para nosotros.

—Muy amable señor Thompson.

—Estamos ansiosos porque la clase comience profesora. —añadió Grundy chocando los cinco con Thompson por debajo de la mesa. Y si me permite un consejo señorita; deberíamos comenzar, no creo que nadie más se presente.

—Tenemos snacks por cierto — Thompson sonrió de manera encantadora señalando la bolsa con algunos paquetes de gomitas y dulces que llevaba para compartir.

Higgins y Grundy siguieron su ejemplo y de sus mochilas sacaron bebidas energéticas y paquetes de Takis y Doritos. Aquello lejos de molestar a Lauren la hizo sonreír, estaba satisfecha sin siquiera haber implantado su plan de rescate para las mentes que dependían de ella.

—¿Puedo? —inquirió realmente interesada y emocionada por las acciones tan aventureras de "los tres estúpidos" como Nicolette los llamaba. Thompson extendió su botín de delicias y Lauren lo tomó sin reparo alguno, haciendo lo mismo con las de Grundy y Higgins las dejó sobre la mesa y se apresuró a cerrar la puerta del aula poniendo el pestillo después.

—¿Qué película vamos a ver hoy profesora? — Higgins se mantenía interesado, al parecer había vuelto a su faceta de perdedor y payaso de la clase.

—¡No van a creerlo! —exclamó emocionada mientras caminaba hacia el estante de libros que había al final del aula solo para tomar cuatro ejemplares de "La metamorfosis" de Franz Kafka—El día de hoy no pretendo ser tan ruda con ustedes tres debido a que por lo menos tuvieron la decencia de presentarse, pero sí que vamos a estudiar.

—¡Pero profesora! —se quejó Thompson cuando tomó el ejemplar que se le estaba dando. — ¡¿Y la película?!

—¿Va a devolvernos nuestras cosas? —preguntó Grundy viendo con anhelo el paquete inmaculado de takis que sobresalía de su bolsa.

—Me temo que esas delicias han sido confiscadas hasta nuevo aviso, sin embargo, estaré feliz de contarles si su sabor era tan bueno como parecía.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora