Capítulo 17. Mario: 1 ; Poché: 0

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POCHÉ.

-Solo quiero un Frappuccino de caramelo sin crema- le sonreí al camarero. El taxi nos había dejado en el Starbucks más cercano del lugar en donde estábamos. Intenté convencer a Kathia de salir otro día pero se negaba, era muy insistente.
El camarero se retiró con ambos pedidos para comenzar a atender a los demás que se encontraban en ese lugar.

-Así que trabajas con Daniela Calle- habló ansiosa a lo que yo asentí con mi cabeza, dentro del taxi le había adelantado algo de mi alocada historia desde que llegue a Los Ángeles, era una completa desconocida pero aun así servía para desahogarme un poco- He oído hablar muchas cosas sobre ella.

-¿Cosas como qué?- pregunté curiosa. De verdad me interesaba lo que decían de Daniela, me ayudaba a conocerla un poco más.

-Solo que es una chica muy caprichosa, típica hija consentida de papá- habló con cierto tono desagradable- No me sorprendería que consiguiera lo de H&M con ayuda del señor Calle- alcé una ceja. Hablaba como si supiera mucho acerca de la vida de Daniela y eso me daba mucha mala espina- ¿Ella te hizo eso?- me miró asombrada.

-¡No!- dije rápidamente a lo que ella asintió comprensiva- Fue la otra modelo con la que trabajo, un simple problema de diferencia de ideas- continué, Kathia se quedó viendo por unos pares de segundos mi rostro, supongo que analizando mis heridas.

-Vaya diferencia de ideas- rió, se notaba que era muy risueña, nunca dejaba de sonreír y eso era agradable-Eres muy bella, Poché- soltó de la nada, sentí mis mejillas enrojecer rápidamente. Era mucha característico de mí tener esa reacción ante un cumplido.

-Gracias, tú también- le respondí el halago. Estaba siendo sincera, Kathia era muy hermosa y podía llamar la atención de cualquier chico o chica que se le cruce por el frente. Incluyéndome.
Aunque coquetear no era mi mayor fuerte, siempre me han coqueteado a mí, lo que provocaba que yo no hiciera ese trabajo. Las palabras Poché y coqueteo no van en la misma oración.

-Me encantaría que saliéramos otro día de estos- sonrió mostrando sus blancos dientes.

-Cuando quieras- le devolví la sonrisa. En ese momento llegó el camarero con nuestros pedidos, los dejó en la mesa y se retiró- ¿Y en qué trabajas?- le solté, sentía curiosidad en saber algo más de ella, se veía interesante y eso llamaba mucho mi atención.

-Soy fotógrafa- dijo y mi cara de asombro no tardo en asomarse. Pensaba que era modelo- ¿Pensabas que era modelo?- preguntó riendo como si leyera lo que estaba pensando. Asentí en modo de respuesta mientras tomaba un sorbo de mi rico Frappucino- Todos piensan lo mismo.

-Tienes aspecto de modelo- le dije.

-Lo tomaré como un lindo cumplido- habló- Pero no nací con el ese don, a diferencia de ti, debes ser muy buena en tu trabajo por algo Daniela Calle te contrató- dijo con cierto tono coqueto.
Si tan solo supiera que solo soy una chica que se mudó en frente de ella y que debido su loca amiga logró convencerla de contratarme y que solo para fastidiarla acepte. Además de no tener experiencia, solo me lancé a la boca del lobo y hasta el momento estaba sobreviviendo.

-Así parece- volví a tomar otro sorbo. No quería decirle la verdad, prefería que creyera lo que acaba de decir.

-¿Y desde cuando que te gustan las chicas?- preguntó y la miré confundida. ¿Cómo rayos supo eso?

-¿Disculpa?- pregunté, capaz había escuchado mal.

-¿Desde cuando te gustan las chicas?- Okey, había escuchado bien- No te hagas la sorprendida- rió- Es muy obvio.

¿Obvio? ¿Acaso decirle que era linda me había dejado al descubierto? No es que me molestara que supieran de mi Bisexualidad pero lo más común es que yo propicie esa información.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora