Capítulo 81. Donde perteneces.

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CALLE.

Un sonido estruendoso se hizo presente en la silenciosa habitación, logrando que me sobresaltase a tal punto de alterar mi frecuencia cardiaca. A regañadientes, giré mi cuerpo desnudo hasta el maldito teléfono que sonada desesperado, estaba de noche por lo que la luz no se me hizo inconveniente; observé la pantalla de este y vi era solo la alarma que había programado para despertar e ir a tomar el avión que nos llevaría a Kevin y a mí hasta Los Ángeles.

Algo malhumorada, lo apagué, no sé cuando tiempo había pasado ni cuando me quedé dormida pero sentí un gran alivio dentro de mí al girar mi rostro y ver la silueta semi tapada de la mujer que amo.

Una sonrisa boba se formó en mi rostro.

Nunca creí que tan pronto volvería a sus brazos, que tan pronto la tendría nuevamente conmigo. Sin duda, las cosas no serán como antes pero el solo hecho de tenerla a mi lado, me da cierta tranquilidad.

Estaba algo alejada de mí, por lo que sin pensarlo dos veces, me arrastré a la cama y rodeé su torso entre mis brazos; un ruidito de inconformidad se hizo presente en ella pero no tardó ni un segundo en tomar mis manos con mayor fuerza y pegarme más a ella.

Podía sentir el rose de su trasero desnudo con mi pelvis, su piel suave rozando con mis pechos, su respiración tranquila y calmada, me tenía loca.

No evité llevar mi nariz a la zona de cuello y aspirar su olor, ese aroma a vainilla que tanto la identificaba, que tanto me hacía sentir en casa. La había extrañado con locura y recién era consciente de cuanto la necesitaba en mi vida.

-Tenía frío...- habló con la voz algo ronca, volvió a acomodarse más cerca de mí juntando nuestras piernas. Sonreí al sentir la textura suave de sus labios rozar con la palma de mi mano, solo callé y me dispuse a disfrutar de este momento tan mágico que estaba viviendo junto a ella.

Sentía gran impotencia e ira al saber que no era completamente mía de la forma en la que me gustaría, pero tendría que conformarme hasta que todo vuelva a la normalidad, era eso o alejarme de ella y la segunda opción no estaba en mis planes.

-Tengo que ir a arreglar un asunto- le susurré cerca de su oreja luego de varios minutos de silencio, no evité morder su lóbulo y ella jadeó de sorpresa.

-No te...te escapes de mí- me dijo afirmando mucho más mis manos a su torso, algo en mí se quebró por el simple hecho de que pensara que sería capaz de volverla a dejar- Estás calentita.

-Te prometo que no serán más de diez minutos, amor- le volví a susurrar- Volveré en un momento.

-No- dijo como niña pequeña, me encantaba esa parte de ella, tan bebé, tan malcriada que me era imposible no consentirla en todo.

-Poché...- le dije en tono juguetón. De verdad necesitaba pararme de esta cama e ir a terminar el asunto que dejé pendiente en el otro piso, estaba segura que Kevin no tardaría en despertar y preguntar por mí.

Al pensar en él, sentía una gran decepción dentro de mí, no entendía como era que había confiado tanto en él y que haya sido capaz de traicionarme de esa manera. A toda costa, solo quería mantenerme alejada de su presencia, el solo hecho de tenerlo en frente, me daban ganas de lanzarme encima y golpearlo por todo lo que me había hecho. Había jugado conmigo y él lo sabía.

Esa gente había hecho que perdiera un año de mi vida por una total mentira y no iba a permitir que se salieran con la suya.

No ahora que tengo a Poché a mi lado.

-Solo será un momento, gorda- le susurré las últimas palabras, ella a regañadientes me soltó, sabía que debía de estar algo molesta por irme, pero pronto llegaría a recompensárselo.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora