Capítulo 26. Duerme conmigo.

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POCHÉ.

-Me estas provocando- susurró ella- Eso esta mal.

-¿Provocando?- reí suavemente bajando el cierre de su jeans- Tu me estás provocando- le dije apuntando su brassier. Calle se encogió de hombros como una niña pequeña.

-¿A poco tu duermes con brassier?- alzó una ceja, esta Daniela descarada se podría convertir en una de mis facetas favoritas de ella.
Decidí no contestarle para volver a concentrarme en ponerle el pantalón de pijama, bajé rápidamente su jeans dejándola solo en calzones.

-Hace calor- se quejó Daniela. Tomé su pantalón y lo deslice por sus depiladas piernas, el contacto de mis manos con su piel era extremadamente satisfactorio. Una vez bien colocado me quede observándola por un tiempo- ¿Qué me miras?- preguntó sentándose mejor.

-¿Por qué no le hablaste a Paula?- le pregunté sincera, en estas situaciones es indispensable tu mejor amiga y no entendía porque decidió hablarme a mí antes que a Paula.

-Porque quería verte a ti- susurró cerca de mi rostro mientras se acercaba más a mí. Hizo un puchero dejándome ver un poco la herida que le había hecho en la mañana.

-Me sorprende- le confesé- Pensé que no querías a una enamorada sin posibilidades detrás de ti- resalté sus palabras.

-Tal vez comience a cambiar de opinión- dijo para lanzarse encima de mí y juntar sus labios con los míos. Me pilló de total sorpresa su acción, al principio me costo seguirle el beso pero luego fue yo la que tomé la iniciativa.
Nuestras respiraciones se aceleraron a tal punto que solo se escuchaban como pequeños jadeos. Sentí como su lengua contorneaba mis labios, abrí mi boca para darle acceso a ella y así fue como nos mezclamos en un fugaz beso.

Me deje llevar completamente por la situación, Daniela comenzó a recostarse en la cama mientras que yo tomaba posición encima de ella, sin dejar de besarnos, posicioné mis piernas en cada extremo de sus caderas y dejé descansar mis glúteos en parte de su abdomen.
Introduje mi lengua en su boca para profundizar el beso, si es que eso fuese más posible. Escuché como Daniela comenzó a jadear suavemente, sus manos comenzaron a recorrer mi espalda provocando que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo.

Los labios de Daniela dejaron mis labios para posicionarse en mi cuello haciéndome soltar un pequeño gemido. Gemido que me hizo caer en cuenta que si seguimos, iba a terminar en algo que no podríamos parar.

-Daniela- le susurré alejando sus labios de mi cuello, era uno de mis puntos débiles y aunque se me hacía casi imposible controlarme, una de las dos tenía que hacerlo.

-¿Qué pasa?- preguntó extrañada, sus labios estaban rojos e hinchados producto del reciente beso.

-Estas borracha, no debería pasar esto si estas así- le dije, por dentro moría porque nos siguiéramos besando pero que no este con su cinco sentidos me frenaba totalmente. Me bajé de su regazo para arreglar un poco mi camiseta que estaba algo desarreglada.

- ¿A donde vas?- preguntó ella con los ojos cerrados.

-A mi apartamento- suspire- Debes dormir- tomé las mantas de su cama para cubrirla pero ella las quito bruscamente.

-Te dije que hacía calor- gruño haciendo que rodeada mis ojos. ¿Cómo es posible que cambie tan rápido de humor?

-Me voy- le dije dispuesta a salir de su habitación pero su mano tomó la mía interrumpiendo mi acción.

-¿Puedes quedarte conmigo?- me susurró Calle- Si no me vas a besar, al menos duerme conmigo- dijo. Me le quede observando por unos cuantos segundos para ceder a su petición. Suspiré para acomodarme en su cama, a su lado.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora