Capítulo 50. Quiero escapar.

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POCHÉ.

Me quedé congelada por unos minutos con el ceño fruncido en mi frente, ¿A qué se refería Gabriela con este mensaje? En mi mente pasaron centenares de interpretaciones pero si no le contestaba, no iba a obtener respuestas.

PARA: GABRIELA.
¿A QUE TE REFIERES? ¡CONTESTA!

Apreté el botón de envío para esperar una respuesta coherente de su parte, dejé de prestar atención a la conversación que estaban teniendo Paula y Calle para centrarme en mi teléfono y en mi torta, solo esperaba a que sonara, necesitaba respuestas.

-¿Estás bien? Parece como si hubieses visto un fantasma, amor- me susurró Calle al oído mientras tomaba mi mano.

-Sí bebé- le sonreí apenas, ella me miró extrañada pero prefirió no preguntarme más y volver a concentrarse en su comida y en su conversación con Paula. Volví a observar la pantalla de mi teléfono pero nada que respondía. Me estaba desesperando.

Guardé el teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón, de pronto mi estómago se había cerrado, no sentía hambre y la torta en frente de mí me daba náuseas, Barbara provocaba que todo mi estado de ánimo se fuese al carajo y aun no logro entender que carajos quería hacer, ¿Por qué me buscaba? ¿Qué quería? Esta arruinando todo lo que he logrado desde que llegué a Los Ángeles, me alejé de ella, la superé pero al parecer ella no lo supera, tengo tanto coraje.

Mi teléfono volvió a vibrar y lo tomé rápidamente.

DE: GABRIELA.
ELLA YA NO ESTÁ AQUÍ. PREOCÚPATE.

¿Es en serio? ¿Es lo único que escribirá?
Solté un bufido, tenía ganas de ahogar este teléfono en el jugo que estaba delante de mí pero eso significaría comprar otro y no tengo ánimos para aquello.

-Me encontré con Mario está mañana- soltó Paula de la nada llamando completamente mi atención- Estaba cerca de aquí de hecho- dijo sin más.

-¿Hablaste con él?- preguntó Calle mientras tomaba un sorbo de jugo.

-Estaba algo ansioso y me pregunto por ti- se encogió de hombros- Obviamente no le dije que estabas aquí pero me dijo que te dijera que lo llames- habló y solté una carcajada sarcástica.

-Que ni crea que eso pasará- pasé el brazo de Calle por sobre mis hombros apoyando mi cabeza en su clavícula.

-Me pidió también que te diera esto- habló y comenzó a rebuscar algo en su bolso, luego de unos segundos sacó un sobre blanco tendiéndoselo a Calle, ella dudosa lo tomó pero más no lo abrió- Te lo doy porque no quiero tener nada que ver con Mario.

Fruncí el ceño mirando fijamente a Daniela, quien observó la carta por fuera sin decir nada.

-¿No lo abrirás?- le pregunté algo cortante. Cada oportunidad que tiene Mario para recalcarme que tuvo algo que ver con Calle la aprovechaba, y siempre daba en el blanco.

-No- dijo inmediatamente volteándome a ver- No quiero saber de él ni tener nada que ver con él- me la tendió- Desaste de ella- me sorprendí por su acción, tomé la carta sonriente y la guardé en mi bolso, si ella no quería leerla, lo haré yo.

-Que gobernada estás, Calle- rió Paula y la miré con los ojos entre cerrados.

-No es de gobernada, es porque me quiere y más que a ti- discutí como niña chiquita y Paula rodeó los ojos divertida.

-Lo que te deje dormir, pitufo- rió, fruncí los labios.

-Voy a baño- le dije de la nada, me paré de la mesa tomando mi bolso- Vuelvo rápido- besé la cabeza de mi novia para dirigirme al baño. Lo primero que hice fue entrar en uno de los cubículos desocupados y sentarme en la tapa del baño, tomé mi teléfono para contestarle a Gabriela, necesitaba más que un "Preocúpate" de su parte.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora