Capítulo 51. Cumpliendo caprichos.

51.3K 2.4K 903
                                    


CALLE.

La observé expectante durante unos minutos, necesitaba pensar muy bien mi respuesta pues de esto dependía el futuro de nuestra relación, su labio comenzaba a emblanquecerse debido a que estaba atrapado entre sus dientes, con mi mano comencé a acariciar su mentón y con ese gesto logré que dejara de hacer eso.

-¿Crees que te dejaré montarte en un avión tu sola?- sonrió al escuchar mi respuesta para luego depositar un pico en mis labios. Muy dentro de mi estaba molesta por el simple hecho que me lo propusiera solo para escapar de Barbara pero tampoco la iba a dejar sola, tenía que entender sus motivos y acompañarla, sobretodo porque fue sincera conmigo al fin y al cabo, ocultarme cosas no resultaría en nada bueno.

-Te prometo que no será por mucho tiempo, volveremos en unos días- habló muy cerca de mi rostro con esa sonrisa que me volvía loca, solo me limité a asentir embobada y volvió a depositar un pico rápido en mis labios. Dios, esto será una locura.

Se levantó rápidamente tomando mi bolso junto con el suyo, me tendió la mano y me ayudó a pararme del cómodo sofá.

-¿A dónde vamos?- pregunté confusa al ver que me guiaba hacía la salida de su apartamento.

-¿Acaso quieres ir sin maletas?- besó mi hombro mientras se posicionaba detrás de mi, agarrando firmemente mi cintura.

-Ah, ¿Hablabas en serio, quieres irte hoy?- pregunté nerviosa mordiendo mi labio inferior.

-Yo siempre hablo en serio, amor- sonrió maliciosa, sacó mis llaves para introducirlas en la puerta y lograr que esta se abriera dejando ver a un Sebastian muy cómodo, acostado, viendo televisión mientras comía frituras, reí al verlo en ese estado.

-¡Hasta que te acuerdas que tienes un primo que mantener, Danielita!- habló Sebas al vernos entrar, rodeé mis ojos entretenida, sentí como Poché cerraba la puerta tras de ella y sus brazos rodearon más mi cintura mientras su mentón descansaba en mi hombro- ¿En dónde estuviste?

-No es de tu incumbencia- bromeé mirándolo, el solo me lanzó unas frituras que no llegaron a tocarme- Considera contratar a alguien que limpie todo este chiquero, cuando llegue, quiero todo como lo encontraste- lo acusé caminando hasta el gran armario cerca del baño, sacando mi maleta de viajes.

-¿A dónde van?- preguntó Sebas sentándose, Poché tomó asiento a su lado mientras se metía frituras a la boca.

-Calle y yo nos tomaremos unas merecidas vacaciones- habló Poché, alcé mi dedo llamándola y ella vino inmediatamente muy contenta- Así que te quedarás solo- fingió tristeza.

-Desde hace cinco días que estoy solo, no moriré Pochésita- sonrió sarcásticamente, rodeé mis ojos divertida.

-¡Estaremos en mi habitación, no molestes!- le grité llevando a mi novia hasta mi habitación.

-¡No te preocupes, desde acá se escuchan los gemidos!- rió.

-¡Idiota!- grité para cerrar la puerta de un portazo, me giré y vi a Poché dejando la maleta encima de la cama para posteriormente abrirla.

-¿Algo en especial que quieras llevar?- alzó una ceja dirigiéndose a mi armario abriendo las puertas de este.

-Solo lo justo y necesario- me encogí mis hombros sin darle importancia, Poché comenzó a rebuscar entre toda mi ropa.

-Me acabo de acordar de un suceso muy intrigante sobre ti...- humedeció sus labios con su lengua.

-¿De qué?- sonreí tomando mi cabello en una coleta baja.

-La noche que te caíste en la piscina...- rió un poco al recordar ese momento, las escenas de esa noche pasaron rápidamente por mi mente, ese día si que la odiaba.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora