Capítulo 25. ¿Me perdonas?.

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CALLE.

Mi cuerpo no reaccionaba, estaba en completo shock mientras sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas, lágrimas que quería evitar pero por alguna razón no podía. La figura de Mario descansando en la cama de Camila era la imagen principal que visualizaban mis ojos, no valía describir la escena para saber que es lo que estaba pasando. Todo este tiempo había estado con la peli roja y yo como estúpida preocupada por él, por arreglar la pelea que habíamos tenido cuando él no tenía ninguna intención de hacerlo.

-Y lo conseguí- dijo Camila mientras se posicionaba detrás de mi, colocó ambas manos en mis hombros- Es por eso que Poché y tú tienen tanto en común, ambas tienen cuernitos en la frente- un nudo se formó en mi garganta. Camila se acercó sutilmente donde Mario y lo movió levemente para despertarlo y así fue.
El comenzó a removerse entre las sabanas, tomó asiento mientras se tallaba los ojos, al parecer aún no había notado mi presencia en ese lugar pues actuaba de forma normal.

-¿Para qué me despiertas?- habló con voz ronca.

-Tienes visita- dijo Camila divertida, Mario instintivamente levanto la miraba para observarme, su cara cambió radicalmente y yo seguía en la misma posición en el que estaba.
Mi corazón me dolía, la respiración se me cortaba y el nudo en mi garganta se hacía cada vez más pronunciado, sentía como se me estaba dificultando respirar y las punzadas en mi pecho habían comenzado.
Mario se paró instintivamente de la cama dejando ver su cuerpo solo con ropa interior, intentó acercarse a mí pero me alejé, no lo quería cerca, de solo pensar todo lo que había hecho me daba tanta repulsión que me tocara.

-Calle...- comenzó, cerré los ojos provocando que más lágrimas salieran de mis ojos, yo vine buscando respuestas y las había encontrado solo, que no de la forma en la que yo las esperaba- ¡¿Eres estúpida?!- se dirigió a Camila quién levantó sus manos en forma de burla y se sentó en la cama.

-Merecía saberlo- se encogió de hombros, solo la observaba con la mirada, las lágrimas seguían y seguían.
Había confiado en él, había peleado con mi mejor amiga por defenderlo a él, encaré a Poché por él para que al fin y al cabo todo fuera verdad.
Sin decir nada me giré sobre mis talones y me dirigí a la salida de este departamento. Quería salir de aquí, no verle más su rostro y no saber nunca más de él.

-¡CALLE!- gritó Mario siguiéndome, tomando mi brazo para girar mi cuerpo y obligarme a mirarlo a la cara- Oye, lo podemos solucionar- dijo provocando que una carcajada saliera de mí.

-Esto ya no tiene solución- le dije y sí, era verdad, no perdonaré cachos, jamás.

-Debemos intentarlo, Camila fue un estúpido error, por favor- habló Mario, me fijé en sus ojos buscando sinceridad- Prometo alejarme de ella.

-Eso no decías ayer- rió Camila provocando que Mario la mirara con una cara de pocos amigos.

-No- hablé firme- Ya se acabó- me sequé las lágrimas, me hacían sentir débil y lo odiaba por eso.

-¿Es por esa chica, no?- dijo provocando que mi ceño fruncido se pronunciara cada vez más.

-¿Qué tiene que ver Poché en esto?- pregunté encogiéndome los hombros irónica, era estúpido que sacara el tema de la pitufo azul en un momento como este.

-Es por ella, por ella no quieres darme otra oportunidad- dijo de la forma más autoritaria posible, jalé mi brazo sacándolo de su agarre.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora