La Chica Del 269 | Caché (Terminada)

Capítulo 29. Porque no y ya.

Amé sus indignaciones con el capítulo anterior JAJAJAJAJA así que les subo este para recompensar.

POCHÉ.

Sentí mi teléfono vibrar una vez que nos encontrábamos afuera del restaurante donde Pau tenía una reservación, lo saqué rápidamente del bolsillo de mi pantalón y observe la pantalla "Mensaje de DANIELA👹" solté una pequeña carcajada al ver el emoji y abrí el mensaje.

DE: DANIELA👹.
AUNQUE NO HAYA PODIDO ALMORZAR CON USTEDES, ESPERAME EN TU APARTAMENTO A LAS 9:00PM.

Sonreí para mis adentros, de verdad ya quería que llegaran las 9:00pm para estar con ella, no sé que es lo que me tendrá que decir pero espero que no sea nada malo en relación a lo que paso hoy en la junta.

Me bajé del auto seguida por Pau y nos dirigimos a la entrada de este lugar, nos hicieron pasar a una de las mesas desocupadas. Mire a todo mi alrededor para observar el lugar, nunca había venido aquí y me era bastante agradable pero mi mirada se detuvo en una persona bastante conocida para mis ojos, que supuestamente debería estar comiendo con su madre; pero eso hacía, solo que no esperaba la compañía que tenia a su lado.

Le sonreí en forma de saludo pero cuando mi vecina intento devolverme aquella sonrisa, fue interrumpida por el estúpido de Mario, quien deposito un beso en su boca. Instantáneamente mi sonrisa se borró al presenciar aquella escena ¿Por qué se dejaba besar por Mario? Si supuestamente habían terminado.

Marica, ¿En serio Daniela sería tan boba como para volver con él después de todo lo que le hizo? ¿Después de que nos besamos? ¿Después de que dijera que estaba comenzando a sentir pequeñas cosas por mí?

Dejé de mirarlos y tomé asiento al frente de Pau, que por cierto me daba una excelente vista a la mesa de Daniela, quien animadamente se encontraba conversando con la señora de en frente que no dudaría que fuese su madre mientras Mario acariciaba su pierna debajo de la mesa. Esa simple caricia hizo que mi sangre hiriera, no sabía que algo dentro de ella quisiera volver con Mario, pensaba que de verdad podía tener una posibilidad con ella. ¡Que estúpida María José! Es obvio que lo va a preferir mil veces a el antes que a ti.
El mesero nos tendió la carta de menú y se retiró.

-¿Qué te pasa?- preguntó Pau al ver mi rostro, estoy segura que el ceño fruncido que traigo no pasa para nada desapercibido.

-No, nada- le sonreí tratando de disfrazar mi enojo. Al parecer la castaña no se había dado cuenta de la presencia de Daniela en este lugar. Vi como la mamá de Calle se paraba de la mesa para atender una llamada dejándolos a ellos dos completamente solos. De la nada Daniela se alejó bruscamente de Mario y comenzaron a discutir, lamentablemente no podía escuchar nada de lo que hablaban y me moría de la curiosidad saber que estaba pasando.

Estaba molesta, quería ir donde Daniela y preguntarle que carajos estaba pasando, pero no podía, me iba a ver como una completa lunática ademas que no soy nadie para ir a pedirle explicaciones de lo que hace con su vida. Quería tomarla y alejarla de Mario, sentarla a mi lado y disfrutar de este día, pero al parecer no iba a ser posible.

-...Y así fue como termine lanzándome de un paracaídas y teniendo relaciones con dos simios- dijo Pau

-Que genial- le dije aún con mi vista en Daniela.

-¡Poché!- me gritó la castaña haciéndome reaccionar- No me estas prestando atención- me reclamó, mis ojos no podían dejar de mirar hacía la mesa de Daniela, se había cambiado de lugar sentándose al frente de Mario dándome la espalda, que se alejara de él hizo que algo en mi se pusiera un poco más contenta pero no del todo- ¿Qué tanto miras?- dijo volteándose.