La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)

Capitulo 11

— Y, ¿A qué hora pasas por mi mañana? —Jimin tomaba las cosas de su taquilla mientras sonreía.

— ¿Quién te dijo que yo pasaría por ti? —le miré confundido.

— Me debes el favor de la lluvia ¿Recuerdas?

— Bah, ¿a que hora empieza la estúpida fiesta? —dije poniendo los ojos en blanco.

— Ni idea, pero pasa por mi a las 8:00 —me guiño un ojo.

— Oh dios, estoy muerto, es realmente hermoso Park Jimin —dramaticé sarcástico.

— Realmente eso es lo que piensan muchos. —sonrió— Voy a ir al centro comercial, ¿Vienes? Necesito ropa nueva.

— Oh, tú tardas mil años en escoger una camisa —hice pucheros.

— Claro que no, tardo cómo una hora en comprar muchos conjuntos, ¿Quién tarda años en una camisa?

— Tú. —respondí.

— Oh vamos, sirve que tú también pasas por algo. —me tomó de los hombros y llevó a los estacionamientos.

Después de unas horas en unas cuantas tiendas, salimos con bolsas por todos nuestros brazos y decidimos ir por algo de comer, nos metimos a un restaurant de la zona.

— ¿Y si mejor me quedo a dormir contigo? —dijo Jimin al estar ambos nuevamente en mi auto.

— Si quieres, —me incliné de hombros— me ahorrarías tiempo.

— Entonces vayamos a tu casa —se acomodó en el asiento.

Al llegar a mi casa él se acostó en uno de mis sillones mientras veía su celular— Jungkook, juguemos videojuegos, —dijo sentandose bien en el sillón.

— Saca la consola, ya sabes dónde está, voy al baño.
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— ¡Eso es trampa! —gritó Jimin cuando le partí el trasero por décima vez.

— ¡Que no sepas jugar no es mi problema! —reí

— Yo sí sé jugar —dijo indignado

— Siempre he sido mejor que tú jugando, será mejor que compres vaselina, diez contra cero.

— Ja, compraré vaselina pero por otras cosas, no por jugar con Jeon Jungkook un estúpido videojuego —bromeó

— Uy se enojó el bebé, Park Jimin está molesto, pobre cosita fea —reí.

— Oye ya son las 2am, deberías dormir, aún eres un pequeño bebé galleta —se levantó del piso y me dió una patada en la pierna.

— Que cobarde, estás huyendo de la derrota.

— Oh, el bebé se siente importante, déjenlo, es su momento de atención —se fue sonriendo por mí pasillo— Descansa Jeon.

— ¡Perdedor! —le grité y me levanté, él ya se había metido en el cuarto de visitas cómo si fuese su casa.

Me tire en mi cama, durmiendo al instante.

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— ¡Jungkook, despierta! —un golpe aterrizó en mi rostro— ¡Deja de ser tan flojo, levántate ahora! —Jimin me gritó mientras saltaba en mi cama aventandome almohadas en la jeta.

— ¡¿Qué te sucede?! —tome mis sábanas y las coloque sobre mi cabeza— ¡Nunca vuelves a dormir aquí!

— Oh vamos nenita, tengo hambre —dijo el rubio sentándose en flor de loto frente a mi.