Capítulo 32

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— ¿A dónde quieres ir ahora? —pregunté a Jimin que cargaba con bolsas por todo lo largo de su brazo, al igual que yo.

— Ya fuimos a todas las tiendas que yo quería, tú turno.—miré a la nada, ¿Qué quería hac... ¡El teléfono!

— Oh, sí, vamos a Apple.

— ¿Otra vez descompusiste tu celular? ¿Cuántos más? ¿Lo perdiste ayer?

— Eso, lo perdí —mentí

— Ahg, vamos.

Entramos en la tienda, uno de los empleados se me acercó.

— ¿En que le podemos ayudar joven? —dijo después de una inclinación— ¿Le gustaría ver los nuevos...

— Un teléfono, el último modelo, es todo.— corté su largo diálogo de cosas y adornos, se giró rápidamente dejándonos solos. Jimin ya estaba entretenido mirando las fundas de colores.

— Creo que llevaré estás —Jimin puso alrededor de quince fundas sobre la caja dando pequeños saltitos mientras aplaudía, me giré hacia la estantería de fundas..., ¿Qué color le gusta a Taehyung? Bueno, a mí me gusta como se le ve el amarillo. Tomé una funda amarilla, ¿Y si no le gustaba el amarillo...? Termine tomando casi la misma cantidad de fundas que Jimin en diferentes colores.

— Listo.

— ¿Fundas de colores? ¿No te gustaba en negro? ¿Es nueva protección? —Jimin sonrió mirando como empacaban las fundas.

— Sí, tengo que asegurarlo —reí y le guiñe un ojo.

— Como quieras. —se encogio de hombros y tomó su bolsa al mismo tiempo que yo la mía.

Unas horas más tarde Jimin y yo subimos a su auto con la parte trasera llena de bolsas hasta llegar a mi edificio.

— Jungkook, me regresaré a mi casa ya.

— Tampoco esperaba que te quedaras —me enseñó el dedo medio.

— Idiota. —baje del auto con las bolsas en mis brazos, Jimin hizo rugir el motor de su auto antes de darse la vuelta con velocidad.

Entré por las puertas de cristal, al instante un empleado llegó a cargar mis bolsas y llevarlas hasta mi recamara. Al llegar a mi puerta por el elevador, después de que dejase mis bolsas en el piso le dí un billete y cerré la puerta tras de mí.

Mientras cambiaba los canales de la televisión sentado en el sofá, el timbre de mi celular se hizo presente desde mi habitación. Puta madre, que flojera levantarme hasta allá. Lo dejé sonar. Pero volvieron a marcar, ¿Qué maña tenía la gente de marcar como si su vida dependiera de ello? Me levanté y camine a mi habitación, llegué justo cuando el timbre dejo de sonar. Me acosté en la cama y revise. 23 llamadas perdidas de Bambam, reí, que idiota. Le devolví la llamada.

— Maldito Imbécil, ¿Qué haces para no contestar más de diez llamadas? —su voz sonó enojada al otro lado de la línea.

— Estaba afuera con Jimin, ¿Qué pasa? —contesté riendo.

— Idiota, el vuelo saldrá mañana, mi papá me acaba de decir, entonces, nos vemos en mi casa ese día a las 8am ¿Sí?

— Que imbecil, ¿Por esto marcaste 23 veces? Con un simple mensaje estaba bien.

— ¡Nunca ves los mensajes! ¿Qué hay de todas las veces que por tu culpa no sale algo de acuerdo al plan?

— Jaja, ya, cálmate, estaré allá.

— Puntual Jungkook, por favor, empaca para 15 días.

— Sí, sí, ahí estaré, tú tranquilo, deja de hacer idioteces como marcarle a alguien 23 veces, eso es caer muy bajo...

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora