Capítulo 31

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Estuve acostado en mi cama todo el día fingiendo ver mi celular, porque el buen Taehyung se resistía a salir de mi cabeza. Al menos hasta que Jimin marcó a mi teléfono diciendo que en 15 minutos llegaría por mí. Ni siquiera me había bañado, aún tenía presente vagamente el olor del castaño y me gustaba. Bufando entré a la ducha y me bañé en menos de diez minutos para salir y vestirme. Cepillaba mi cabello frente al espejo, escuché como tocaban la puerta de entrada.

— Vámonos, hoy es noche larga —habló Jimin apenas abrí la puerta con su cabello delicadamente peinado a un lado.

— Vamos.

Jimin condujo su auto por la ciudad hasta llegar a una linda casa de dos pisos color gris, la música resonaba desde una cuadra antes, el ambiente era bueno aún con el odioso frío de invierno. Caminamos hasta entrar en el lugar, había calefacción que lo calentaba. Saludábamos a todas las personas que se nos ponían enfrente como costumbre.

— ¡Jimin y Jungkook! Qué bueno que vinieron, dios, pensé que no llegarían —Yeonwoo se acercó a nosotros abrazándonos por los hombros, tenía un vaso rojo en su mano que casi tira sobre la persona de atrás. Tenía subidas unas  copitas— Bueno, pásenla bien, la barra está por allá, lindos atuendos —guiño el ojo con una sonrisa y camino con un grupo de chicas.

— ¿Qué harás entonces? ¿Quién hoy? —pregunté con una sonrisa a Jimin.

— Realmente, creo que solo quiero bailar, tomar algo —se encogió de hombros. Fruncí el ceño— ¿Y tú? Ya tan rápido, déjame adivinar, Yeonwoo.

— No, veré si no se cruza alguien más.

— Bien, quiero algo de beber, nos vemos —se movió bailando entré las personas sonriendo a quien lo saludaba.

Fui hasta la barra y tomé hasta terminar bailando en el centro de la pista con las personas haciendo bulla alrededor. No es por presumir pero bailaba mejor que todos esos idiotas. Tenía sed. Vámonos por mí elíxir de la vida. Fuí a la barra, realmente ni idea de que pedí, solo hice una señal rara con los dedos y me pasaron un vaso. Bueno.

Acerqué la bebida a mis labios, olía a alcohol, como lo normal obvio, que idiota, ¿Cómo rayos no va a oler a alcohol si es una bebida alcohólica?
Pero había más, tenía esa deliciosa fragancia a fresa... La imagen del de anteojos apareció en mi mente, sus labios rojos... mojé mis labios al pensarlo, un calor recorrió mi pecho. Lo quería a mi lado. Ahora.

Caminé entre los cuerpos pensando en el castaño, me costaba trabajo sostenerme y me sostuve en un cuerpo a mi lado, mareado. Miré al dueño de este. Era Taehyung, sonreí. El destino quiso unirnos. Me miró detrás de sus anteojos sorprendido.

— Hola lindo —susurré poniendo ambas manos en sus hombros recuperando el equilibrio. Tenía tantas ganas de besar sus lindos labios carnosos— ¿Por qué siempre vas a lugares sin mí permiso? ¿Con quién viniste?

— Y-yo... —otra vez sus excusas, oh dios, me ponía mal.

— Shhh, si quieres que te perdone, solo tienes que besarme, ¿Sí? —puse mis manos en su cintura contra su raro suéter rosa y lo acerqué a mí. El rosa le sienta bien, combina con su boca sexy. Lo acerqué a mí y besé sus labios.

Algo estaba mal, él no olía a él, tampoco besaba como él, ¿Estaba tomado? No, los besos de Taehyung era ricos y excitantes, sus labios eran suaves, tímidos, estos eran desarreglados, llenos de saliva y agresivos, aparte de que Tae no olía a tabaco ¿Qué mierda? Odiaba a este impostor. Me alejé unos centímetros.

Mire a la chica rubia frente a mí al mismo tiempo que fruncía el ceño, ella posaba sus manos en mis hombros y yo la sostenía de sus cintura envuelta en un vestido rosa pastel. Ella no se parecía a Taehyung en un carajo, y pensar que la besé, ¿Y Taehyung? Mire los labios rojos por el labial corrido, era un desastre. Estaba confundido y asqueado. En menos de un minuto las bebidas que había tomado hace tiempo revueltas con jugo gástrico salieron de mi boca llenando a la mujer frente a mí.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora