La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)

Capítulo 47

Taehyung

Me incorpore sobre el barandal de las escaleras con lágrimas bajando por mis mejillas. Las limpié rápidamente y subí los escalones restantes a una de las habitaciones de la casa. Estando dentro de una, cerré la puerta con seguro y me deje caer. Dejé caer la tristeza que llevaba anidada en mi pecho durante toda la semana, tristeza que ahora ardía, sabía que todo lo que había dicho no era nada nuevo. Qué le asqueaba, que ni en sueños podría estar conmigo. Pero cuando algo duele de esta manera, no importa cuántas veces hayas pasado por lo mismo, siempre dolerá exactamente igual.

Tocaron la puerta con tímidos golpes. Me decidí por no hacer ruido y fingir que estaba vacío, igual la música de afuera era lo suficiente fuerte como para callarme por completo. Entonces una voz familiar sonó tras la puerta.

— Tae, se que estás ahí, déjame entrar. —Hoseok habló con su dulce voz de manera calmada, no sonaba como una orden. Si no más bien como una súplica. Me levanté del piso y sequé como pude mis húmedas mejillas.

Abrí la puerta y ví al que había estado conmigo en todo momento, pero que había perdido por no perder a Jungkook, sentí la culpa caer en mi estómago. Después de aquella vez, nunca más volví a verlo, no hasta ahora. Le sonreí como pude, gotas de agua me traicionaron y bajaron por mis mejillas una vez más, el extendió sus brazos a los lados, lo miré a los ojos con los míos abiertos como platos por la sorpresa y sin dudarlo fui hasta sus brazos que me rodearon con fuerza, aspiré profundo su fragancia tan familiar pero tan ausente por los últimos meses. Suspiré con mi cabeza escondida en su hombro, él entró a la habitación y cerró la puerta tras nosotros, aún rodeandome. Me separo un poco de él y pasó sus manos por mis húmedas mejillas, su rostro era triste y preocupado, sonreí sin fuerzas, el hoyo que se había formado en mi pecho pulsó por la culpa.

— P-perdón Hobi, por todo, sé que es tarde, pero créeme, nunca quise hacerte daño, lamento no haberte hablado otra vez, suponía que estabas enojado y decepcionado y yo tenía miedo y... —Hoseok habló interrumpiendome.

— Nunca me enoje contigo Tae, no me sorprende que él haya podido enredarte, siempre ha sido así. Me distancíe de ti por qué siendo sincero, me dolía, pero no me enoje contigo, no has dejado de ser mi amigo. Estoy muy preocupado por ti. —habló quedo y una emoción de alivio recorrió mi espalda— ¿Por qué estás llorando? No me gusta que lo hagas, ¿Qué te pasa TaeTae? Es él ¿Verdad?

— Esto no está bien... —me senté en la cama tras de mí y miré al piso— sé que él no tiene interés en mí Hobi, al menos no como yo quisiera... Creo que me enamoré de él, y no está bien, no lo está —murmuré— nunca me ha dado ilusiones, tampoco me ha dicho que me quiere ni mucho menos, siempre habla con la verdad... Pero alguna parte tonta de mí se aferra a él aún sabiendo que nunca se enamoraría de mí... —el rostro de Hoseok era de tristeza, aún así estaba escuchando y apoyándome, era una persona increíble, después de todo lo que había hecho estaba aquí, quisiera que me odiara, así sería todo más fácil. Lo miré a los ojos y hablé sinceramente— no sabes lo mucho que hubiese deseado enamorarme de ti Hobi...

— Y no sabes lo mucho que yo deseé lo mismo, nunca habría sacado una lágrima de tus ojos más que de felicidad, tampoco te utilizaría como un juguete ni haría algo que te causara daño. Pero por más que quieras algo con la cabeza, el único que manda es tu corazón, no tienes por qué culparte, te entiendo no te preocupes por mí, con sólo tu amistad tengo mucho —una lágrima recorrió mi mejilla de manera veloz.

— Soy un tonto... —baje mi rostro a mis manos cubriendolo con ellas— no sé qué hacer, mis calificaciones bajaron, estoy a décimas de perder la beca Hoseok, no digo que sea su culpa, solo... —un hueco se amoldó en mi pecho al recordar las amenazantes palabras de mi directora <<Si no eres capaz de mantener tus calificaciones, como cuando llegaste, creo que nos equivocamos contigo>> Hoseok acarició mi espalda y más lágrimas bajaron por mis mejillas. Me sentía decepcionado de mi mismo, tan bajo. Dolía un infierno.