Desperté hundido en el fresco y dulce aroma de Taehyung, sintiendo su caliente piel contra la mía y sus cabellos cosquilleando en mi rostro. Una sonrisa asomó por mis labios al abrir los ojos y verlo frente a mí tan apacible, con uno de sus brazos alrededor de mí cintura imitando los míos sobre la suya, acaricie su espalda con delicadeza y besé su frente sobre sus despeinados cabellos, después de ver por algunos minutos indeterminados su rostro, intenté levantarme de la cama quitando con cuidado su brazo de mí.
— Jungkookie —murmuró con voz adormilada entre sueños, aferrándose a mí cuerpo en forma de bolita.
— Shh —besé con ternura sus rosados labios, por un largo momento, gimió quedo, soltandome lentamente. Me levanté con cuidado dejandolo adormilado bajo las sábanas vistiendome con unos pantalones de algodón cerca de mi cama.
Lavé mi rostro al llegar al baño, enseguida saqué la pasta dental de la puerta tras el espejo agregando de esta sobre el cepillo que metí a mi boca un segundo después. Miré mi reflejo, mis cabellos estaban despeinados, labios rosas, todo estaba a la normalidad... Excepto la para nada pequeña mancha morada cerca de mi clavícula, lo único que resaltaba en mi blanca piel, junto a los rojizos rasguños de mi espalda por sus cortas uñas. Carajo, me excitó tanto ver sus marcas en mi cuerpo. Generalmente, odiaba que dejarán algo en mi cuerpo, me sacaba de quicio tener manchas por días de personas que me asqueaban, solo quería algo de una noche, no un recordatorio; por lo que, dejaba en claro mis reglas con la mayoría, a menos que estuviera realmente ebrio. Pero en estos momentos, tener marcas de sus dedos en mi espalda, haciéndome recordar constantemente como se había aferrado a mí, la presión de sus manos, su necesidad, me encantaba; más aparte la ahora primera y linda marca morada de sus labios que me dejaba un cosquilleo en la espalda baja. Salí del baño después de enjuagarme la boca, mirando al pequeño castaño sentado en la cama con el ceño apenas fruncido y un puchero inconsiente en sus labios.
— Tenemos que llegar antes de las 8:00 lindo, más vale que te apures, ¿Quieres bañarte? Queda poco más de 30 minutos, llegamos en 10, te da tiempo. —él me miró por un momento recorriendo mi abdomen desnudo. Negó lento.
— Me bañaré allá —susurró con la vista en la nada. Caminé hasta estar a un lado de él, me senté en la orilla de la cama y besé su boca.
— Bien, bonito. —hablé bajo una vez me separé de él, sus ojos bajaron a mis labios, luego bajaron un poco más hasta el moretón que yacía en mi pecho y mordió su labio levemente, reí— ¿Ahora te sientes culpable? —sus ojos subieron rápidamente a los míos y tragó saliva— me gusta. Cámbiate, salimos en 20.
Salí del cuarto y fuí hasta la cocina. ¿Qué le daría de comer a Tae? No sabía hacer de comer... Tal vez le guste la comida rápida... ¿A las 7am? Claro Jeon listo. Y, ¡no habían traído a la despensa botesitos de ramen! ¿Qué tenía que hacer para que hicieran bien su trabajo? Abrí las puertas de madera de la despensa... ¿A Taehyung le gustarían las galletas? Saqué dos paquetes de galletas y los observé por un momento, hasta ver al tierno chico caminando frente a mí. Sonreí cuando su mirada se posó sobre mí.
— ¿Te gustan las galletas? Lo siento, no se cocinar, hay leche, ¿Quieres galletas con leche? Oh si quieres puedo intentar hacer...
— E-esta bien Kookie, no importa, está bien con galletas —habló haciendo que mí pecho y estómago se fundiera una tibia sensación. Sonreí inconscienteme y cerré las puertas de madera si apartar la vista del tierno chico.
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.Horas después, sentado sobre una de las mesas en los jardines de la universidad mientras fingía estar atento a la plática que tenían los demás a mi alrededor, perdido en mis pensamientos mientras una apenas visible sonrisa asomaba en mis labios, por la imagen de unos lindos ojos negros.
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La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)
FanfictionJeon Jungkook un universitario millonario y engreído que nunca se a esforzado para conseguir algo. Kim Taehyung un universitario que vive en la zona rural, cada cosa que tiene le ha costado gotas de sangre, sudor y lágrimas juntado con esfuerzo. De...