Capítulo 49

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— Mío —susurró.

Sus manos subieron retirando la camisa de mi torso, separando nuestras bocas un segundo para darle paso a la prenda. Sus caderas se revolvieron sobre mí, sacando un gruñido de lo profundo de mi garganta. Imité la acción de Taehyung quitando su camisa y bajando para lamer su perlada piel. Arqueó su espalda con deseo, jadeando bajo, con sus manos desabotonó mis pantalones y se levantó poco dejando bajar mis pantalones lo suficiente para liberar mis caderas.

Con dificultad, logramos sacar sus pantalones y ropa interior, lanzandola al asiento trasero. Una vez que estuvo libre de ella, se agachó sobre mí y comenzó una pelea de labios, dientes y lenguas otra vez. Suspiré en su boca, hice un camino por sus piernas hasta su cintura con mis manos y lo atraje más a mí, aún si ya no quedaba espacio que nos separase, sentía que no era suficiente, quería hacernos solo uno.

Moví mis caderas bajo él con suaves empujones, sintiendo la presión que se establecía entre mis boxer y su caliente entrada, tomándome con sorpresa al nunca haber hecho algo como aquello comenzó a trazar círculos sobre mí de manera lenta, sentía su erección rozando en mi desnudo estómago, siguiendo sus movimientos, aferré mis manos en sus abultadas mejillas traseras dejando en blanco aquellos puntos donde mis dedos mantenían presión, gimió bajito mientras su cabeza se ocultaba entre mi hombro y cabeza. Lamió y mordió ligeramente el costado de mi cuello llevando una corriente eléctrica por toda mi médula, alcé mi barbilla brindándole más espacio para seguir con sus deliciosos labios en mi piel, me volvían loco sus caricias, sus lamidas, mordidas y chupones que hacía en mí, aún más porque era de las primeras veces que lo hacía y lo adoraba. Sus manos bajaron a la ligera tela que nos separaba, con temblorosas manos descubrió mi entrepierna, y después de tanto tiempo ansiandolo, volví a sentír su calor contra mí, piel con piel, jadeé al suave y terso tacto. Pero aún con tanta desesperación sobre mí estómago, seguí con los lentos movimientos en círculos de mis caderas, mirando como las facciones de Taehyung se contraían en placer y desesperación, sus manos se aferraron a mi espalda y acercó sus caderas aún más a mí. Sonreí e intenté mirarlo a los ojos, en el recorrido por su rostro, mire sus labios siendo mordidos con fuerza e impaciencia, hice contacto visual y sus mejillas se sonrojaron ligeramente, pero no apartó la mirada. Comencé ligeras embestidas en falso a su abertura, dando justo en el blanco, pero sin entrar realmente, solo un doloroso y divertido juego, a ver quién se rendía primero.

— Ju-jungkook, por favor, ya... Te necesito.
—gimió con los labios apretados, bajaba las caderas intentando al fin tenerme dentro suyo. Aún si me había sorprendido su súplica y hubiese armado un torbellino en mi pecho, tal vez siguiera un poquito enojado con él y no lo iba a complacer tan fácil.

— Me encantas Tae, —murmuré y sostuve sus caderas con fuerza, dejando en claro el mensaje que dejara de moverse— ¿Tienes idea lo mucho que me molestó verte besando a alguien más? —mi voz era ronca y pesada, sus ojos se alzaron con pena a los míos— no me gusta compartir, no te quiero compartir, carajo Taehyung, te quiero solo mío, de hecho, sigo enojado... —subí dos de mis dedos a su boca, invitándolo a chuparlos. Sin dejar de mirar sus ojos noté cómo su boca se entreabría soltando un jadeo cuando bajó la vista a mis labios, sentí un espasmo en sus caderas ante la anticipación y necesidad al tiempo que succionaba mis digitos.

Saqué de su boca mis ahora húmedos dedos y los llevé hasta su pequeño agujero, comencé masajeando en círculos su anillado músculo al mismo tiempo que él abrió la boca con un gemido agudo, dejando caer su cabeza en hacia atrás cuando introduje un dígito en su interior, estaba tan apretado, caliente, no pude evitar jadear al sentirlo, tracé círculos lentamente, introduje otro dedo y dilate abriendo y cerrando en forma de tijeras.

— Jungkook —gimoteó, comenzaba a moverse sobre mis dedos con exasperación— por favor, Jungkook, te quiero a ti... —mi corazón saltó y sonreí.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora