Capítulo 45

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Conduje hasta mi casa, al entrar me encontré con Jimin acostado en mi sillón jugando vídeojuegos mientras comía frituras. Lo miré acusadoramente.

— ¿Se podría saber que haces en mi casa sin permiso? —hablé parado con los brazos cruzados frente a él.

— No me dejas ver Imbécil —dijo moviéndo la mano para que me quitara, después de unos segundos me aventó palomitas al escucharse el sonido de perder la partida— idiota, ya perdí el séptimo nivel.

— Bien, ahora me pondrás atención —me senté en el sillón de al lado.

— Oh, bueno, me dijiste que esta era mi casa también, así qué pasó tiempo felizmente en mi casa —se alzó de hombros y siguió comiendo— ah, y quería que me acompañaras a la fiesta de Kai el sábado que viene, fue fiesta de imprevisto, pero dicen que se va a poner muy bueno...

— ¿Kai? No lo sé... —Jimin observó mi rostro con extrañeza, alzó sus cejas y se sentó en el sillón.

— Irán varios, ya sabes, todos los nuestros, Yoongi, Taehyung, Hoseok, —¿Qué?— oh y también unos nuevos de intercambio...,

— ¿Cómo sabes que irán? —una sonrisa ladina apareció en su rostro.

— Bueno, sus nombres estaban en la lista, ya sabes, aparte, ellos son considerados "buenos amigos" de Kai... —¿Por qué Taehyung no me dijo nada? ¿Iría a la fiesta de Kai? ¿Por qué de él?

— Iré —asentí— ¿Te quedarás aquí a dormir?

— Bueno, ya que insistes —se inclinó de hombros con una sonrisa de lado a lado y reinicio la partida.
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Una semana entera pasó, no había hablado con Taehyung, tampoco lo había visto o mandado un mensaje, mi estúpido orgullo me lo impedía, me había abstenido de ir lo más rápido que podía a su dormitorio y besar sus labios, me sentía tan vacío e impotente, me costaba recuperar el sueño y concentrarme en otra cosa que no fueran mis pensamientos sobre él. Solo esperé hasta que fuese sábado para verlo en la fiesta si tenía suerte, quería oír su voz, verlo frente a mí, estaba tan ansioso, dios, lo había echado tanto de menos y eso que sólo había sido una semana, sentía que me volvía loco, la insertidumbre de saber cómo estaba y que hacía se apoderaba de mí a cada segundo.

El sábado, como era costumbre, Jimin llegó a mi casa y nos vestimos a eso de las 8pm, una vez que estuvimos listos subimos a su auto.

— JAJA, y luego, llamaron a la policía, y dios, ella estaba súper tomada, cuando escucho la llamada comenzó a correr como loca alrededor de la cancha...

Jimin reía a carcajadas cerrando sus ojos hasta dejar de ver, últimamente se veía muy feliz, sonreía todo el tiempo, estaba seguro de que era por tener al pálido a sus pies, tal vez era al revez. Pasaban juntos la mayoría de tiempo en la universidad, se comenzaba a rumorear que lo suyo era serio, y realmente Jimin no había estado con alguien más que con él por los últimos meses, su rostro resplandecía y encantaba a todos con su buen humor. Condujé hasta la dirección de la fiesta mientras el rubio tarareaba las canciones que sonaban en la radio, de repente bailaba fluidamente moviendo sus brazos en el asiento. Hasta yo lo tenía que admitir, Jimin estaba completamente perdído en el chico de gatunos ojos, cualquiera con vista lo podría deducir.

Después de unos largos minutos conduciendo alejándonos de la ciudad, llegamos a una casa con grande alberca y jardín, una barda alrededor de ella con basto espacio, y al centro una linda casa café de tres pisos, algo clásico pero muy lindo. Caminaba entre las personas platicando de vez en cuando con quién se ponía frente a mí, había personal paseando con bocadillos por el jardín rodeando a las personas que bailaban las pegajosas canciones que viajaban por el aire.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora