Capítulo 33

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Sus húmedecidos labios por mí saliva se movían suavemente, encogiendo mi estómago, eran tan buenos, su tierna lengua jugaba tímidamente con la mía, nuestros dientes tenían suaves roces, su respiración caliente se mezclaba con la mía, jadeaba en su boca, en sus gemidos, y simplemente, estaba perdido, cada parte de mí en contacto con él cosquilleaba, sus manos se posaban sobre mí pecho mientras las mías apretaban su cintura, cortando cualquier distancia entre nosotros. Era un beso gentil, uno de aquellos que se quedan en tu memoria, enterrados, grabados hasta la médula, erizando cada vello del cuerpo, dejándote tan insatisfecho, con ganas de más, pero a la vez tan lleno. Cuando nuestros pulmones aclamaban aire nos separamos apenas por oxígeno, nuestras narices se juntaban, sus jadeos se revolvían en la corta distancia. Quería más. Siempre quería más. Besé sus labios otra vez, apenas chocaban, pero la sensación era tan perfecta, lamí su labio inferior para luego morderlo. Bajé mi rostro hasta su cuello, un poco más arriba de la clavícula y chupé haciéndolo gemir y mostrar su más su piel

— Ah, Jungkook, t-tus maletas —dijo abrazándome por los hombros.

— Puedo perder 15 minutos contigo —lo tomé por las piernas y lleve hasta su cama.

Iniciamos una sesión de besos sobre su cama, adoraba como sus manos se enrredaban entre mis cabellos y cada cuanto jalaban delicadamente, era tan diferente a cuando lo follaba, cuando lo hacia gritaba, sus expresiones tan sexys, jalaba mis cabellos con fuerza, enteraba sus uñas en mi piel, pero ahora era tan suave, dulce, tierno, acariciaba mi nuca y espalda recorriendo sus manos en mi piel.

— Taehyung, me tengo que ir ya —sus manos bajaron de mis hombros y asintió, sus labios estaban tan inchados, mierda. Me reincorpore y revise en mis bolsillos que las llaves no hubiesen vuelto a caer, se levanto frente a mí, tome su barbilla y deposité un rápido beso— Nos vemos en un mes, lindo.

Salí de su pequeño dormitorio con una sonrisa en los labios y el calor que provocaba en mi pecho. Conducí hasta mi departamento, empecé a hacer mis maletas mientras le marcaba a mi papá.

— ¿Qué sucede, Jungkook?

— Hola papá, verás, unos amigos viajarán a Alemania mañana por la mañana y me preguntaba si podría ir con ellos.

— Claro hijo, ¡Ve y diviértete! Para eso son las vacaciones, no hagas cosas malas en todo caso ¿Sí?

— Gracias papá, no lo haré, adiós, los quiero. —colgué el teléfono y seguí metiendo ropa a la maleta. Una vez que acabé, tome el teléfono y puse la alarma una hora antes de las 8:00am.

Sin darme cuenta, había anochecido hasta ser la 1:00am, deje mi teléfono y me recosté entre las comodas almohadas.

Maldita sea la alarma, no se calla y van dos veces que la apagó, yo sé medir mi tiempo, aparte, la casa de Bambam está a 15 minutos si conducía rápido. Tomé el teléfono, no era la alarma, oh mierda, era Bam.

— ¿Bueno?

— Espero ya vengas en cam... ¿Te acabas de levantar, tremendo Imbécil?

— Ahh, no —dije sentándome en la cama.

— El avión sale en cuarenta minutos, ¡Jeon Jungkook, llega puntual! —colgó el teléfono. Salí disparado al baño, serían unas largas vacaciones.
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2 Semanas después

Mi cabeza miraba las luces de colores en el techo, moviéndose en contraste al ritmo de la melodía que sonaba lejana a mí junto a las risas de los demás, mareandome. Cabeceaba contra el respaldo del sillón negro de cuero, sonriendo como idiota sin razón alguna, tal vez las risas eran contagiosas.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora