Capítulo 39

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2 meses después.

¡Jungkook! Ahh, sí... Jungkook... Kookie, mmmgh —los gemidos de Taehyung inundaban mis oídos al tiempo que su caliente entrada se apretaba a mi alrededor. Gemí aumentando la velocidad de mis caderas contra él. Miré su fino rostro contraído en una mueca de dolor y placer, sus lindos labios mordidos, su piel canela perlada en sudor. Perfección.

Aunque llevara casi la mitad del semestre escabullendome en su habitación por dos o tres noches a la semana, incluso durmiendo con él, se sentía como la primera vez, la misma emoción, el mismo deseo, el siempre querer más. Nuestra "relación" se basaba en ignorarnos si nos cruzábamos en la universidad para comernos por la noche; las palabras salían sobrando. Aunque al principio intenté convencerme que no valía la pena estar con él y deje de frecuentarlo por unos días, se me hizo imposible no volver a verlo, sentirlo. Las reglas estaban claras y estaba feliz con ello, a excepción de una que otra vez que lo ví con otras personas. Por suerte ninguna de ellas era Hoseok. Solo no tener nada que ver con el otro frente a la sociedad. Mi vida era exactamente la misma de siempre, solo con un secreto entre horas; un secreto tan bueno, tan jodidamente hipnotizante.

Ambos respirabamos agitados al lado del otro minutos después. Serían la 1am, pero al fin y al cabo era viernes, miré su rostro a mi lado, intentaba recuperar el aliento con sus ojos cerrados, aquellos ojos que seguían perdiéndome en el tiempo y espacio. Besé la comisura de su labio y me levanté de la cama.

— ¿T-te irás ya? —habló con voz temblorosa cuando tome mis pantalones del piso y comencé a vestirme. Sus ojos me miraban brillosos por las lágrimas recientes, la sábana cubría ahora todo su cuerpo hecho bolita en la cama, dejando a la vista solo su cabeza.

— Sí, quedé con alguien en mi casa por la mañana —mentí, realmente no podía dormir en la misma cama que él, aunque quisiera, no me gustaba sentirme de alguna manera dependiente a él, y al despertar a su lado era lo único que sentía. Pasé mi camisa sobre mí cabeza rápidamente.

— ¿C-con quié...?

— Shht, terreno peligroso lindo, recuerda no preguntar. —interrumpí mirándolo a los ojos. Era muy curioso, no me gustaba que se metiera en mi vida o amistades, sabía que si lo dejaba hacerlo se famializaria conmigo. Se lo había dejado claro desde un principio.

— Perdón —murmuró contra la sábana.
Tomé mi chaqueta de su escritorio y me dirigí a la puerta rápidamente, si seguía aquí terminaría abrazando al tierno castaño y durmiendo a su lado.

— Nos vemos —ni siquiera lo miré por última vez cuando cerré la puerta tras de mí. No quería tener el sentimiento de vacío aún más claro en mi pecho, como cada vez que me despedía de él.
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— ¿Entonces qué? ¿Si vamos a rentar el club? Yo creo que está bien, miren, es en sábado, barra libre, es grande y tiene buen ambiente, yo pago la renta, solo es cosa de los invitados. —Jimin habló mientras lamía una paleta de dulce.

— ¿Y si lo hacemos exclusivo? Ya sabes, entradas, luego se meten los idiotas que... —Yugyeom opinó con los brazos cruzados.

— Pero, muchas veces esos idiotas son lo mejor de la fiesta idiota -—B miró a Yugyeom.

— ¿Recuerdas que el otra vez se pelearon dos tipas por Jackson? Eso sí fue divertido, en especial cuando... —intervino Youngjae asintiendo.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora