Capítulo 42

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Taehyung comenzó a jugar con la hebilla de mi cinturón, mis pantalones ya estaban bastante apretados como para que se pusiera a jugar conmigo... Pero era realmente exitante tenerlo encima de mí como para pararlo. Miré cómo sus labios rojos formaban un pucherito de bebé, me acerqué a morder su labio inferior haciendolo gemir y apretar mi cinturón con sus manitas, sus anteojos lo hacían lucir tan tierno y adorable. Se separó de mí con una sonrisita ladina que hizo pulsar mi miembro, alzó mi camisa dejando al descubierto mi abdomen, lo acarició delineando cada línea de él despacio, luego llevo aún más arriba la camisa dejando en claro lo que quería, me incorpore solo un poco para sacarla de mi torso dejándolo al desnudo, él lo recorrió con la mirada y se lamió los labios lentamente, me estaba haciendo enojar, realmente comenzaba a dolerme el pantalón, me miró a los ojos sonriendo inocentemente cuando descubrió que lo miraba.

— Tae... —dije con ojos amenazadores, mi voz sonó enojada y realmente necesitada. Regreso sus manos al cinturón y lo desabrochó, aunque sus manos temblaban un poco, sus movimientos parecían seguros. Desabotonó el pantalón y bajó la cremallera para después bajar con suavidad mi boxer liberando mi adolorida erección, jadeé bajo al sentir el roce de sus manos por primera vez en ella. Taehyung bajó de mis piernas para colocarse de rodillas en el piso, estando a la altura de mi pene, inhale aire al conocer sus intenciones. Mierda. Ahora sí estaba seguro que esto era lo más que me habían dolido mis bolas. Tomó con ambas manos nerviosas mi falo, gemí suavemente al sentir el calor de ellas, él lo observaba curioso, o tal vez intentaba saber cómo iba a entrar eso en su boca, comenzó un suave vaiven de arriba a abajo.

— ¿Así? —sus ojos subieron a mi rostro y se perdieron en el, lamió su labios y se acercó hasta dejar su boca a centímetros de mí. Suspiré asintiendo, perdído en sus lentas caricias, mi boca comenzaba a secarse. En un rápido movimiento pegó una pequeña lamida en el glande, sacándome un jadeo al sentir una corriente eléctrica por toda mi columna vertebral— Jungkook, n-no sé c-como hacerlo —murmuró nervioso, su aliento chocó contra mi ahora húmeda polla por el presemen, jadeé.— no qu-iero lastimart...

— Mmm, Tae, solo lamelo... —hablé pesado— chupalo, como una paleta, ¿Sí? Solo... —Tae lamió desde la base hasta el glande torpemente, eso no impidió que un ardor recorriera mi pecho completamente— mmmmmgh, sí, así.., ahora, chupa bebé, no muerdas, abre tu boquita y chupalo, lo que no quepa hazlo con tus manos..., —metío mi glande a su caliente boca y succiono despacio, sacando un gruñido de mi garganta y haciendome pegar mi cabeza al respaldo del sofá cerrando los ojos y arqueando mi garganta, posé mis manos en su suave cabello, enredando sus hebras entre mis dedos.

Su boca se apretaba tan bien alrededor de mí, aunque solo estuviera succionando el glande se sentía tan bien su caliente y húmeda cavidad, su lengua se enredaba de vez en cuando torpemente en mi falo, comenzaba a marearme la sensación, gemidos salían de mi garganta, podía jurar que era la mejor mamada aún si no era un profesional, carajo, que ser el primero en esa linda boquita me ponía a mil. Con más confianza Taehyung chupó mi miembro deliciosamente con más fuerza, abrí los ojos y baje la vista a la castaña cabeza en mi entrepierna, engulló un poco más de mí dentro de su boca provocandole una arcada, no es por alardear, pero yo no era pequeño, entonces, su boquita apenas y rodeaba un poquito más de la mitad. Acaricie sus castaño cabellos.

— Shh, no te apresures lindo, así lo haces bienmmgh —volvió a meter una parte de mi miembro y a masajear con las manos lo que no alcanzaba con su boca, sí, le hacía falta práctica, pero aún siendo un principiante lo hacía tan jodidamente rico. Los bizcosos sonidos de saliva comenzaban a resonar en la sala junto a los jadeós de Tae y mis gruñidos.

Su vaiven se volvió más lento, torturandome de una manera tan buena... Mi dura erección pulsaba debido a la necesidad, estaba a punto de venirme, pero sus calmados movimientos solo aumentaban la necesidad. Tomé sus cabellos apresandolo y comencé a estocar su boca haciéndolo gemir alrededor de mí, mandando vibraciones al último nervio de mi cuerpo. Sus ojos acuosos voltearon a los míos, su boca alrededor de mi polla era tan preciosa, brillosa por la saliva, la cual también formaba un hilo por una de las comisuras de sus labios, sus mejillas sonrojadas se amoldaban a mi extensión.

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora