Capítulo I

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Levantó la mirada encontrándose con ese hermoso jardín en frente de ella, las flores de todos los colores le llamaban la atención, camino por entremedio del trigo, sintiendo como sus pies flotaban, entre más pasos daba más se hundía en aquella agua que la llevaba lentamente al fondo del tanque, observo hacia el frente viendo como una mujer de pelo castaño y ojos azules caminaba hacía las puertas de la ciudad humana.

Sintió una mano tomar su pie y hundirla en el fondo del tanque, vio como los peces payasos de todos los colores junto a las tortugas marinas envolvían su cuerpo  en un torbellino que poco a poco le mostraba sus recuerdos. Cerró sus ojos al escuchar el sonidos de la maquinas, iba a extrañar ser Lucía Black, pero ya estaba en casa nuevamente.

Julieta ¿Puedes oírme?

Abrió sus ojos enfrentando su mirada a ese techo blanco que había abandonado para ir al mundo humano, sus ojos azules observaron a su lado sintiendo la mascarilla de oxigeno, tocio al sentir que se ahogaba, vio como Enzo retiraba la mascarilla levantando su cabeza de la almohada con cuidado.

Lo vio acercarse nuevamente y sacar una linterna de su bolsillo para pasarla por sus ojos, giró su cabeza hacía la derecha viendo el ventanal que daba al pasillo lleno de gente, los observo confusos antes de reconocerlos y sonreír cansada, su familia estaba con ella.

—Julieta—nombró el médico viendo como la menor se giraba a mirarlo—haré una pregunta de rutina. Por favor pestañea dos veces para saber que me entendiste— pidió viendo como esos ojos azules se cerraban dos veces para observarles cansados— ¿Puedes decirme tu nombre completo?

—Julieta...Emma...Cygnus—pronunció con voz ronca

— ¿Puedes ver el ventanal y reconocer a dos familiares?—pidió mirando el ventanal haciendo que Julieta le imitara

—Mirko Flint, mi hermano mayor y mi tío...—pronunció, frunciendo el ceño al no recordar el nombre.

— ¿Cómo se llama tu tío Julieta?—preguntó Enzo con tono un poco preocupado

—Os...Os...Os...win— pronunció sonriendo al ventanal viendo la mirada aliviada de ellos

— ¿Julieta puedes decirme a que se dedica tu clan?—preguntó viendo como ella le volvía a enfrentar la mirada

—Sanación mental y física en humanos, también registramos la vida y muerte del mundo humano—dijo con una sonrisa que hizo brillar sus ojos azules—Enzo—nombró sorprendiendo al médico—Tengo hambre, puedo comer arroz con lechuga y tomate.

Enzo sonrió al escuchar aquello, Julieta Cygnus estaba confusa pero bien, tan directa como siempre, se había preocupado de más por ella, su vínculo con Lucía Black había culminado de manera lenta pero segura y si seguía así podría darle el alta en menos de una semana.

—Le diré a Trinidad que te traiga tu comida favorita—le comentó con una sonrisa —Ju, iré a hablar con tus familiares quédate tranquila aquí— pidió mientras salía del cuarto.

Enzo salió de la habitación y se encontró de frente con la mirada ansiosa de Oswin, quien se separo del ventanal al ver que Julieta volvía a dormirse.

—Tranquilízate hombre—aconsejo con una sonrisa burlona—La desvinculación fue lenta pero segura, volvió a ser Julieta Cygnus, solo está cansada y hambrienta, podrán verla cuando termine de comer—dijo con una sonrisa.

— ¿No puedo estar con ella en el cuarto?—preguntó preocupado

—Está bien, pero mantente quieto no la sobreprotejas si no te echaré del cuarto y no te dejare verla hasta que le dé el alta—advirtió con una sonrisa que hizo que Oswin le mirara enojado unos segundos.

Oswin entró en la habitación con cuidado de hacer el menor ruido posible, seguido por Mirko quien se sentó en el sillón siendo imitado por su tío Oswin, quien se dedicó a mirar a su sobrina dormir mientras sus signos vitales se mostraban normales. Mirko desvió su mirada al ver que Pablo asomaba su cabeza por la habitación de Julieta.

Sus miradas se cruzaron haciendo sonrojar a Pablo , observo el suelo cuando Mirko le llamó con la mano para después ver como el menor le miraba con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó acariciando sus cabellos con una sonrisa

—Vine a ver a mi mamá después de su misión y supe por Enzo que Julieta había despertado de ser Lucía Black, solo espero que Julieta se recupere pronto para poder hacer misiones con ella en grupo —comentó sonriendo mientras miraba a Mirko.

—Así será—afirmó Mirko con una sonrisa

—Me alegra verte, Mirko— confesó sorprendiendo al mayor.

— ¿Por qué?—preguntó confuso

—Es que haces muchas misiones y ya no te veo mucho—dijo haciendo un puchero—Y me aburro mucho sin Julieta —dijo con una sonrisa alegre.

— ¿Por qué no le invitas un helado?—preguntó Oswin quien se había mantenido callado

Mirko le miró sorprendido y Pablo le observo curioso, Pablo desvió su mirada y se concentró en su amiga cuando los ojos verdes de Mirko le miraron curiosos. Volvió su mirada a su mano al ver que Oswin ponía dinero en ella.

—Ve a divertirte y luego a casa a descansar —ordenó con una sonrisa alegre.

—Está bien— dijo con una sonrisa —Vamos por un helado, Pablo —invitó tomando el brazo del chico para ayudar a incorporarlo y luego pasar su mano por el cuello de este para comenzar a caminar.

Mirko camino junto al menor hasta el casino del hospital, siempre fijándose en los pasillos del hospital. Pablo le observaba de reojo, sintiéndose un poco culpable, el mayor lucía cansado, sus ojos verdes estaban apagados y sus ojeras ya estaban un poco negras, su pelo rubio estaba desordenado. Sonrió cuando llegaron a la heladería del lugar y escuchar que el mayor no había olvidado su helado favorito.

Mirko volteo su mirada para entregarle el helado viendo el sonrojo del menor, le entregó el helado de vainilla viendo como este comenzaba a comérselo, ignorando por completo la sonrisa alegre de Mirko.

No importaba cuantas misiones hiciera, aún así su corazón le traicionaba cuando veía a Pablo.





¡Basta de Miedo! © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora